La joven voleibolista manatieña Almarie Krystal Maldonado Pagán falleció la pasada semana, víctima del cáncer a los 18 años. El domingo, hubiese estado presente para la inauguración de las Atenienses de Manatí del Voleibol Superior Femenino en el coliseo Juan Aubín Cruz.

Las Atenieses, sin embargo, le rindieron un tributo a Almarie Krystal, quien fue producto de clubes de Manatí y Morovis y quien hubiese sido candidata a formar parte del regreso de las Atenienses del Voleibol Superior.

El equipo pidió una aplauso previo a su inauguración contra las Valencianas de Juncos para la valiente guerrera que luchó con un cáncer en la quijada. Y colocó un balón sobre la superficie de juego, en la posición de opuesto que hubiese ocupado Almarie Krystal para hacer un saque.

Su padre Alfredo asistió al tributo en nombre de la familia que vive la fresca desaparición física de su hija y le habló a Almarie Krystal.

“Yo no podía hablar del nerviosismo que tenía. Pero me paré allí, en el medio de la cancha. Temblaba. Miraba para el techo y decía: ‘esto es para ti, mi amor. Aquí es donde hubieses estado”, contó.

Las Atenienses pasaron luego a barrer a las Valencianas por 3-0 para mejorar su marca en la temporada a 2-0, esto guiada por una gran aportación de otra manatieña, Karla Santos.

Almarie Krystal comenzó a jugar voleibol a los 8 años. Jugaba clubes, así como en el colegio Piaget de Manatí, de donde también salió la voleibolista nacional de playa, María González. Más recientemente jugó en el club 674 de Manatí.

Se desarrolló como opuesto. Pero también se desarrolló como líder dentro de la cancha.

“En el sepelio, su coach me dijo que por eso es que Almarie Krystal era siempre su capitana en el equipo, su capitana guerrera, porque a ella le gustaba empujar”, dijo su padre.

El liderato de Almarie Krystal trascendía la cancha e impactaba a chiquitos y grandes.

Fue diagnosticada con el cáncer tipo Osteosarcoma en noviembre 2020, durante su cuarto año en Piaget. Se sometió a operaciones en Estados Unidos, se rehabilitó y nunca abandonó la escuela. Se graduó en el verano del 2021 y desfiló para recibir su diploma de alto honor.

Hizo todo lo que pudo hacer para seguir adelante, para cumplir sus sueños pese al diagnóstico poco favorable que le dieron los médicos. Quiso ir hasta el baile de graduación y seguir una vida independiente, valiéndose por sí sola.

No sobrevivió, pero le dio vida a todos los que tuvo a su alrededor.

“Con su salud fue algo aprendimos demasiado. Yo no tengo esa fuerza y aprendí. Nos enseñó que hay que seguir adelante”, dijo su padre.