La atacante boricua Dariana Hollingsworth Santana, quien entró el domingo en el tercer set dell juego de la Selección Nacional de Voleibol de Puerto Rico en el debut del conjunto en la Copa Panamericana que se celebra en Ponce, es una jugadora que presenta una historia de altas y bajas en el deporte pero que está al fin alcanzando la proyección que despuntaba cuando joven.

Hollingsworth Santana está haciendo este año su debut en la Selección adulta pese a que, según contó, pensó dejar el voleibol en su etapa universitaria en Estados Unidos por el ambiente “tóxico” que tuvo que enfrentar de parte de sus coaches en la Universidad de Missouri.

Superada la etapa vivida entre el 2017-20, la jugadora de 6′2 de estatura dijo que agradece la llamada a la Selección.

“No pensé que iba a estar en la adulta. Cuando me llamaron, pregunté: ‘¿De verdad?’. Estuve en las selecciones menores y vi el grupo que tenía la adulta y estaba enfocada en otras cosas. También llegó el punto en que no quería jugar más voleibol. Tuve que salirme de la universidad y entrar a un grupo diferente para darme cuenta que el voleibol sí es lo que quiero hacer”, dijo.

Su espacio en la Selección se abrió por la lesión de la opuesto Génesis Collazo.

Hollingsworth Santana se desarrolló en Guaynabo Mets con el difunto Ariel Ortiz y fue de las principales jugadoras escolares con el colegio Adianez de Guaynabo entre el 2014 y 2016. Al mismo tiempo fue de las principales jugadoras de las selecciones menores hasta la categoría Sub 20 que jugó aquí el Mundial de esa categoría en el 2015.

Pero salió del panorama nacional mientras estuvo jugando en la Universidad de Missouri junto a la también acomodadora de la Selección adulta, Andrea Fuentes.

Hollingsworth Santana, quien tiene una maestría en Manejo de Comunicaciones en Salud Pública, se abrió a tocar el tema del trato “tóxico” que dijo que recibió en Missouri y que le sacó mentalmente del voleibol.

La atleta detalló los coaches tenían un “juego mental” con ella, en el que había días en que el trato era bueno y otros días todo lo contrario. Así fue en los primeros tres años que estuvo en Missouri entre el 2017 y el 2020.

“Se había convertido el algo tóxico”, dijo.

Estadísticamente hablando, los números de Holingsworth Santana en Missouri descendieron a 181 puntos en su cuarta temporada desde los 366 que había acumulado en su segundo año, lo que podría ser un indicativo de su estado mental.

“Me perdí un poco en el juego”, dijo. “No me sentía valorada en un sistema como ese y pensé en dejar de jugar”.

Colectivamente, durante la estadía de Hollingsworth Santana en Missouri el equipo pasó de un octavos de final en el torneo de campeonato de la NCAA del 2017 a eliminaciones en la segunda ronda en los siguientes tres años.

Pero Hollingsworth Santana no dejó de jugar, sino que se transfirió para un quinto año a la Universidad de North Florida, en donde dijo que reencontró su juego gracias al grupo de jugadoras de grados menores que encontro allí.

“Me encontré con un programa y unas jugadoras más jóvenes que me llenaron de colágeno y me enamoré del voleibol otra vez”, dijo. “Me sentí como si tuviera 16 años otra vez”.

El 119 parciales, Hollingsworth Santana hizo 437 puntos en la temporada 2021 con North Florida. Esa cantidad de sets es la misma que jugó cuando hizo 366 puntos en el más competitivo Missouri en el 2018.

Mirando hacia adelante, Hollingsworth Santana debutó en la temporada 2022-23 en el voleibol profesional en la liga de Finlandia. Y en el 2023-24 irá a jugar a Francia, que es una liga superior a la de Finlandia y la que utilizan las boricuas para saltar a ligas europeas más competitivas.

A nivel nacional, Hollingsworth Santana también tiene la oportunidad de seguir el curso con la Selección adulta hacia el Campeonato Norceca en Canadá, al Preolímpico en Japón y, tal vez, los Juegos Panamericanos en Chile. Todos esos torneos son este año.

La jugadora se siente bendecida de todas esas oportunidades surgidas luego de permanecer en el juego.

“Estoy ante todo agradecida. Mi papá siempre me dice que las adversidades son un privilegio. Aquí (Selección) se siente la presión de hacer las cosas bien y progresar, así que estoy agradecida ante todo”, dijo.