Allí, en donde se respira voleibol, en donde la fanaticada sabe del juego, respalda y reta a su jugador, en donde abundan los banderines de campeonatos suspendidos bajo el techo de su mítica cancha Gelito Ortega; allí es donde Aury Cruz quería ir a jugar.

Los deseos le fueron cumplidos a la jugadora adquirida el martes por las Changas mediante un cambio con las Valencianas de Juncos, lo que ha puesto feliz a la atleta.

“A quién no le gusta jugar en El Nido”, dijo señalando a la cancha Gelito Ortega para resumir su felicidad.

No la confundan, sin embargo. Cruz dijo que Toa Baja y las desaparecidas Llaneras siguen siendo el equipo con el que siempre querrá ser asociada, el pueblo que la vio crecer y desartrollarse como jugadora en el club Avoli, el equipo para el que fue jugadora franquicia y con el que ganó sus dos campeonatos en el Voleibol Superior.

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“Allí es a donde me gustaría retirar, volver a donde comencé“, dijo.

Pero, como ella dice, Naranjito es lo más cercano a Toa Baja, tanto en lo geográfico, como en lo que siente por la franquicia.

Así lo considera porque, además de que vive cerca, cree que los fanáticos de Naranjito se identificaban con las Llaneras cuando no tenían franquicia femenina en los 90 y 2000; las Changas se fundaron en los 2010. Es similar a los Vaqueros de Bayamón del BSN, que atraen fanaticada de toda la cuenca del Río La Plata.

Además, la tradición del voleibol en Naranjito no la iguala ningún otro pueblo, a juzgar por los años de participación y campeonatos conseguidos en el Voleibol Superior.

Por todo lo anterior, la jugadora señaló a Naranjito cuando Juncos tuvo la deferencia de preguntarle a qué equipo quería ir a jugar si había la oportunidad de un cambio.

“Es la Cuna de Voleibol. Siempre me había gustado ahí. Vivo cerca y conozco la gente. Ya practiqué con las Changas y me dio sentimientos; son muchos recuerdos. Estoy contenta de que tuve la oportunidad de escoger a donde quería ir”, dijo.

Cruz agregó, como nota al calce, que también disfrutó su experiencia como jugadora en Trujillo Alto y Juncos, que son pueblos a los que ha sido trasladada la franquicia de las Llaneras.

Las Changas no han ganado todavía un campeonato, pero han estado cerca. En la pasada década, bajo el mando del naranjiteño Jamille Torres y la ofensiva de Andrea Rangel, las Changas llegaron hasta un sexto juego de la serie final ante las Criolllas de Caguas, y ganaron una temporada regular.

Luego de un 2022 en ‘baja’, la franquicia ha regresado con fuerza en la pretemporada actual al anunciar las contrataciones de uno de los grandes de Naranjito, Luis ‘Feñito’ Rodríguez como dirigente, de la acomodadora ganadora de la NCAA, la hawaiana Saige Ka’aha’aina-Torres, y el regreso en condición de juego de Rangel.

Ahora las Changas anuncian a Cruz y han revolcado la liga.

“Están formando un equipo estable. Al entrar yo, tenemos un poco más de profundidad. Es un equipo contendor, para estar ahí entre los mejores tres”, catalogó Cruz.