El torneo de tenis de campo más importante del mundo, el Wilmbledon, anunció este miércoles que sustituirá a los jueces de línea que ofician en sus partidos por la tecnología de inteligencia artificial, informó The Associated Press.

Inicialmente, la decisión no solamente cambia la experiencia visual del juego ante la ausencia en cancha de los seis jueces que trabajan cada partido, sino que borra parte de la acción fuera de las líneas porque elimina la interacción entre jugador y juez que, al ser humana, crea entretenimiento.

A la larga, la decisión levanta la pregunta ¿Cuál será el próximo deporte o liga que eliminará a un sector de sus jueces por la disponible tecnología?

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Wimbledon detalló que la decisión fue tomada luego de utilizar no oficialmente la inteligencia artificial en el torneo del 2024 y encontrar que la tecnología es “sólida” cantando precisamente las pelotas ‘fuera’ y ‘buena’ sobre la grama de Wimbledon.

“Consideramos que la tecnología es lo suficientemente sólida y que es el momento adecuado para dar este importante paso en busca de la máxima precisión en nuestro arbitraje”, dijo a The Associated Press, Sally Bolton, directora ejecutiva del All England Club. “A los jugadores les ofrecerá las mismas condiciones en las que han jugado en otros eventos del circuito”.

Adiós, pues, a los jueces de línea que han sido parte del juego durante décadas. Adiós, pues, a la dinámica entre atleta y juez, que también es parte del juego, que es elegante y controversial, que, de cualquier modo, es parte del entretenimiento del juego.

Y entonces: ¿Eliminará el béisbol a sus árbitros de las líneas en los jardines o los que cantan las bolas y los strikes? ¿Hará lo mismo el fútbol con los jueces de banda que también cantan los ‘fuera de juego’? ¿El voleibol y sus cuatro árbitros de línea, que usan ese rol para llegar algún día a la silla de árbitro principal, les cortará esa cadena de ascenso a sus oficiales?

No lo dude.

La interacción entre atleta y juez de línea es parte técnica y dinámica de entretenimiento en el juego.
La interacción entre atleta y juez de línea es parte técnica y dinámica de entretenimiento en el juego. (Alvaro Medranda)

El béisbol y el fútbol son tan centenarios como el tenis en Wimbledon. La tradición no será un atenuante a la hora de aplicar la tecnología.

Como prueba están las expresiones de Bolton, quien dijo que Wimbledon tenía la responsabilidad de “equilibrar tradición e innovación”.

“Los árbitros de línea han desempeñado un papel central en nuestra configuración de arbitraje en los campeonatos durante muchas décadas”, dijo a The Associated Press. “Y reconocemos su valiosa contribución y les agradecemos su compromiso y servicio”.

Y la tecnología ya está presente en muchos de los deportes con jueces de línea, lo que facilitará su implementación y la relejación del ser humano.

El béisbol, por ejemplo, usa extraoficialmente la tecnología para cantar bolas y ‘strikes’, batazos ‘buenos o malos’ en las líneas, jonrones o bola viva. La tecnología en el béisbol le está pisando los pies a los árbitros.

Pero ya la usa oficialmente para revertir o confirmar de decisiones de los árbitros.

MLB, inclusive, publica cada día cómo fue el desempeño del árbitro principal comparando sus decisiones con lo que interpreta la tecnología.

Es de suponer que la tecnología también proveerá para tratar de compensar la esencial parte humana que los jueces proveen al juego. Cuando la tecnología cante ‘fuera’, proveerá para que una imagen de ser humano aparezca en pantalla o sobre la cancha de juego, haciendo el gesto de los árbitros, por ejemplo.

Lo que no puede proveer la tecnología es la autopaga para estar disponible. Solamente las ligas, torneos, deportes que tengan el dinero para pagar la tecnología podrán instalarla, como Wimbledon. Los demás seguirán usando los jueces de línea, al menos mientras esa tecnología esté tan costosa como una decisión de juez que cambie el resultado de un partido.

Por otro lado, muchos deportes no necesitarán sustituir a sus jueces porque no hay línea que vigilar en sus juegos, que no sea la ética, la profesional, la de respeto por el juego. De hecho, esa última línea no la puede medir la tecnología al nivel en que puede el juez ser humano.

Esta vital acción del referí de boxeo no la puede sustituir la tecnología.
Esta vital acción del referí de boxeo no la puede sustituir la tecnología. (John Locher)

El boxeo no debería tener, por ahora, esa toma de decisión en cuanto a la tecnología, aunque ya existe Compubox. El boxeo no es un juego, además. El boxeo es cosa seria, en donde la muerte está en juego, como en el hipismo, un deporte en donde una ambulancia y sus técnicos -literalmente- siguen al caballo y al jinete sobre la pista, a pasos de atender un accidente.

El boxeo necesita a ese ser humano entre gladiadores porque en el calor de la pelea la tecnología -a menos que nos sorprenda- no puede separar físicamente al agresor de un púgil lastimado. Compubox no provee para tanto aún.

Igualmente, muchos otros deportes necesitan sus jueces por razones de control de peligrosidad o porque la misma superficie del juego asiste al juez, como en deportes acuáticos, en los que el agua o la boya señalan un ‘fuera’, por ejemplo.

Wimbledon abre la puerta a sustituir el elemento humano del juego entre sus líneas de juego. Bienvenido ‘playstation’ al mundo deportivo real.

(Este artículo tiene elementos de The Associated Press)