Varios atletas aspiran a convertirse en maratonistas
Un grupo de corredores entre las edades de 20 y 25 años se han puesto las zapatillas para hacer la carrera de los 42 kilómetros.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Comienza el ciclo olímpico y con este nace una nueva esperanza para la prueba de los 42 kilómetros, la que una vez le dio gloria a Puerto Rico, convirtiéndola en la capital del fondismo caribeño.
Un grupo de corredores entre las edades de 20 y 25 años se han puesto las zapatillas para hacer la carrera de los 42 kilómetros en este nuevo ciclo con la meta de darle un segundo aire a esta prueba en la Isla.
El fondismo local ha tocado fondo en las últimos años, después de una época dorada con Jorge ‘Peco’ González y César Mercado en las décadas de 1980 y 1990.
Incluso, González y Mercado lograron las últimas medallas en Juegos Centroamericanos y del Caribe en México 1990 con oro y plata, respectivamente, al tiempo que la última medalla centroamericana en mujeres fue con Lourdes Cruz con bronce en el 2002.
En los últimos Centroamericanos (2014) y Panamericanos (2015), Puerto Rico, por ejemplo, no presentó corredores en ninguna rama.
Al menos, Beverly Ramos corrió los 42K en los pasados Juegos Olímpicos de Río, siendo la primera olímpica boricua desde el 1984, cuando Naidi Nazario estuvo activa en Los Ángeles.
En varones, Máximo Oliveras fue el último en participar unas Olimpiadas en Atlanta 1996, precisó el presidente del Comité de Fondismo, Osvaldo Rojas. Así que la sequía ha sido significativa en la prueba de los 42 K.
Ahora, con estos jóvenes atletas, hay un cambio a la tendencia que ha dominado el fondismo, en donde los corredores, últimamente, han comenzado a correr la extenuante prueba en su madurez atlética.
“Este es un caso raro”, opinó el fondista aiboniteño Luis A. ‘Bertito’ Rivera, en referencia a las nuevas figuras, en ambas ramas, que desean correr los 42K temprano en sus respectivas carreras.
El hijo de Rivera que lleva el mismo nombre, pero a quien apodan ‘Macho’ , le dijo a su padre hace dos años que él quiere ser maratonista. Rivera lo entrena y le sugirió que espere mejor a los 26 años, cuando tenga más madurez física para aguantar las dos horas y pico de carrera. “Pero él cuestiona y me dice de los kenianos, que están corriendo desde los 21 años”, dijo ‘Bertito’.
‘Macho’ Rivera, de 20 años, tiene tiempos de 31:00 en los 10 kilómetros y 1:08 en los 21 kilómetros, precisó su padre. Nunca ha corrido los 42K. “Me gusta el 42K desde pequeño y lo que hago es seguir los pasos de mi padre”, dijo Rivera, hijo.
Con ‘Macho’ Rivera también entrena hacia los 42 kilómetros, el coameño, Antonio Cardona de 20 años. Hizo 31 minutos en los 10,000 metros en las pasadas Justas de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI) para la Universidad del Este.
La utuadeña Paola Rivera va por el mismo camino. Pero la atleta, de 24 años de edad, ya ha corrido varios maratones, como la Guadalupe de Ponce y uno en Alemania en donde intentó clasificar a los pasados Juegos Río 2016.
La leyenda, ‘Peco’ González, comenzó a entrenar a Paola Rivera. La atleta también entrena junto la maratonista olímpica Beverly Ramos y sigue con la mirada fija en la llegada del maratón.
Junto a ella se menciona también a la lareña Yahaira Ayala, quien es entrenada por Luis 'Papo’ Díaz. Ayala recién terminó su elegibilidad en las Justas y tiene tiempo para entrenar con miras a los 42K.
“Llevamos entrenando cerca de dos meses para Villalba (Campeonato Nacional de 21 kilómetros) y de ahí entonces empezamos a trabajar para los 42K”, dijo el entrenador Díaz, poseedor de la mejor marca nacional en 21 kilómetros en Coamo (1:04:42).
Díaz dijo que Ayala tiene tiempos de 1:34 en 21K y 37:00 en 10,000 metros en pista.
Ashley Laureano, la destacada atleta del Colegio Mayagüez, Fabiola Ramos y Melinda Martínez son otras jóvenes corredoras que le pondrán la mirada a los 42K durante este ciclo olímpico.
“Para el año que viene pensamos en eso. Tenemos que empezar a buscar carreras para ver los ajustes que hay que hacer. En la medidas en que corre más largo se ha desplazado mejor. Puede marcar buen ritmo de carrera” , dijo el entrenador y padre de Laureano, el exatleta de alto rendimiento, Sammy Laureano.
Potencial en féminas
Son, en fin, cinco corredoras jóvenes, sin incluir a Daliris López, quien estuvo embarazada, las que les están dando vida al fondismo boricua.“ Es un resurgir en el fondismo femenino. Y esperamos que con los varones pase igual”, dijo Rojas.
Esta generación se tendrá que medir con la generación adulta que sigue con la mirada puesta en los 42 kilómetros, como la misma Beverly Ramos, quien comenzó a los 28 años a hacer carrera en el maratón.
“Entiendo este movimiento. Inclusive he hablado con todas ellas, que están moviéndose hacia una dirección que es una posibilidad. Lo importante es que, si se crea competitividad, más atletas van a surgir en los 42. Por naturaleza, los atletas van empujar”, dijo Ramos, quien ha corrido el maratón en 2:36 y posee la marca nacional en la rama femenina.
Los varones jóvenes también se tendrán que ir a lo ‘palos’ con corredores maduros, como el atleta de ascendencia puertorriqueña, Mizael Carrera, quien ha dicho que irá tras la marca histórica de Peco (2:12:43), y el yaucano Jaime Juliá, quien es entrenado por Laureano y quien estuvo en campaña para clasificar en el 2016 a los Juegos Olímpicos.
En Villalba nos vemos
El primer año de este ciclo olímpico va a tener dos importantes pruebas para todos estos atletas jóvenes o adultos, informó Rojas.
La primera es el 21 K de Villalba, que se corre en julio, que se considera el Campeonato Nacional de la distancia y que es clasificatorio para el Campeonato del Caribe que se celebrará en Cuba, detalló Rojas.
“Villalba va a ser muy determinante. De ahí, dependiendo de las marcas, sabes lo que pueden hacer los atletas en los 42 kilómetros”, dijo el entrenador Díaz.
Y la segunda prueba es en diciembre, en ocasión del único maratón de Puerto Rico, La Guadalupe de Ponce, que es clasificatorio para los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018.
Guadalupe ha sido, históricamente hablando, la carrera clasificatoria que usa el Comité para los ciclos olímpicos. Allí, se lidiaron grandes batallas en los 80 como la que dieron Peco vs Papo en el 1982.
Guadalupe ha perdido brillo desde entonces. Hasta interés municipal ha perdido.
Si esta nueva generación de corredores mantiene su enfoque, si tiene planes de competir en Ponce, y si el incentivo de clasificación resulta ser un atractivo, La Guadalupe promete.
“Hacía años que ese ambiente no se veía. La Guadalupe puede ser un buen banquete para el fondismo”, dijo Díaz, quien también es secretario del CF.