La compañía Ultimate Fighting Championship cumple esta semana 20 años de fundación y lo celebrará en grande este sábado en Las Vegas con el evento UFC-167, que será estelarizado por el pleito entre Georges St. Pierre y Johnny Hendricks.

Sin embargo, es poco conocido que, en 1996, Puerto Rico jugó un papel protagónico en el crecimiento de la empresa.

Para aquel entonces, UFC era una novedad. Peleas entre combatientes de diferentes estilos de artes marciales tratando de probar cuál era el mejor. ¿Karate o lucha? ¿Boxeo o Jiu jitsu? Era un espectáculo muy distinto al presentando en el presente, donde el deporte de las artes marciales mixtas ha evolucionado a tal nivel que todo el que entra a un octágono a pelear es versado en varios estilos y no solamente en uno.

Además, existen sobre 30 estipulaciones que regulan el deporte a nivel internacional, contrario a la década de 1990, cuando se promocionaba como un evento sin reglas (aunque sí había algunas como no morder, no manipulación de ojo ni de articulaciones pequeñas).

Precisamente, esa consigna de “sin reglas” fue lo que provocó que UFC-8, que estaba pautado para el coliseo Rubén Rodríguez de Bayamón, entrara en terreno movedizo y estuvo a punto de ser cancelado a última hora debido a un interdicto gestionado por el entonces gobernador Pedro Rosselló y el secretario del Departamento de Recreación y Deportes (DRD), Eric Labrador. Esto forzó al promotor Richie Miranda a llevar el caso a corte federal ante el juez Daniel Domínguez, quien falló a favor de UFC.

De haber prevalecido el gobierno, pudo haber significado el final de la compañía, según admitió el árbitro de UFC, “Big” John McCarthy.

“Fue la primera batalla que UFC tuvo en corte… y que un gobierno trataba de suspender uno de nuestros eventos. Terminamos en la Corte Federal de Puerto Rico tratando de salvar el cartel y evitando que se detuviera el evento con una orden de cese y desista. Tuvimos que testificar por varios días… con ellos (representantes del Gobierto de Puerto Rico) diciendo tantas barbaridades sobre el deporte y yo tratando de explicarles lo que hacíamos. No era lo que ellos decían, de que esto era ‘una pelea de gallos humana’. Fueron momentos tensos porque pudieron habernos puesto fin”, recordó el árbitro de UFC John McCarthy en entrevista con el portal TheMMATruth.com.

“Afortunadamente, el juez fue lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de lo que hacíamos y entendió que no tenían fundamentos legales para cancelar el evento. Si hubiéramos perdido el caso, eso hubiera tenido un efecto negativo en nosotros. Hubiera matado el interés. Así que fue una victoria enorme en ese momento histórico para mantener al deporte vivo de cara al futuro”.

Grandes logros

UFC-8 fue un éxito. Según los récords históricos, asistieron 13,462 personas, la mayor para un evento de UFC en ese momento. Esto sin contar que unas 5,000 personas se quedaron fuera y tuvieron que ver las peleas a través de una pantalla gigante que se colocó en las afueras del estadio. Ese récord de asistencia perduró hasta el 22 de noviembre de 2002 (seis años y medio más tarde) cuando el evento de UFC-40 atrajo unas 13,700 personas.

Además, se reportaron unas 300,000 de ventas de Pay Per View, la mayor cantidad de UFC por los siguientes 10 años. Eventualmente fue superado en el 2006 (400,000 ventas) con UFC-57.

La noche de 1996, el nocaut que le propinó Don Frye a Thomas Ramírez en ocho segundos fue un récord durante 13 años y medio, siendo la marca de UFC que ha estado vigente por más tiempo en su historia. Eventualmente fue superada por el nocaut de Todd Duffe a Tim Hague en siete segundos durante UFC-102, en agosto de 2009.

Esto sin contar que fue la aparición inicial del anunciador Bruce Buffer (de la frase ¡It’s Time!), quien presentó su primera pelea de UFC.

También, fue la primera vez que se impuso un tiempo límite, de 10 minutos por combate. Asimismo, utilizaron jueces para determinar al ganador si se terminaba el tiempo. Era evidente que la presión pública y política estaba teniendo un efecto y una reglamentación se estaría implementando poco a poco para que fuera aceptado el deporte.

Lamentablemente, las autoridades gubernamentales locales no fueron pacientes y optaron por prohibir futuros eventos de artes marciales mixtas con una legislación. No fue hasta el 2008 que, bajo el mandato de Henry Neumann, entonces secretario del DRD, se adoptó un reglamento que había sido aprobado por la Comisión Atlética de Nueva Jersey en el 2000.

“El deporte en aquel momento era un tabú por su naturaleza violenta. No se comprendía el entrenamiento de estos peleadores ni sus destrezas”, opinó Ángel Cordero, escritor del portal TheMMATruth.com.

“Otros factores que pudieron tener algún grado de influencia para que el deporte permaneciera prohibido por tanto tiempo fueron los promotores de boxeo y lucha libre, que no querían que este deporte volviera a coger auge en Puerto Rico. Tratar de restaurar el MMA y educar a la gente ha sido una batalla bien cuesta arriba en Puerto Rico”, añadió.