Luego de un tumultuoso proceso judicial, Félix “Tito” Trinidad aceptó que se siente tranquilo con el acuerdo que alcanzó en días recientes con el Banco Popular y que puso un detente al juicio que enfrentaría a esta institución bancaria con el múltiple excampeón mundial.

“Estoy tranquilo. Estoy en paz”, expresó este lunes el otrora atleta durante el reconocimiento que se le hizo a la campeona unificada de las 126 libras, la puertorriqueña Amanda Serrano.

“Ya se acabo el pleito. Estoy tranquilo”, reiteró el exmonarca de las 147, 154 y 160 libras.

Trinidad, que fue una de las grandes atracciones del evento organizado por el Departamento de Recreación y Deportes (DRD) en la cancha Nilmarie Santini, agradeció el apoyo que recibió de su familia inmediata y de sus representantes legales, encabezado por el licenciado Eric Quetglas.

Fue precisamente Quetglas quien informó que su representado y el Popular había zanjado sus diferencias mediante un acuerdo. Los detalles del convenio no fueron divulgados por el letrado debido a que es materia confidencial.

Este pleito comenzó en el 2014, cuando el integrante del Salón de la Fama del Boxeo Internacional radicó una demanda contra el banco en la que reclamaba que no fue asesorado adecuadamente en el manejo de sus inversiones lo que lo llevó a perder parte de la fortuna que había acumulado durante su carrera deportiva.

Por su, Banco Popular insistió que el expeleador mantuvo un déficit de $13.7 millones en una línea de crédito.

Trinidad y su padre, Félix Trinidad Rodríguez, presentaron una demanda enmendada en enero del pasado año en el Tribunal Federal para el Distrito de Puerto Rico contra Popular Inc. y sus subsidiarias Popular Securities, LLC y Banco Popular de Puerto Rico en la que reclamaban que la institución financiera era responsable por daños económicos ascendentes a $279,654,876.

Quetglas mencionó que el acuerdo también puso fin a esta reclamación.

Con la experiencia ganada con este caso, Tito Trinidad exhortó a los deportistas que comienzan sus carreras a asesorarse con las “personas adecuadas” y a que ahorren para cuando les toque retirarse.

“Que sean personas bien allegadas a ellos. Papá, mamá. Se puede confiar, pero hay que saber en quién. Hay que ahorrar y saber dónde se pone el dinerito porque es importante tenerlo para el resto de los días”, declaró.