Tiger Woods fue dado de alta de la clínica en la que se internó para recibir tratamiento por abuso de fármacos para mitigar el dolor, y el golfista indicó que “seguirá luchando contra esto”. 

El tratamiento procedió al arresto de Woods por conducir bajo los efectos de una sustancia controlada. El 29 de mayo, la policía de Jupiter, Florida, lo encontró dormido al volante de un automóvil que presentaba algunos raspones y que estaba mal aparcado junto a una carretera, a unos 24 kilómetros (15 millas de su casa). 

Woods dijo a la policía que había ingerido varios medicamentos. No se encontró alcohol en su organismo. 

De acuerdo con una declaración escrita difundida el mes pasado, Woods dijo que iba a recibir ayuda profesional por su consumo de medicamentos, cómo lidiar con dolencias físicas y combatir un desorden del sueño. 

Su agente confirmó que el campeón de 14 majors, que se operó la espalda en abril, iba a recibir tratamiento en una clínica. 

Woods indicó el lunes en Twitter que recientemente completó un “intenso tratamiento privado”. Añadió que seguirá sus esfuerzos con la ayuda de sus médicos, familiares y amigos. 

Se trata de la segunda vez que Woods busca tratamiento para resolver un problema personal. A comienzos de 2010, permaneció 45 días en una clínica de Mississippi, luego que su matrimonio se vino abajo tras conocerse varias infidelidades del entonces astro del golf. 

Woods se sometió a su cuarta cirugía de rodilla después de ganar el US Open de 2008 en Torrey Pines. Aquél fue el último título que conquistó en un major. 

A comienzos de 2013, la espalda comenzó a darle molestias. Se ha operado cuatro veces de la espalda desde 2014. En el procedimiento más reciente, se le fusionaron vértebras lumbares hace un par de meses.