Bayamón. La ciudad ucraniana de Odessa es donde reside la tenista ucraniana Mariia Petrova, quien vino a jugar esta semana en el Puerto Rico Bowl, un torneo internacional de tenis de la categoría juvenil auspiciado por la PRTA y el Junior World Tennis Tour.

Odessa está cerca de caer presa ante la invasión rusa que vive Ucrania desde hace ya tres semanas. De ser invadida, Petrova no está clara si podrá ver prontamente a su padre, abuelo, tíos y primos residentes en la ciudad. Su padre y abuelo, de 70 años, se han unido a la resistencia ucraniana que busca frenar el empuje de los rusos.

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Con esa realidad constantemente distorsionando su mente, Petrova salió a jugar en la tarde de ayer lunes una batalla deportiva en el Puerto Rico Bowl para jugadoras y jugadores de hasta 18 años.

“Es difícil jugar tenis así, en honor la verdad”, dijo Petrova a Primera Hora tras caer vencida en la primera ronda del evento en Bayamón. “Así es porque leo todas las noticias en la mañana, antes de practicar, antes de acostarme. Estoy jugando tenis y mi familia está en Ucrania. Pienso en ellos todo el tiempo. Me preocupo”.

“Estoy aquí, pero mi mente y corazón están allá“, añade la joven que salió de su país junto a su madre y una hermana de siete años una semana antes que iniciara la invasión rusa.

Estoy jugando tenis y mi familia está en Ucrania. Pienso en ellos todo el tiempo. Me preocupo. Estoy aquí, pero mi mente y corazón están allá

-Mariia Petrova

Aunque está activa en una competencia, Petrova considera que es junto a su madre y hermana una de las personas desplazadas por la guerra. Contó que es parte de la emigración de mujeres, niños, bebes y adolescentes ucranianos. Ella, como miles de madres y abuelas con sus hijos y nietos, han salido de Ucrania para evitar la muerte y el hambre que produce la guerra.

La joven salió a jugar en el Puerto Rico Bowl el lunes y cayó vencida en la primera ronda. Pocos podrán comprender todo lo que cargaba en su mente al momento de salir a jugar.
La joven salió a jugar en el Puerto Rico Bowl el lunes y cayó vencida en la primera ronda. Pocos podrán comprender todo lo que cargaba en su mente al momento de salir a jugar. (Alexis Cedeño)

“Mi mamá lo previno. Sabía que esto podía pasar y me trajo a mí y a mi hermana de 7 años a Nueva York, a donde, de hecho, se mudó mi coach hace un par de meses. Ahora están en Miami esperándome para ir a Nueva York. A la semana de estar en Estados Unidos comenzó la guerra. Esa mañana del 24 de febrero me levanté para practicar y mi mamá estaba llorando frente al televisor”, recordó.

“Fue una buena decisión de ella”.

Tiene a su padre y abuelo activos con la resistencia

Petrova cuenta que tiene a muchos familiares viviendo en distintos países de Europa, sobretodo en Austria y Polonia. Así también está la mejor amiga de su madre que montó a sus tres hijos en un carro y manejó desde Odessa a Vienna, Austria.

Pero agregó que ha vivido una ganancia en la guerra: la unión de su familia aún en el distanciamiento y el crecimiento del sentimiento nacionalista ucraniano.

Especificó que antes de la guerra vivía una relación complicada con su padre. Dijo que la comunicación hija-padre ha crecido a niveles impensados antes de la invasión porque hablan frecuentemente ahora, mientras que antes pasaban semanas sin comunicación.

Y añadió que la gente de Ucrania ha comenzado usar dos símbolos de su nacionalismo: su idioma y su bandera pese a la oposición de algunos sectores ucranianos. Agregó que ha visto ese nacionalismo crecer hasta en los sectores que se oponían.

En medio de la tristeza que vive, Mariia Petrova está feliz de que el pueblo ucraniano se ha levantado como uno. Dice que un nuevo sentir nacionalista ha despertado, incluso entre muchos que seguían considerándose rusos aún viviendo en Ucrania.
En medio de la tristeza que vive, Mariia Petrova está feliz de que el pueblo ucraniano se ha levantado como uno. Dice que un nuevo sentir nacionalista ha despertado, incluso entre muchos que seguían considerándose rusos aún viviendo en Ucrania. (Alexis Cedeño)

“Hace unos meses, si me ibas a decir que me iba a comunicar todas las tardes con mi padre, te iba decir que estabas loco, porque hemos tenido una relación dura con él. Ahora le texteo y le llamo, aunque sé que está ocupado. Sé que está bien”, dijo.

Su familia se ha unido, así como la gente de Ucrania

“Esto unió la familia y a la gente de Ucrania. A decir la verdad, tenemos mucha gente que estaba entre dos aguas (entre Rusia y Ucrania) y hablaban ruso. Es un proceso histórico y mucha gente habla ruso. Yo comencé a hablar ucraniano. Esa es mi posición aunque mucha gente actuó agresivo ante esa iniciativa. Cuando la guerra comenzó, toda esa gente comenzó a ondear la bandera y a hablar en idioma de Ucrania. Esa gente me ha texteado para decir que ahora esa también es su posición porque no necesitan, no quieren la protección rusa”, agregó.

Ucrania era parte de la antigua Unión Soviética. En el 1991 se independizó de Rusia. Pero para el presidente de Rusia, Vladimir Putin, recuperar el territorio, aparte de las riquezas naturales que tiene, es parte de un proceso de revivir la gloria perdida de la antigua Unión Soviética.

Esto unió la familia y a la gente de Ucrania. A decir la verdad, tenemos mucha gente que estaba entre dos aguas (entre Rusia y Ucrania) y hablaban ruso. Es un proceso histórico y mucha gente habla ruso. Yo comencé a hablar ucraniano.

-Mariia Petrova

Petrova dice que por el nacionalismo que vive y atesora en el corazón, tiene un fuerte deseo de regresar a Ucrania tan pronto pueda para ayudar a la causa.

Previo a la guerra, Petrova dijo que su sueño era mudarse a Estados Unidos y perseguir una carrera en el tenis, como lo está haciendo actualmente. El tenis europeo es de los más competitivos en el mundo.

Ahora en la guerra, Petrova dijo tal vez ponga esos planes profesionales por debajo de los nacionales.

“Quiero ir a casa. Antes de que la guerra comenzara tenía sueños, metas, planes de convertirme en una jugadora profesional porque voy a una escuela profesional de tenis. Ahora sigo teniendo planes, pero no quiero estar alejada de mi país. Mi residencia siempre será Odessa. Quiero ver a mi padre y abuelo. Estoy orgullosa de ellos y de la gente de Ucrania”.

La joven se considera junto a su madre y una hermana de siete años que salieron de Ucrania una semana antes de la invasión una de las miles de personas que han sido desplazadas por la guerra.
La joven se considera junto a su madre y una hermana de siete años que salieron de Ucrania una semana antes de la invasión una de las miles de personas que han sido desplazadas por la guerra. (Alexis Cedeño)

En medio de esa circunstancia, una que sin dudas genera emociones, Petrova intentó competir el lunes.

“Lo intento. El tenis es mi plataforma para demostrar que defiendo a Ucrania. Por eso vine aquí con mi bandera y trato de hacer lo mejor para demostrar que Ucrania es un país fuerte y que no necesitamos ninguna protección de Rusia”, dijo.

La jugadora quiso aprovechar la plataforma para agradecer a todos los ciudadanos del mundo que han enviado ayuda humanitaria a Ucrania y pidió por el cierre del acceso aéreo sobre el país para evitar la principal causa de muerte y destrucción en la invasión rusa: el ataque de misiles y bombas aéreas.

“Si alguien lee esta entrevista, es importante que ayuden. Tengo allí mis amistades, familiares, a mi padre. Tengo amistades en Kiev (capital), amistades en Kharkiv que me han llamado y enviado fotos de sus casas bombardeadas. Es estresante y emocional. Es difícil para los que están allí y para los que miramos desde lejos”.

Aún en el exterior y jugando, Petrova es parte de la realidad que viven los ucranianos en la invasión rusa que ha sido condenada por el mundo deportivo y por la gran mayoría de los países del globo. Incluso, la invasión ha sido condenada por ciudadanos rusos en Rusia.