Mónaco. El corredor keniano Rhonex Kipruto fue despojado de su récord mundial de 10 kilómetros en ruta y suspendido seis años por dopaje.

La Unidad de Integridad del Atletismo determinó que anomalías en las muestras de sangre de Kipruto apuntan “a un deliberado y sofisticado régimen de dopaje y que el fondista seguramente recibió la ayuda de terceros”. Las muestras fueron tomadas cuando intentaba clasificarse a los previos Juegos Olímpicos de Tokio.

Se impuso un suspensión de seis años al considerar las “circunstancias agravantes” en el caso, excediendo el habitual castigo de cuatro años.

Todos los resultados de Kipruto, remontándose a septiembre de 2018, fueron anulados, con lo que fue despojado de la medalla de bronce que obtuvo en los 10,000 metros del Mundial de 2019 y el récord mundial de 10 kilómetros en ruta logrado en 2020.

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El récord queda ahora en manos del etíope Berihu Aregawi, quien cronometró 26 minutos y 33 segundos en los 10k el año pasado, nueve segundos más lento que el tiempo de Kipruto.

No se encontró una sustancia dopante en las muestras de Kipruto y el caso se sustentó en su pasaporte biológico, el cual lleva un registro de las muestras de sangre para detectar irregularidades y cambios que sugieren un dopaje sanguíneo.

Según el panel investigador, la defensa de Kipruto cargó la culpa a enfermedades, hábitos inusuales de entrenamiento y consumo de alcohol, algo que incrementó durante la pandemia de COVID-19. También quiso refutar la validez de algunas de las muestras de sangre.