Sin regulación el transporte marítimo de caballos de carreras
Una tragedia ocurrida en el 2019 expuso la peligrosidad de esa práctica.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
PUBLICIDAD
Ahora que la Cámara de Representantes está investigando el funcionamiento de la industria hípica de Puerto Rico sería provechoso que también le dé una mirada a un tema de vida o muerte que involucra a sus caballos: la irregulada práctica de transportar vía marítima equinos de carrera desde Estados Unidos a Puerto Rico.
El delicado tema es conocido en la industria hípica porque hay un litigio en los tribunales federales que involucra a uno de los grupos de dueños de caballos, la Confederación Hípica de Puerto Rico. La Confederación es demandante porque unos caballos suyos murieron en la travesía por barco o luego de ésta desde Jacksonville, Flórida a San Juan.
El presidente de la Confederación, Luis Orraca, depuso hace dos semanas en las vistas de la Cámara que hace su Comisión de Recreación y Deportes y su presidente el representante José ‘Che’ Pérez. Orraca o Pérez no abordaron ese tema.
El tema también es conocido en Estados Unidos porque fue expuesto este mes y por primera vez por la revista hípica Blood Horse.
Es común la compra de caballos en Estados Unidos por inversionistas boricuas para carreras en Puerto Rico. La mayoría de los caballos en el hipódromo Camarero son importados. El transporte a Puerto Rico ocurre por vía marítima y aérea. La primera es más económica.
A nivel gubernamental, el secretario de Agricultura, Carlos Flores Ortega, también tiene conocimiento del tema y de la muerte de ejemplares que levantó el litigio.
“Tengo conocimiento desde el mismo momento en que se suscitó la muerte de los caballos”, dijo Flores Ortega sobre los hechos que ocurrieron en el 2019.
De hecho, Flores Ortega dijo que el veterinario del departamento, Alejandro Pérez, está cooperando con la investigación del litigio.
Nueve caballos de carrera murieron en los hechos. De los nueve, ocho perecieron en el contenedor en que los transportaba la empresa Tote a Puerto Rico, reveló Blood Horse. Otro fue puesto a dormir luego de salir del transporte.
Los caballos pertenecían a la Confederación y fueron tramitados para el transporte por la compañía Hermanos Ruiz, según Blood Horse. Todos fueron colocados en un contenedor rediseñado para una mejor ventilación para los animales durante el viaje y el tiempo de espera en los muelles.
La práctica de transportar caballos vía marítima tiene una larga historia, pero no parece estar regulada.
El secretario de Agricultura dijo a Primera Hora que la única función de su Departamento es facilitar un veterinario que inspeccione la salud de los caballos a la entrada a Puerto Rico, entre otros cargos, con vida. Flores Ortega aseguró que Agricultura no es responsable por autorizar los transporte de los animales.
Mientras, la Comisión de Juegos del Gobierno de Puerto Rico, que regula la hípica local, no tiene reglamento para el transporte marítimo de caballos, dijo su director ejecutivo, José Maymó Azize.
Y el demandante en la muerte de los caballos, el presidente de la Confederación, Luis Orraca, dijo que desconoce si alguna agencia de gobierno tiene un reglamento para esa práctica.
Tanto Maymó Azize como Orraca señalaron a Agricultura como la agencia que recibe a los ejemplares en los muelles. Maymó Azize dijo que desde el accidente su agencia prohíbe la transportación marítima de caballos comprados con fondos públicos que otorga a los dueños para la compra de ejemplares.
Varias fuentes de Primera Hora entiende que el transporte marítimo de caballos de carrera ha continuado luego del trágico accidente. La naviera Tote Maritime dijo a Blood Horse el 1 de junio que descontinuó ese tipo de transportación. Funcionarios de Tote no contestaron el domingo a Primera hora si han transportado más caballos de carreras desde el accidente.
Orraca dijo que no expuso ante la Comisión de la Cámara el tema de transporte de equino que le afecta porque tiene una demanda en curso.
La Comisión que preside Pérez ha estado investigando sobre todo el uso de las máquinas de videojuegos que generan apuestas a las carreras de caballos. En particular, investiga la distribución de las ganancias de las máquinas para los distintos sectores de la industria, según el reglamento gubernamental aprobado en el 2007 y enmendado en el 2014.