Johannesburgo - La bicampeona olímpica sudafricana Caster Semenya ha presentado una solicitud ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra la normativa de la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics) que le impide competir en sus especialidades por sufrir hiperandrogenismo, informaron este jueves sus abogados.

En un comunicado de prensa, la firma Norton Rose Fulbright, que representa a la atleta, anunció que la batalla legal de Semenya ha dado un nuevo paso tras alegar “violaciones” de la Convención Europea de Derechos Humanos por parte de World Athletics y del resto de instituciones que hasta ahora revisaron su caso.

“Espero que el tribunal europeo acabe con estas largas violaciones de los derechos humanos por parte de World Athletics contra las mujeres atletas”, declaró Semenya, según el comunicado.

“Todo lo que pedimos es que se nos permita correr libremente, de una vez por todas, como las mujeres fuertes y sin miedo que somos y siempre hemos sido”, añadió.

El del Tribunal Europeo de Derechos Humanos será el tercer intento de Semenya de tumbar, por la vía legal, la polémica normativa con la que la Federación Internacional de Atletismo limita el nivel de testosterona en las pruebas en que ella es especialista.

Dichas reglas obligan a las atletas a mantener los niveles de testosterona por debajo de los 5 nanomoles por litro durante un periodo continuado de al menos seis meses para competir en pruebas de entre 400 metros y una milla (unos 1,600 metros).

De no hacerlo, las atletas “con disfunciones en su desarrollo sexual”, como las describe World Athletics, debían tratarse médicamente, cambiar de prueba o competir como hombres.

De los casos de atletas con hiperandrogenismo, el de la sudafricana Semenya, doble campeona olímpica y triple mundial de 800 metros, es el más conocido.

En los más de dos años transcurridos desde el anuncio de la normativa, la corredora sudafricana ya perdió un proceso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y un recurso posterior ante la Justicia ordinaria de Suiza (país donde tiene su sede el TAS).

Semenya, muy querida en su país y en África, alega que la normativa es discriminatoria, que viola la ética de la medicina -por obligar a gente sana a medicarse- y que atenta contra los derechos humanos.

Los abogados de la atleta sudafricana ya habían anticipado su intención de llevar el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en noviembre pasado.