Sara Rosario tuvo su batalla contra el cáncer hace 12 años
La presidenta de Copur supo que tenía una masa en el seno en abril de 2001, cuando su niño, que en ese entonces tenía 3 años, le dio un cabezazo accidental en el área.
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Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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La batalla que tuvo que dar Sara Rosario para lograr convertirse en la primera mujer que dirige el Comité Olímpico de Puerto Rico (Copur), en un mundo dominado por hombres, no fue la más grande que ha dado en su vida.
Hace 12 años ya había ganado una partida mucho más importante cuando sobrevivió a un diagnóstico de cáncer de seno.
“Es una lucha que vencí y que si me vuelve a tocar en la vida, sobreviviré”, dijo con firmeza la líder del Copur ante un grupo de mujeres que participaban de la segunda Feria contra el Cáncer del Seno que celebró la Administración de Servicios Médicos (ASEM) en el Centro Médico de Río Piedras.
Según Rosario, con su batalla contra el seno “aprendí a vivir, a vivir de una manera distinta, con mucha fe... Que la vida hay que cogerla con serenidad. Aprendí a valorar a la familia, aprendí a tener mucha fe en Dios”.
La presidenta de Copur supo que tenía una masa en el seno en abril de 2001, cuando su niño, que en ese entonces tenía 3 años, le dio un cabezazo accidental en el área. El sobo que se dio la preocupó tanto, que al otro día fue a visitar a su ginecólogo. “Ahí comenzó mi viacrucis”, relató.
Rosario dijo que acudió a muchos médicos para que le explicaran su situación y le recomendaran qué hacer. Señaló que actuó con rapidez. En mayo de ese mismo año ya estaba operada y en julio recibió la primera de las seis sesiones de quimioterapia a la que fue sometida. También tuvo que tomar radioterapia.
“En la segunda quimioterapia se me cae el pelo. Para mí eso fue morirme. Es como una flor que se le van cayendo las hojitas. Era lo más difícil que enfrentaba”, sentenció la mujer, quien era escuchada con mucha atención por pacientes y empleados del Centro Médico.
A la presidenta del Copur no le tuvieron que hacer mastectomía. Pero confesó que vive con una huella imborrable en su seno y un padecimiento en una mano que le provoca hinchazón.
En su batalla contra el cáncer, Rosario señaló que aprendió a derribar al miedo y a sacar energías para luchar por las cosas que quiere en la vida. Pero lo más gratificante, según contó, es que ha visto a su hijo crecer.
“Tengo que ver esto como una nueva oportunidad de vida que me ha dado el Señor. Llevo 12 años de sobreviviente, he visto a mi hijo crecer, que eso fue lo más que me motivó y me entusiasmó para salir adelante. Y los logros que he tenido en mi vida personal y profesional, han sido parte de la experiencia del cáncer del seno”, señaló.
Agregó que “vivo con un fantasma detrás, no tengo miedo a decirlo”. Por ello, cada seis meses le insiste al doctor que le haga un chequeo del cáncer del seno, aunque se supone que sea cada año.
Por otro lado, como parte de la feria, los empleados de ASEM construyeron sostenes rosados con las que debían llevar mensajes para concienciar sobre esta enfermedad.
Uno de lo que participó del evento fue Harry David Torres, quien construyó un busto de madera para colocar el sostén que sus compañeras de la División de Ingeniería creaban, así como un gran lazo rosado con luces que prendían y apagaban.
“Yo pasé seis meses difíciles con mi madre. A ella le extirparon los dos senos. Por eso hice la pieza del lazo con muchas luces, por las que han sobrevivido la depresión, los dolores, sentirse no mujer, como le pasó a mi madre”, afirmó el hombre.
Charlas sobre lo que es el cáncer del seno, alimentación saludable y ejercicios también fueron ofrecidas a los presentes. Mientras, a los alrededores de la plazoleta central del Centro Médico grupos de empresarios mostraban sus productos y un doctor de la entidad hospitalaria atendía a aquellas personas que se habían hecho exámenes de la presión y la glucosa.