El entrenador de Washington en el football de la NFL, Ron Rivera, recibió este lunes su último tratamiento contra un tipo de cáncer de piel, dos meses después de ser diagnosticado.

Rivera, quien es de ascendencia boricua (Toa Alta), se enteró en agosto de que tenía un carcinoma de células escamosas, que se considera muy tratable cuando se detecta tan pronto como el suyo. El exjugador de 58 años se perdió un tiempo de práctica pero no juegos, mientras se sometía a tratamientos, y le dijeron que su pronóstico a largo plazo es bueno.

“Me reuní con ambos médicos el martes y el jueves”, dijo Rivera el domingo. “Ambos están muy positivos sobre el progreso que he logrado. Por lo tanto, hasta ahora todo marcha bien. Tengo seguimientos, chequeos y exploraciones aún por hacer. Lo que me han dicho es que todo se dirige en la dirección correcta".

Rivera y Washington vencieron 25-3 el domingo a los Cowboys de Dallas para mejorar a 2-5.

Los médicos programaron a Rivera para recibir líquidos por vía intravenosa en el medio tiempo de los juegos para mantenerlo hidratado. Aunque por lo general estaba preparado para los acontecimientos en el campo con una década de experiencia como entrenador de la NFL, algunas cosas sobre el tratamiento del cáncer lo sorprendieron.

“Hay ciertas cosas que aparecen de repente, efectos secundarios que tienes: la fatiga, lo cansado que estás; a veces siento náuseas; honestamente, a veces, tu equilibrio se arruina, casi una sensación de vértigo“, dijo Rivera. “Luego las náuseas. Te golpea en cualquier momento y en cualquier lugar. (Y) la fatiga y salir a practicar y esas cosas, me limitaba, y eso realmente me molesta porque realmente no puedo entrenar como entreno".

Rivera ha sido entrenador durante una pandemia, un cambio de nombre de la franquicia, las acusaciones de acoso sexual en el lugar de trabajo desde antes de su época de técnico que salieron a la luz después de su contratación, y su propia batalla contra el cáncer. El coordinador defensivo Jack Del Rio dirigió la práctica cuando Rivera no pudo estar en las instalaciones.

“Probablemente me tomarán tres o cuatro semanas después de recibir mi último tratamiento debido al período de recuperación, pero estoy ansioso”, dijo Rivera.

El equipo de Washington utilizó la cuenta oficial en Twitter para publicar un vídeo del momento en que Rivera salía del hospital estes lunes, luego de completar la última sesión del tratamiento, y el corto mensaje que acompaña el vídeo, lee: “Es un tipo distinto de lunes victorioso”.