Puerto Rico en el movimiento olímpico
La isla ha dicho siempre presente en la máxima justa desde el 1948 al presente.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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La historia olímpica de Puerto Rico no comenzó directamente en la pista ni en el ruedo competitivo de los Juegos de Londres 1948. Ese mismo año, antes de las Olimpiadas, la historia del país en el movimiento olímpico comenzó cuando por primera vez se escuchó el nombre de Puerto Rico en una sesión del Comité Olímpico Internacional (COI) en la ciudad de St. Moritz, Suiza.
El entonces presidente de la Comisión de Recreo y Deportes (hoy DRD), Julio Enrique Monagas, tuvo a cargo la petición para que se reconociera al Comité Olímpico de Puerto Rico (Copur).
La comitiva estaba presidida por el entonces gobernador de Puerto Rico, don Jesús T. Piñeiro, mientras Monagas fungía como vicepresidente del organismo. Y en una reunión previa a la sesión del pleno, en enero de 1948, el Comité Ejecutivo del COI aprobó favorablemente la petición de Puerto Rico, en el primer gran paso de la isla en el olimpismo mundial.
Sin embargo, no fue hasta 10 años después, en julio de 1958, que el COI aceptó definitivamente a Puerto Rico en su seno. Esto fue dos años luego de que tuviera que enfrentar una de las polémicas más duras que puso en peligro la presencia boricua en las competencias internacionales.
En 1956, varios líderes del deporte de tiro impugnaron ante el COI la presencia de Monagas al frente del movimiento deportivo por entender que tenía dominio total del deporte en la isla y que escogía arbitrariamente los directivos. La disputa llegó hasta el corazón del COI, que brevemente suspendió al Comité Olímpico local y quitó a Puerto Rico el derecho de representación en competencias olímpicas, lo que puso en peligro la presencia boricua en las Olimpiadas de Melbourne.
Pero en unas elecciones celebradas prácticamente un mes antes del inicio de los Juegos, surgió como nuevo presidente Jaime Anexy y el COI le otorgó un permiso provisional para participar en los Juegos y Puerto Rico dijo presente en Melbourne con una minúscula representación de 12 personas.
De ahí en adelante, jamás Puerto Rico se ha ausentado de un encuentro olímpico, ni siquiera de las Olimpiadas de Moscú 1980, en las que Estados Unidos y otros países boicotearon los Juegos, ni tampoco en 1984, en Los Ángeles, cuando la entonces Unión Soviética y otros países comunistas le pagaron con la misma moneda.
Sin embargo, la historia de la presencia de Puerto Rico en eventos internacionales es más longeva. Aunque ya los boricuas habían dicho presente en los segundos Juegos Centroamericanos y del Caribe de la Habana, en 1930, la primera vez que compitieron como entidad organizada en un evento de tal envergadura fue en 1933, luego de que la Legislatura aprobara una resolución conjunta para designar un “Comité Olímpico” con el fin de que la isla tuviera representación en las “Olimpiadas Centroamericanas” que se llevarían a cabo ese año en El Salvador.
Como dato curioso, Puerto Rico se presentó a las distintas competencias internacionales a partir de 1933 sin tener consigo bandera o himno, debido a que en aquel entonces, aún no se había constituido el Estado Libre Asociado de Puerto Rico.
En algunos momentos, Puerto Rico tuvo que desfilar con la bandera de Estados Unidos -por ser territorio de la unión norteamericana- o con el escudo de la ciudad de San Juan sobre tela blanca, entre otros.
Hasta el presente, sin embargo, siempre se había reportado que la primera vez que la Monoestrellada acompañó a la delegación en unas Olimpiadas fue en Helsinkin 1952. El dato no era del todo certero según descubrió en una reciente investigación el historiador Carlos Uriarte González, quien expone sus hallazgos en su más reciente libro titulado “De Londres a Tokio, Juegos Olímpicos, Una mirada desde Puerto Rico - 1948-2020”.
Cuatro años antes, en Londres 1948, ya había estado presente en la ceremonia inaugural, y en el libro de Uriarte aparecen incluso fotos de la Bandera de Puerto Rico en el estadio Wembley de Londres, así como durante la premiación del boxeador Juan Evangelista Venegas al subir al podio para recibir su medalla de bronce, la primera presea de Puerto Rico en su historial olímpico.
Sigue siendo correcto el dato de que el abanderado de la delegación boricua, el pertiguista José “Fofó” Vicente, desfiló con la bandera blanca del escudo de Puerto Rico en esos Juegos de 1948. Sin embargo, la Monoestrellada sí estuvo en lo alto del estadio ondeando.
Mónica Puig ganó la primera medalla de oro
Pero no fue hasta la pasada edición de Río 2016 cuando se escuchó por primera vez “La Borinqueña”, al producirse el primer triunfo por un atleta del patio para emerger como campeón olímpico. Este fue el caso de la tenista Mónica Puig, quien tras un arrollador paso por el torneo de tenis superando a rivales clasificadas por encima de ella en el escalafón de la Asociación de Tenis de Mujeres (WTA), enfrentó en la final de la justa brasileña a la entonces número 2 del mundo, la alemana Angelique Kerber, a quien derrotó Puig también para escribir una página dorada en la historia del deporte puertorriqueño.
Su oro olímpico fue, de paso, la novena medalla en total que obtiene Puerto Rico en estas justas.
El boxeo ha sido el deporte bandera
Fue el boxeo el deporte que por décadas sacó la cara por Puerto Rico en el máximo escenario deportivo mundial. En un periodo de casi 50 años entre los Juegos de Londres 1948 y Atlanta 1996, la isla obtuvo seis preseas olímpicas y todas fueron en el pugilismo. El primer atleta boricua en subir al podio de unas Olimpiadas fue Venegas, con su bronce en Londres 1948. La próxima presea olímpica para un atleta puertorriqueño tardaría 28 años, cuando en Montreal 1976, Orlando Maldonado también se adjudicó una medalla de bronce.
Los Ángeles 1984 fue la primera Olimpiada en que una delegación puertorriqueña ganó dos medallas. Esa edición marcó, de paso, la primera ocasión que Puerto Rico obtuvo una presea de plata, o en otras palabras, la primera vez que un atleta del patio llegó hasta la final en un evento. Y el protagonista de esa presea de plata fue Luis Francisco Ortiz, quien cayó ante el estadounidense Pernell Whitaker en la final de 60 kilogramos (división ligera). Mientras Arístides González lo acompañó con una de bronce en el peso mediano (75 kilos).
Las otras dos medallas bronceadas fueron de Aníbal Acevedo en Barcelona 1992 y Daniel Santos en Atlanta 1996.
Primeras preseas fuera del boxeo
Desde entonces, transcurrieron cuatro Olimpiadas y 16 años para que Puerto Rico volviera a pisar otra vez el podio en Londres 2012, que fue a la vez la segunda ocasión que el país ganó dos metales en una misma justa olímpica. Esa vez el luchador Jaime Espinal se convirtió en el segundo medallista de plata boricua y Javier Culson se colgó el bronce. Espinal lo hizo en la lucha estilo libre en la división de 84 kilogramos, y Culson en los 400 metros con vallas del atletismo.
Esas dos medallas fueron también históricas para Puerto Rico porque fueron las primeras que se obtuvieron en otro deporte que no fuera el boxeo.
Puerto Rico también obtuvo una medalla de bronce, en Seúl 1988, en el deporte de béisbol, pero por ser en aquel entonces un deporte de exhibición, no cuenta oficialmente en el medallero olímpico.
Otras actuaciones loables de las delegaciones boricuas han sido la de Rolando Cruz, en pértiga, en los Juegos de Roma 1960, al finalizar en cuarta posición y no apoderarse de la medalla de bronce por haber consumido más turnos que el contrincante que eventualmente finalizó tercero. En Montreal, por su parte, Carlos Berrocal finalizó cuarto en los 100 metros espalda (natación) al finalizar solo a fracciones de segundo del tercer puesto.
El Equipo Nacional de Baloncesto también se apuntó un “por poco” en los Juegos Olímpicos, de Tokio 1964. Los boricuas perdieron el partido de la medalla de bronce ante Brasil.