Potrero Los Llanos: Una de las joyas de Coamo
En el lugar de fama mundial se cuidan, crían y venden caballos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Coamo. Al escuchar la palabra potrero, a muchos le viene a la mente la idea de paseos a caballo. Pero con 51 años de historia, el Potrero Los Llanos es mucho más que eso.
Se trata de una institución del deporte hípico puertorriqueño en la que se producen caballos de carrera que se venden en subastas en las que participan postores de todo el mundo, alcanzando cifras millonarias. Ese fue el caso del año pasado, cuando se subastaron 59 ejemplares, por más de $2 millones. La puja por al menos dos de los ejemplares subastados en ese evento rebasó los $100 mil.
Todo inició desde temprano en la vida de Eduardo ‘Danny’ Maldonado, cuando su padre criaba caballos de paso fino y de carrera, también en Coamo.
“Mi padre tenía terrenos aquí, y tuvo caballos en el hipódromo. A él le gustaban los caballos de paso fino y comenzó a criar caballos para él. Y yo desde los cinco o seis años comencé a montar caballos”, recordó Maldonado.
Esa experiencia definió la vida de Maldonado, quien comenzó a aventurarse en ese mundo por cuenta propia, con la compra de caballos de reclamo (caballos que participan en carreras bajo la condición de que pueden ser comprados durante el evento por una cantidad mínima).
La historia se repite y así ocurrió con Eduardo Maldonado, hijo de Danny y quien tras completar estudios en el campo de las finanzas e intentar perseguir una carrera en ese mundo, decidió unirse a su padre. De hecho, según Maldonado hijo, de no haber tenido los caballos en su vida, probablemente se habría dedicado al mercado de valores.
“Me gustaban los números. Siempre me gustó la matemática y soy bueno en eso. Pero la realidad es que yo vengo a trabajar aquí todos los días y para mí no es un trabajo. Estás en una finca. Yo no estoy en una oficina encerrado de 8 a 5. Entro y salgo, los sábados voy al hipódromo a ver alguna carrera. Pero si no hubiese estado aquí, yo habría seguido por el camino de las finanzas. Sería un ‘stock broker’”, dijo.
Mientras ‘Danny’ se encarga de la mensajería y firmar los cheques, según sus palabras, Eduardo se mantiene al frente de la operación diaria, que involucra unas 300 cabezas de ganado equino, entre sementales, yeguas de reproducción, potros que se crían para la venta y ejemplares de diversas cuadras del mundo que se encuentran bajo el cuidado del Potrero Los Llanos. Eduardo también se involucra en otros aspectos de la cruza y reproducción para obtener nuevas líneas provenientes de ejemplares campeones, cuyo costo asciende a cerca de los $1.2 millones anuales.
Uno de los secretos que los Maldonado le atribuyen al éxito del Potrero Los Llanos, es precisamente la peculiaridad del clima y las tierras de Coamo.
“Los terrenos de Coamo son extraordinarios para cría de caballos. Es seco, hay que irrigarlos, pero los nutrientes que tiene el terreno de Coamo, es una cosa especial. Al caballo de carrera no le conviene mucho la humedad”, explicó Maldonado, padre.
Además de la cría y venta de caballos, la actividad hípica en el Potrero Los Llanos impacta directamente la economía de Coamo, aportando decenas de empleos directos de los que se benefician trabajadores no diestros que son parte del equipo que cuida, cría, alimenta y vela por los caballos. Esto además de los empleos indirectos e inducidos.
El Potrero Los Llanos también sirve como centro de práctica para los programas de medicina veterinaria de al menos tres instituciones universitarias que envían sus estudiantes allí, algunos de los cuales eventualmente, logran integrarse de manera formal al equipo de trabajo de Los Llanos.
Maldonado, padre, indicó que actualmente se encuentran en el proceso de ampliar la aportación a la comunidad, con el desarrollo de un programa que permita a niños con necesidades especiales recibir equino terapias en el lugar, aunque por el momento ese proyecto se encuentra en una etapa conceptual.