La circunstancia que sobrellevó Damar Hamlin, jugador de los Bills de Buffalo en la NFL el lunes en la noche, es poco común que ocurra aunque puede pasar, como evidentemente ha pasado, y puede ser fatal si no se atiende con premura.

Hamlin, de 24 años, tuvo un paro cardíaco en pleno partido contra los Bengals de Cincinnati luego de recibir un golpe en el pecho mientras hacía una jugada defensiva. Hamlin cayó al suelo y se reincorporó, pero colapsó unos segundos después. Personal de emergencias médicas le proveyeron asistencia, incluyendo resucitación cardio pulmonar (CPR, por sus siglas en inglés). Su estado al momento es crítico, según reportes.

Viendo vídeos del triste incidente, el cardiólogo puertorriqueño Luis Molinary no puede dejar de pensar que algo así puede suceder en Puerto Rico. Y lo hace estando casi seguro que lo que Hamlin sufrió es algo que se conoce como un ‘comottio cordis’, que de no ser exactamente lo vivido por Hamlin, es muy posible que pueda pasar en Puerto Rico en algún momento.

Varios cardiólogos que hemos visto el vídeo coincidimos que ocurrió lo que se conoce como ‘commotio cordis’, un problema del sistema eléctrico del corazón. Es una situación rara que ocurre en deportes como fútbol, artes marciales, karate, boxeo o cualquier otro donde la persona recibe un fuerte golpe en el pecho justo en la fase eléctrica del corazón”, explicó el cardiólogo Luis Molinary, quien ha trabajado con la Selección Nacional masculina de baloncesto y varios equipos del Baloncesto Superior Nacional (BSN).

El cardiólogo Luis Molinary analizó la secuencia de sucesos que casi le cuesta la vida al joven jugador de los Bills de Búfalo.
El cardiólogo Luis Molinary analizó la secuencia de sucesos que casi le cuesta la vida al joven jugador de los Bills de Búfalo. (Jorge Ramirez Portela)

“La gente puede pensar que fue un infarto, pero no. Ocurrió una arritmia maligna, lo que provocó que no tuviera la fuerza de contracción. Es raro que ocurra, pero ocurre. El corazón no tiene la contracción adecuada, transcurren tres o cuatro segundos en lo que el cerebro deja de recibir la sangre que necesita y la persona colapsa”, agregó.

Los latidos del corazón de Hamlin fueron reiniciados mientras se encontraba en el terreno de juego. De hecho, personal médico iniciaron CPR hasta que fue utilizado un desfibrilador.

“Tuvieron que actuar con premura porque no hay tiempo para descartar otras condiciones. Hay que identificar la condición enseguida, pero si no tiene el desfibrilador para darle ese shock eléctrico, pudo haberle costado la vida. Por cada minuto que pasa que no le de el ‘shock’ es un 10% menos de probabilidad que siga con vida. Alguien conocía de la condición (‘commottio cordis’) y sabía lo que había que hacer”, sostuvo Molinary.

Asimismo, el cardiólogo puertorriqueño insistió en la necesidad de enseñar el método de CPR en la Isla y que las instalaciones deportivas o de eventos multidudinarios tengan accesibles desfibriladores para atender las crisis. Además es importante que las personas también aprendan a manejar un desfribrilador.

“Hay que aprender. No hay que ser un médico para saber CPR, además de que es súper sencillo. En Puerto Rico existe una ley (Ley 141 del 2008) que en venues deportivos y anfiteatros con capacidad para 500 o más persona, se requiere que haya desfibrilador accesible. Cualquier golpe fuerte en el pecho que ocurra en esa parte eléctrica puede ocurrir una tragedia si no se está preparado. Es mejor precaver que tener que lamentar. Hay que crear conciencia que se siga la ley y que existan los desfibriladores”, concluyó Molinary.