Norman H. Dávila: 50 años llevando la emoción hípica
El veterano narrador conversa sobre su extensa y destacada carrera en el hipismo
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Canóvanas. En este año 2021, Norman H. Dávila cumple 50 años narrando las carreras en vivo de la hípica boricua, y vive agradecido de muchos factores que le han permitido registrar una carrera exitosa en este ámbito.
Es una cifra impensable para el mismo Dávila, reconocido por la frase: ¡Y se abren las compuertas...!
“Creo que nadie pensaba que 50 años después íbamos a estar dando batallas todavía”, dijo ayer Dávila al compartir con Primera Hora en el hipódromo Camarero.
La voz nacional de la hípica boricua está agradecido por la salud que goza y también de las oportunidades que han surgido por tantos años en este negocio.
“La salud es un factor fundamental”, confesó Dávila, de 77 años y quien comenzó a narrar a los 27 años.
Gracias a la salud, la participación de Dávila como narrador de las carreras ha sido ininterrumpida, desde que comenzó en el 1971 en el antiguo hipódromo El Comandante en Carolina, llegando hasta Camarero en Canóvanas.
Gracias a su excelente consistencia, se podría calcular cuántas carreras ha narrado Dávila durante este tiempo. A razón de un promedio de cuatro días de carreras, de siete pruebas cada una, durante 52 semanas por cada año, Dávila ha narrado alrededor de 72,800 carreras.
Es impresionante, sin duda.
Él dice que hay que restarle los pocos días de enfermedad que ha tomado en esta hípica que se corre los 12 meses del año. Le agrega al descuento los días que se ha ausentado para narrar en otros eventos deportivos, como los juegos del Equipo Nacional de baloncesto en el exterior, así como los periodos de meses que pasó inactivo el hipismo boricua por los huracanes Georges y María, así como por la pandemia.
Aún restando, Dávila dice que no habría que ser un genio matemático para saber que la suma de carreras es de decenas de miles.
“Tienen que ser muchísimas. De esos no hay duda”.
No solamente la salud le ha permitido mantenerse tanto tiempo en la narración; también hay que recordar que primero vino la oportunidad que recibió para narrar, y la victoria que se anotó en esta.
La oportunidad llegó cuando la inconfundible voz de Mariano Artau le llamó en busca del sustituto para al entonces popular narrador Pito Rivera Monge, quien hizo el brinco a la televisión y dejó un vacío en la radio, recordó Dávila.
Dávila agregó que nunca había narrado hípica u otro deporte, aunque sí trabajaba entonces en la redacción deportiva del diario El Mundo.
La primera vez
Pero añadió que tomó la oportunidad con la misma mentalidad de atleta competidor que le llevó a lanzar en la pelota Doble A con Cataño.
“Nunca pensé narrar nada. Pero las oportunidades llegan. En la vida siempre he tenido la mentalidad del atleta. Los retos, mientras más dífíciles sean, hay que aceptarlos, y tratar de dar el máximo para hacer lo mejor posible. La suerte mía fue que lo hice lo suficientemente bien y que me cogieran”, recordó Dávila sobre la prueba que ganó ante otros candidatos a narradores.
Hoy día, el estudio de narración en el hipódromo Camarero lleva su nombre.
La historia de Dávila en la narración también es una de superación, pues su antecesor, Rivera Monge, era entonces una estrella. Dávila dijo que Rivera Monge fue en la hípica lo que Manuel Rivera Morales fue para el baloncesto.
El pueblo hípico de entonces estaba acostumbrado y confiaba en la narración radial, pintoresca, dramática y entretenida de Rivera Monge y, de repente, con la llegada de las carreras a la televisión, tuvo que escuchar otra voz, una más seria, con una descripción más real a lo que estaba ocurriendo en la pista.
Muchos opinan que la longevidad de Dávila en este negocio se debe a que se ganó al público hípico luego de la era de Rivera Monge. Dávila lo reconoce, pero también le agradece a la televisión.
“No fue fácil. Al principio hubo una resistencia de algunos sectores, lo que era de esperarse. Pienso que me ayudó que fuera transmitiéndose cada día más en la televisión. Mi estilo era, y sigue siendo, mucho más conservador y mucho más cerca de la realidad de lo que la gente está viendo. Fue un factor que me ayudó, que entré cuando se estaba desarrollando el cambio a la televisión”.
Dentro y fuera de la isla
Su narración no solamente se ha limitado a los hipódromo locales.
La voz de Dávila también se escuchó desde hipódromos de Estados Unidos a los que viajó con el productor José ‘Pantalones’ Santiago para transmitir las participaciones de caballos estrellas en Puerto Rico, como los importados Bold Forbes y Mister Frisky, quienes representaron a la isla en carreras de la Triple Corona estadounidense.
De esa manera, los 50 años en la narración incluyen intervenciones desde los históricos hipódromos de Churchill Downs en Kentucky y Pimlico en Baltimore, en los intentos de Mister Frisky en la Triple Corona, así como la victoria de Bold Forbes en el importante clásico Bold Wood Memorial en el Aqueduct de Nueva York. Bold Forbes pasó a ser el único caballo desarrollado en Puerto Rico en ganar el Kentucky Derby y el Belmont Stakes en el 1976.
“Gracias a Pantalones tuve la oportunidad de narrar eventos importantes para Puerto Rico en el exterior”, dijo.