Antes de ser una jugadora profesional de baloncesto, comentar en transmisiones de la Selección Nacional o ser una reportera de deportes, Natalia Meléndez creció en el residencial Vista Hermosa, en San Juan.

No tuvo una figura paterna, pero su madre, Sonia Meléndez, se encargó de guiarla a ella y a su hermana mayor, Alexandra Osorio, por el buen camino.

Alexandra procedió a convertirse en la única mujer en jugar con hombres en la Liga Puertorriqueña de Baloncesto, mientras que Natalia es vista todas las tardes en la programación de Wapa TV como la reportera de deportes de Noticentro. Pero su pasión por lo que hace comenzó cuando conoció por primera vez el baloncesto, con apenas ocho años.

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“Nosotras solíamos nadar en casa. Yo era bien mediocre, pero mi hermana era muy buena. Nos estábamos enfermando mucho y yo tenía ocho años cuando mi mamá, junto a una amiga, nos llevó a la cancha de Caparra Heights con Modesto Jiménez. El primer año no quise jugar porque decía que era un deporte muy rudo y físico, viniendo de la natación. Pero un día vi a las nenas de mi edad jugando y haciendo un ‘drill’ llamado la figura ocho. Ese día le dije a mi mamá que quería jugar y comencé a practicar baloncesto”, recordó Meléndez en una entrevista con Primera Hora en el Día Internacional de la Mujer.

A partir de ese momento empezó a labrar su camino en el deporte que le ha dedicado una vida. A los 11 años, fue parte de la Selección Nacional de baloncesto mini, con la que ganó una medalla de oro en un Centrobasket. Dos años después, Miguel Martínez gestionó su firma con las Leonas de Ponce en el Baloncesto Superior Nacional Femenino (BSNF), y, aunque tenía solo 13 años, no se intimidó por el reto de competir con mujeres.

“Desde pequeña me ponían a jugar categorías más arriba que las mías y tenía mucha confianza porque Miguel Martínez me quería mucho y me trataba como una hija. No era inusual que jugadores jóvenes compitieran en Superior durante aquella época. Mi hermana estaba también conmigo en el equipo”, mencionó.

Sin embargo, la estadía de Meléndez en la “Ciudad Señorial” fue una corta, pues al año siguiente pasó a las Mets de Guaynabo, donde jugó por 18 temporadas consecutivas. A esta franquicia le guarda mucho cariño, y visita con frecuencia su antigua cancha, el Coliseo Mario “Quijote” Morales, ya sea para disfrutar de un partido de categorías menores o del BSN.

Natalia Meléndez en uniforme de las Mets de Guaynabo en el BSNF.
Natalia Meléndez en uniforme de las Mets de Guaynabo en el BSNF. (Suministrada)

“Yo me quedé en las Mets durante todo ese tiempo porque era la capitana del equipo y mi apoderada, Sara Ríos, era la mejor del mundo. Yo tuve una apoderada que era promujer en una época donde eso no era usual. Nos cuidaba, defendía y se metía al municipio a pelear por dinero. Hubo un intento de Caguas firmarme en un momento, pero no me soltaron porque era la querendona de allí y no me veía jugando en otro equipo”, confesó la otrora canastera que estudió en la Universidad de Alabama.

“Todavía yo me paso allí a cada rato. Yo entro allí y siento que estoy en mi casa. Hay un olor y un ruido particular. Yo conozco todo el techo de esa cancha”, abundó.

Mamá, jugadora profesional y maestra

En aquellos años, las jugadoras enfrentaban muchas dificultades, como una brecha salarial aún mayor que la que existe hoy en día. Como consecuencia, todas tenían que tener otro trabajo para sustentarse y dejar su preparación a un segundo plano. En el caso de Meléndez, fue maestra de matemáticas y ciencias en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús, en San Juan, por casi una década y tenía su propio negocio.

“Nosotras cobrábamos bien poco. En ese entonces, una jugadora ‘top’ podía ganarse $3,000 en una temporada completa. Era absurdo, pero era lo que había. No se respetaba el baloncesto femenino. En mis últimos años, yo fui maestra en Sagrado, tenía negocio propio, estaba haciendo una maestría, jugaba baloncesto y tenía a Nakel (su hija) chiquita”, rememoró. “Esa época era bien complicada. Todo el mundo tenía otros trabajos. Yo creo que la única jugadora que podía vivir del baloncesto era Damaris Colón, porque era la más que cobraba, y no lo sé por seguro”.

Salto a los medios

Meléndez se retiró como baloncelista profesional en 2011, pero dio sus primeros pasos en los medios mucho antes, ya que comentaba en las transmisiones radiales de las series finales del BSNF cuando las Mets eran eliminadas. Por esto, ya contaba con experiencia cuando empezó en la televisión.

“Ese mismo año que me retiré me reunió la producción del canal seis para decirme que estaban buscando una fémina para que esté con Elliot Castro y Raúl Cintrón trabajando las Olimpiadas de Londres 2012, pero que no estaban buscando una modelo porque habían muchas y quería a alguien que le metiera al deporte. Yo les dije: ‘Esa soy yo, pero sepan que no me sé maquillar’. Ahí empezó mi carrera”, narró entre carcajadas.

Natalia Meléndez junto a Elliot Castro.
Natalia Meléndez junto a Elliot Castro. (Suministrada)

Desde ese instante, su carrera en los medios despuntó, siendo parte de transmisiones de los Juegos Olímpicos, FIBA y BSN. A pesar de que no contó con la presencia de su padre, recibió el apoyo de Castro y el narrador Ernesto Díaz, quienes se convirtieron en figuras paternales que la guiaron en su camino hasta llegar donde está hoy.

“Yo no tengo papá. Yo crecí con mi mamá solamente, así que tener figuras masculinas que creyeran en mí, me dieran la mano y me regañaran cuando me tenían que regañar, porque uno no siempre hace las cosas bien, fue fundamental. Estas personas fueron mis guías y cambiaron mi vida”, sostuvo.

“Pienso que tengo mucho de Elliot. Mucha gente dice que, cuando narro los juegos de Puerto Rico, soy emocional, y Elliot siempre me decía que, en los juegos de la Selección, uno es puertorriqueño y el corazón no se puede sacar de la transmisión. Siempre me quedé con eso. La disciplina, la seriedad y siempre buscar otros ángulos en todas las situaciones lo aprendí de Ernesto”, reveló.

Pero confesó que ganarse el respeto de los televidentes no fue fácil. Esto debido a que el público no estaba acostumbrado a escuchar una voz femenina en las transmisiones.

“Cuando empecé era prácticamente la única mujer y la gente no tenía perdón. Todos los días leía unas cosas terribles y para que la gente se acostumbrara a escuchar una voz de mujer fue un poquito complicado, pero le doy gracias a Dios porque gozo del respeto de la mayoría de las personas en estos momentos”, indicó.

En la actualidad, Meléndez labora en Wapa TV como reportera ancla de la edición estelar de Noticentro y presentadora de la Línea Deportiva en Wapa Deportes. Dejó atrás transmisiones como BSN y las Olimpiadas, pero está satisfecha con el cambio que dio en su carrera, que ha incluido múltiples retos. Y en el proceso se ha transformado en una figura a seguir para mujeres en los deportes, ya sea dentro de una cancha o un medio de comunicación.

Natalia Meléndez se desempeña como reportera de Noticentro.
Natalia Meléndez se desempeña como reportera de Noticentro. (Suministrada)

“Lo más importante es la preparación. Uno tiene que prepararse. No soy fanática de los ‘todólogos’, de aquellos que se creen que se las saben todas. No me gusta eso. Siempre he dicho que te enfoques en lo que quieres hacer. Si quieres ser reportera de deportes, enfócate en eso, o si deseas especializarte en un deporte, también. La preparación es lo más importante”, concluyó.