Durante más de 70 años, la bandera confederada fue parte de la escenografía tradicional en las carreras de la NASCAR.

A lo largo de toda la lucha por los derechos civiles y hasta la carrera en Daytona que inauguró la temporada en febrero, fue común ver la bandera en las casas rodantes de los espectadores que acampaban en el infield o en las manos de espectadores de todas las edades que contemplaban las competiciones desde el graderío.

Pero en momentos en que el país trata de reconocer los problemas en las relaciones raciales tras la muerte de George Floyd, la NASCAR dio al fin el paso: La bandera no es ya bienvenida en esta serie de automovilismo.

La NASCAR prohibió la portación y exhibición de banderas confederadas en sus carreras y propiedades el miércoles, en un paso necesario y largamente postergado por una serie profundamente arraigada en las tradiciones del sur y orgullosa de sus tradiciones. Ahora, la NASCAR debe esforzarse para convencer a algunos de sus más fervientes seguidores de que lo mejor es dejar en casa las banderas, guardar en el armario las camisetas con ese emblema y arrancar las calcomanías que están adheridas en los parachoques de sus automóviles.

Habrá que llegar a las carreras sin un solo rastro de la enseña que para millones de personas simboliza la esclavitud y el racismo.

Vigilar el cumplimiento de esta política podría resultar un desafío. La NASCAR no dio detalles sobre cómo prevé enfrentarlo.

Esta bandera “es contraria a nuestro compromiso de proporcionar un ambiente cordial e inclusivo para todos nuestros fanáticos, competidores y para la industria”, recalcó el miércoles la NASCAR.

Bubba Wallace, el único piloto negro de la NASCAR, pidió esta semana la prohibición de la bandera confederada, al considerar que “no hay lugar” para ésta en el deporte. Wallace solicitó que la serie de automovilismo, se distanciara formalmente de este emblema.

Brian France, expresidente de esta serie, trató de vetar el uso de la bandera en los autódromos en 2015. Su propuesta resultó muy amplia para hacerse cumplir, y causó indignación en la base de seguidores sureños de estas carreras.

La prohibición se anunció antes de la carrera del miércoles por la noche en el Martinsville Speedway. Wallace piloteaba un Chevrolet que llevaba impreso el lema del movimiento #BlackLivesMatter, contra la discriminación racial.

Originario del estado de Alabama, Wallace portaba también una mascarilla con la bandera de Estados Unidos. Y antes de la carrera, cuando se le preguntó sobre la prohibición de la bandera confederada, el piloto aplaudió.

“Ha sido un par de semanas muy estresante”, manifestó Wallace en declaraciones a la cadena Fox. “No hay duda que la carrera de esta noche es la más grande de mi vida. Estoy emocionado. Hay muchas emociones en la pista”.