Tras la reanudación del tenis de una paralización causada por la pandemia del coronavirus, Naomi Osaka no sólo conquistó su tercer título de Grand Slam al ganar el U.S. Open, sino que también se alzó para hablar sobre la injusticia racial y la brutalidad policial.

Por destacar en 2020 tanto por su activismo fuera de las canchas como por sus logros dentro de éstas, Osaka fue elegida la Deportista Femenina del Año por The Associated Press, un resultado revelado el domingo después de una votación entre editores y analistas deportivos de la AP.

“Fue difícil estar aislada de mi familia durante largos periodos del año, pero eso no es nada comparado con otros. Fue triste ver y leer las noticias de gente sufriendo por el COVID-19, y los efectos económicos y sociales sufridos por tantos —que perdían sus empleos y la salud mental. Fue un año muy difícil para muchas personas”, escribió Osaka en una entrevista vía email. “Y después atestiguar las injusticias policiales como George Floyd, Breonna Taylor y Jacob Blake (por nombrar solo algunas) en el verano me destrozó el corazón. Me siento orgullosa por mi victoria en el U.S. Open, pero más por contribuir a que la gente discutiera sobre problemas reales”.

Osaka recibió 18 de los 35 votos al primer lugar y un total de 71 puntos.

La Jugadora Más Valiosa de la final de la WNBA, Breanna Stewart, terminó en segundo lugar con nueve votos al primer lugar y 60 puntos, seguida por Sarah Fuller, la futbolista estrella de la Universidad Vanderbilt, con un voto de primer sitio y 24 puntos.

LeBron James fue anunciado el sábado como el Deportista Masculino del Año de la AP.

Billie Jean King, que ganó 12 títulos de Grand Slam en sencillos y por décadas fue pionera activista, elogió a Osaka por posicionarse “a sí misma como líder no sólo en el tenis de mujeres sino en el deporte en general y una fuerza de cambio en nuestra sociedad”.

“Su éxito cumplió la difícil tarea de alcanzar la excelencia en su desempeño deportivo y usar esa plataforma para brillar fuera de los deportes en un escenario mucho mayor”, dijo King a la AP. “Ella avivó una conversación sobre justicia social, resultados que son más grandes que el tenis, más grandes que el deporte, y al hacerlo elevó la vara para todos aquellos que desean equilibrar los dones y talentos para marcar una diferencia en nuestro mundo”.

Osaka registró una marca de 16-3 durante un calendario del tenis truncado por el coronavirus —las giras profesionales se tomaron una pausa de unos cinco meses; Wimbledon fue cancelado por primera vez desde 1945— y terminó el año en el tercer lugar del ranking mundial.

La racha definitoria de la temporada de Osaka vino en agosto y septiembre, cuando tuvo un lapso de 11 victorias consecutivas que incluyeron el U.S. Open.

Fue durante un torneo de preparación para el Abierto de Estados Unidos en Nueva York que Osaka —cuyo padre es haitiano y su madre japonesa— que declaró que no jugaría su semifinal, sumándose a figuras de la NBA y de otros deportes en una protesta por la muerte a tiros de Blake a manos de la policía.

“Existen claramente muchos asuntos relevantes. Este en especial me llegó debido a mi propia formación y también durante la pausa de la gira del tenis tuve tiempo de ver y leer noticias a detalle por primera vez en mi vida. Este verano en Estados Unidos, las tensiones fueron altas y llegaron a un punto de ebullición”, señaló Osaka. “Fue el momento correcto para que yo alzara la voz”.

A raíz de su decisión, ese torneo se detuvo completamente por un día.

“Su activismo ha arrojado luz sobre la manera en que nosotros como individuos y ligas deportivas podemos colectivamente causar un impacto”, destacó el presidente y director general de la WTA, Steve Simon. “Ella no solo es una tenista fenomenal, sino que también demuestra la forma en que los deportistas tienen una oportunidad para usar sus plataformas para algo más grande que el deporte o que ellos mismos. Sus actos resultan una inspiración y por eso ella es una digna merecedora de este reconocimiento”.