Nota del editor: El siguiente texto es una columna enviada por Mónica Puig a Primera Hora.

Participar en unos Juegos Olímpicos no es solamente un privilegio, es un honor. Representar a tu país es algo tan lindo que no hay palabras para describir el orgullo que se siente poder vestirte de los colores de tu bandera y saber que estás cargando a un país entero.

No poder participar en mis segundos Juegos Olímpicos, en Tokio, me da mucha tristeza y me pesa mucho en el corazón. Tenía mucha ilusión de poder ser la abanderada y desfilar en la ceremonia de apertura con toda mi familia deportiva en un momento tan mágico.

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Pero, hay veces en la vida cuando uno tiene que enfrentar obstáculos y dificultades. Me ha tocado en este momento ser fuerte y caminar con la cabeza en alto, porque sé que pronto regresaré a jugar de nuevo y seguir poniendo el nombre de Puerto Rico en alto.

Durante este tiempo fuera, estaré siguiendo a mis amigos que van a Tokio y apoyando desde aquí, pero jamás olvidaré mi gran momento en las Olimpiadas Río 2016 y esperaré hasta que se me dé en una nueva oportunidad en París 2024.

No poder participar en mis segundos Juegos Olímpicos en Tokio me da mucha tristeza y me pesa mucho en el corazón. Tenía mucha ilusión de poder ser la abanderada y desfilar en la ceremonia de apertura con toda mi familia deportiva en un momento tan mágico”

-Mónica Puig / Tenista medallista de oro en Río 2016