Millie Ruperto en su aposento, al estilo "bohemio universal"
Al entrar a su apartamento se siente una fascinante tranquilidad y conexión entre sus raíces puertorriqueñas y lo que han sido sus segundos hogares por los pasados años.
![La actriz asegura que una de su áreas favoritas de su apartamento es el balcón, por lo que al escoger una propiedad, esta tiene que tener terraza o balcón. (Foto: Gabriel López Albarrán)](https://www.primerahora.com/pf/api/v3/content/fetch/image-resizer-v1?query=%7B%22website%22%3A%22primera-hora%22%2C%22imageUrl%22%3A%22https%3A%2F%2Farc-anglerfish-arc2-prod-gfrmedia.s3.amazonaws.com%2Fpublic%2F3RTGK6PLQFDMBG4BUX4TXHD4GA.jpg%22%2C%22width%22%3A2560%2C%22redirect%22%3A%221%22%2C%22external%22%3A%221%22%7D)
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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Sencilla, organizada y espiritual. Así es la actriz puertorriqueña Millie Ruperto, quien con tan solo articular una pocas palabras deja al descubierto su relajada y mística personalidad fruto de enriquecedoras experiencias culturales al haber vivido en más cinco países como parte de su vida profesional.
Al entrar a su apartamento se siente una fascinante tranquilidad y conexión entre sus raíces puertorriqueñas y lo que han sido sus segundos hogares por los pasados años, como Japón, Hawai, Bogotá, Los Ángeles y Miami, entre otros. Una alfombra en la entrada para dejar los zapatos, figuras de Buda, detalles antiguos, cojines en el piso, pequeños cuadros con la garita del Morro, incienso y velas, hacen del ambiente uno, sin duda, “bohemio universal”. Y es así como la actriz define su estilo.
(En la casa) “tengo muchos recuerdos de mis viajes. Al escoger los accesorios, prefiero los detalles antiguos o el look viejo, creo que le dan más carácter a las cosas y van conmigo. No soy complicada, me gusta todo lo más sencillo, es parte de quien soy. Me gustan los colores tierra, el verde de las plantas y el blanco. Creo mucho en la energía positiva. Cuando tengo un día largo me gusta prender velas e incienso y me relajo”, comenta la ganadora de la primera edición, en el 2002, de Protagonistas de Novela, reality show de la cadena Telemundo.
Y parte de sus creencias es también “despojarse de todo lo que hay en calle” al llegar a la casa. Por eso, “lo primero que hago cuando llego es quitarme los zapatos. Tengo mis creencias espirituales y no quiero traer las malas vibras de afuera a la casa. Me quito los zapatos, tiro la cartera y voy directo a cambiarme, tampoco me tiro a la cama con la ropa del día. Son costumbres que ha adquirido de todos los lugares donde he vivido”.
¿Su área favorita? Varias, pero le encanta estar en el balcón. “Al escoger una propiedad, tiene que tener terraza o balcón, necesito poder salir y tomar fresco. No puedo estar en un sitio completamente cerrado. Paso mucho tiempo en el balcón. También paso mucho tiempo en la sala; me encanta tirarme en los cojines y estar en el piso; me encanta el piso. Y claro, mi cuarto, que es mi santuario. Soy súper organizada, y siempre tengo el cuarto arreglado. Me gusta que la casa esté organizada y tenga buenos olores, me gusta sentir el olor a fresco”.
Con un despegue por lo material que deja muy claro desde el primer momento que entramos a la casa, Millie asegura que “no tengo miedo de que se rompa nada, para mí todo es reemplazable. Si se rompió, se rompió”. Y así se lo deja saber a sus amistades, quienes cuando llegan acomodan los cojines y se van para el piso o se acuestan en la hamaca que está en el balcón. Igual de práctica es con el juego de comedor, del cual se deshizo hace un tiempo, por encontrarlo “innecesario”. “Como en el piso o en la cocina. Por ahora, no lo encuentro necesario y así tengo más espacio para tirarme en el piso”, comenta con una gran sonrisa.
Al preguntarle qué busca en una propiedad, Ruperto fue clara y precisa: “comodidad, espacios abiertos y que vaya con mi estilo de vida”.
“Cuando estoy en la casa me gusta sentirme de vacaciones, que cuando llegues sea como entrar al Milly’s Resort”, dice entre risas. Y al parecer logra este objetivo, pues asegura que todo el que llega a su casa se queda dormido. En cuanto a si la propiedad es nueva o no, afirma que esto no es relevante. “No me importa tanto porque todo eso es cosmético y se va arreglando poco a poco. A mí no me gusta todo nuevo, yo soy al revés. Me gusta el look viejo y combinarlo con lo bohemio”.
Tras vivir aproximadamente 20 años entre “allá y acá”, ahora Ruperto está radicada completamente en la Isla donde dice sentirse segura y tranquila, aunque viaja constantemente por sus compromisos profesionales.
Su aposento es un cómodos apartamento en el área metropolitana, cerca del aeropuerto y la playa, lo que para ella fueron factores determinantes a la hora de comprar la propiedad.
“En mi caso, por mi trabajo, quería estar cerca del aeropuerto y la playa. Cuando alguien compra tiene que estar consciente de cuál es su trabajo y qué hace para saber cuáles son sus necesidades e intereses y entonces comprar donde mejor le convenga”, aseguró.
A la hora de seleccionar entre casa o apartamento, asegura que le gustan ambas. “Pero pensando en mi seguridad, prefiero apartamento, que tenga seguridad 24 horas y que el estacionamiento me quede al salir; esto no es solo en Puerto Rico, sino en cualquier país que he vivido siempre lo busco así. Si viajas mucho es más fácil solo cerrar una puerta e irte que estar pendiente al mantenimiento de un patio y de una casa en general. Si tuviera una casa, tuviera que ser en una montaña o frente a la playa”.
LECCIONES HIPOTECARIAS
¿Qué has aprendido de las experiencias hipotecarias previas? “Ahora mi vida es más simple y lo que quiero son menos problemas”, dice con una sonrisa.
Aunque no se arrepiente de los negocios hipotecarios que ha realizado, afirma que tal vez “sí hubiera hecho algunos cambios, como haber escogido apartamentos más pequeños o más económicos, pero todo pasa por algo. Al comprar esta propiedad lo hicimos (junto a su exesposo) pensando en hacer una inversión extra y no necesariamente para vivir la propiedad. La idea era vivirla cuando estuviéramos en la Isla, y ahora esta es mi propiedad principal”.
Antes de esta propiedad tuvo varias propiedades, por lo que sugiere que “si en un momento dado tienes el dinero para seguir invirtiendo y se da la oportunidad, hay que aprovecharlo”.
Su primera compra fue en el 2004 en Miami y aunque confiesa que, como toda primeriza en estos asuntos, le dio un poco de temor de no poder pagarla, la compró a un precio bastante bueno y fue una compra cómoda. “Aunque no eran nuevos, los apartamentos se conservaban en buen estado. Le arreglé la cocina y los baños, y así fui poco a poco. Dos de los aspectos que consideré en ese momento fueron el estacionamiento y el pago del seguro, que aumenta si la propiedad está más cerca de la playa”.
TÓMATE TU TIEMPO, RELÁJATE Y VE A MIRAR
A juicio de la actriz, estos deben ser los tres pasos básicos previo a salir en busca de ese hogar anhelado. Millie ofrece varios tips para que tu compra sea la idónea.
- Lo primero es evaluar el área y que vaya con tu estilo de vida.
- La ubicación. Lo ideal es que la propiedad esté localizada cerca del trabajo y de tus pasatiempos.
- Investiga sobre los diferentes tipos de propiedades. No limites tus posibilidades.
- Ser práctico.
Si en algo coinciden la mayoría de los dueños de propiedades es que encontrar el hogar ideal es cuestión de feeling. Para muchos cuando abres la puerta ya sabes que esa es la casa. En fin, la clave es “ir con calma, relajado y sin prisa”, añadió la actriz.
PROYECTOS Y MÁS PROYECTOS
A nivel profesional, la agenda está cargada. Actualmente, Millie se encuentra grabando la película americana “Favela”, que se está filmando en Puerto Rico y en la cual tiene uno de los papeles protagónicos.
De igual forma, la veremos en la película “Así es ella”, que se presentará a mediados de abril en Fine Arts. Y para el mes de julio se une al elenco de la obra de teatro “Tierra Rebelde”, que ya se está presentando en Orlando, y llega a Puerto Rico para noviembre.
La actriz tiene otros proyectos pendientes que prefiere no anunciar por el momento, pero que prometen un extraordinario año.