¿Quien le iba a decir a Julio Enrique Monagas que atletas de skateboard iban a ser parte eventualmente del movimiento olímpico que fundó en 1948? ¿O hubiese pensado German Rieckehoff Sampayo que las patinetas que vio llegar a la Isla en los 80 competirían luego en los Juegos Olímpicos?

Los dos líderes del olimpismo puertorriqueño seguramente nunca lo imaginaron, sobre todo el primero, que vivió en una época en que no existían aún las patinetas.

Pero no es culpa de las mentes tradicionales la falta de visión, porque ni los mismos skaters de la actualidad pensaron que iban un día a llegar al ruedo olímpico.

“El deporte de patineta jamás pensó que iba a llegar a una olimpiada”, dijo el skater boricua clasificado para Tokio 2020, Manuel ’El Mellao’ Santiago.

La patineta está a menos de dos meses de ser una realidad en Tokio 2020, en donde verán acción 120 atletas entre féminas y varones en las modalides de Park y Street. Además de Santiago, el también skater boricua Steven Piñeiro estará entre los representantes de Puerto Rico.

Más aún, la patineta también está aprobada para ser parte de los Juegos Olímpicos de París 2024 y en los de Los Ángeles 2028.

La patineta no solamente llegó al ruedo olímpico, sino que también tendrá continuidad por dos ciclos olímpicos adicionales luego de Tokio.

Esa exposición expandida a 12 años podría tener un efecto amplificador en el deporte de skateboard, tal vez no tan grande, pero sí del modo expansivo como lo tuvo la NBA cuando se integró al movimiento olímpico en los 90.

Ya la patineta tiene un nicho que incluye televisión, auspicios y marcas de ropa deportiva. Su evento mayor es la competencia multidisciplinaria y anual llamada X Games. Ese evento de cuatro días produce millones de dólares en ganancias para sus sedes y es visto anualmente por 410 millones de televidentes en 215 países. ABC y ESPN trasmiten, según la revista Forbes.

Según Forbes, desde que existen los X Games, deportes como la patineta y el surfing se combinan para una producción de $6 billones en ventas anuales por concepto de equipo, ropa y accesorios.

Santiago, quien además de skater es codueño de una tienda de patinetas en Mayagüez, está seguro que el mundo de las patinetas crecerá gracias a las exposición olímpica.

“El deporte va a cambiar mucho en cómo la gente lo ve. Va a cambiar más posiblemente por la entrada de auspiciadores y por el apoyo del País. El deporte va a cambiar muchísimo”, dijo.

El movimiento olímpico aceptó la entrada de la patineta como un vehículo para atraer nuevos fanáticos a los Juegos Olímpicos. Al mismo tiempo espera atraer los auspiciadores que apuntan a esos jóvenes para vender sus productos. Con ese propósito, el movimiento olímpico también aceptó otros deportes de jóvenes como el surfing y el breakdance, ciclismo BMX.

El Comité Olímpico de Puerto Rico (Copur) sabe del potencial económico de la patineta y entiende que puede capitalizar con la presencia de Santiago y Piñeiro, quienes además son llamativos por tener estilos distintos a los que un atleta tradicional.

Steven Piñeiro (Suministrada)
Steven Piñeiro (Suministrada)

La presidenta del Copur, Sara Rosario, entiende que es temprano en este movimiento juvenil-olímpico para saber cuánto será el crecimiento como institución y deportes. Pero está segura de que la “fiebre” por estos creará un crecimiento, además de un toque de respeto a la imagen de esos deportes que algunos sectores deportivos no los reconocen como disciplinas deportivas.

“Definitivamente van a tener un gran crecimiento internacional y esperamos que también en Puerto Rico, en donde se vean fortalecidas estas federaciones y el deportes. Y va a atraer empresas y patrocinadores que no necesariamente han estado en el olimpismo”, dijo.

“La exposición del olimpismo es extraordinario para cualquier deporte, y es la envidia para cualquier deporte que no esté en el olimpismo”, agrego.

Pero Santiago advirtió que el crecimiento de la patineta tiene que ir de la mano de un control que deben ejecutar los propios atletas y los líderes del deporte. Una posible comercialización mundial de la patineta podría cambiar la esencia del deporte y hacerle automatizado. Santiago dijo que el dinero no puede cambiar esa esencia.

“Hay que proteger el arte de la patineta para que no se dañe”, dijo.