Los Ángeles. La propuesta para crear una liga de golf financiada por Arabia Saudí recibió un duro golpe el domingo cuando Dustin Johnson se dijo “plenamente comprometido” con la gira de la PGA y Bryson DeChambeau indicó que él jugará donde pueda competir con las estrellas.

Johnson se sumó a una creciente lista de las máximas figuras del golf que han desairado las riquezas garantizadas que ofrece la “Superliga de Golf” que pretende crear Greg Norman y su compañía LIV Golf Investments.

Johnson, campeón de dos majors y quien ha sido por más tiempo el número uno del mundo que cualquiera de los jugadores en actividad, se ubica actualmente en la sexta posición del ranking. El estadounidense de 37 años no había revelado sus intenciones durante los últimos meses, lo que causó que se especulara que podría competir en la Superliga.

“Siento que ahora es el momento para acabar con las especulaciones. Estoy comprometido plenamente con el PGA Tour”, sostuvo. “Estoy agradecido por la oportunidad de jugar en la mejor gira del mundo y por todo lo que ello me ha brindado a mí y a mi familia”.

Al igual que algunos otros jugadores, Johnson dijo que hay áreas en las que el PGA Tour puede “mejorar y evolucionar”.

Horas más tarde, DeChambeau publicó un comunicado en Twitter que parecía tomar el mismo camino.

“Si bien se ha especulado mucho en torno a mi respaldo a otra gira, quiero dejar muy en claro que en tanto los mejores golfistas del mundo jueguen en el PGA Tour, yo también lo haré”, afirmó DeChambeau.

Los ocho mejores jugadores del mundo han aseverado que no planean incorporarse a la liga apoyada por Arabia Saudí, al igual que otras figuras como Brooks Koepka y Jordan Spieth.

Medios británicos han señalado sin revelar sus fuentes que a DeChambeau se le ofrecieron $130 millones para competir en la Superliga — aunque DeChambeau respondió en las redes sociales que ese reporte era incorrecto — y a Ian Poulter se le ofrecieron $30 millones.