Jimmy Carter reconoció que fue una “mala decisión” su orden de un boicot a las Olimpiadas Moscú 1980
La decisión del recién fallecido presidente le costó a cientos de atletas el perder la oportunidad de competir en unos Juegos Olímpicos incluyendo a muchos boricuas aunque Puerto Rico no acató su orden.
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Colorado Springs, Colorado. Fue una decisión que privó a cientos de atletas de su oportunidad única de alcanzar la gloria olímpica, y durante más de cuatro décadas, pesó mucho sobre el hombre que la hizo posible: Jimmy Carter.
El fallecimiento de Carter el domingo ha desenterrado recuerdos de su presidencia de 1977-1981. En algún punto entre su mayor éxito en política exterior (los acuerdos de Camp David entre Israel y Egipto) y su mayor fracaso (la crisis de los rehenes en Irán) se encuentra el boicot estadounidense a los Juegos Olímpicos de 1980 en Moscú.
Fue Carter quien convocó a ese boicot, una maniobra de poder de la Guerra Fría destinada a expresar el desdén de Estados Unidos por la invasión soviética de Afganistán. En su discurso sobre el Estado de la Unión de 1980, Carter dijo que la invasión “podría representar la amenaza más grave a la paz mundial desde la Segunda Guerra Mundial”.
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El boicot obtuvo el apoyo de más de dos tercios de los 2,400 miembros de la inmanejable cámara de delegados del Comité Olímpico de Estados Unidos, el organismo rector que tomó la decisión oficial de mantener a los atletas fuera de Moscú. En poco tiempo, esa medida llegó a ser vista como el ejemplo clásico de los riesgos, la confusión y la baja tasa de éxito de inyectar política en los deportes.
“No se nos permitió ir por una razón no tan clara”, dijo Edwin Moses, el gran saltador de vallas que ganó 122 carreras consecutivas entre 1977 y 1987, que incluyeron las competencias por la medalla de oro olímpica en 1976 y 1984.
Durante décadas, los miembros del equipo olímpico estadounidense de 1980 -reconocidos como atletas olímpicos en su país pero no por el Comité Olímpico Internacional en el extranjero- contaron historias sobre oportunidades perdidas y sueños no cumplidos debido al viaje a Moscú que nunca hicieron. De los 474 atletas que se habían clasificado para el equipo en 1980, 227 no tendrían otra oportunidad de competir en los Juegos Olímpicos.
Muchos atletas contaron historias de haber conocido a Carter en una visita a la Casa Blanca en el verano de 1980 que sirvió como un tibio sustituto. En Washington, los atletas recibieron el mayor honor que los civiles pueden recibir del Congreso: la medalla de oro del Congreso. Pero esas medallas eran solo de bronce bañado en oro, no de oro puro, y no se registraron en el registro del Congreso hasta que se hizo un intento casi tres décadas después.
El nadador puertorriqueño Jesse Vassallo, campeón mundial reinante en múltiples eventos en ese momento, le contó a la revista Swimming World Magazine sobre su encuentro con Carter en la fila de recepción.
Carter “se acercó a estrecharme la mano y me dijo ‘¿Cómo te hubiera ido en Moscú?’”, recordó Vassallo. “Y yo dije: ‘Habría ganado dos oros y una plata’. Y él simplemente me miró con esa mirada (dolorida). No le hizo esa pregunta a nadie más”.
El luchador Jeff Blatnick, campeón del equipo olímpico de 1984, conoció a Carter en un avión años después. Según un ensayo escrito por el difunto portavoz del Comité Olímpico de los Estados Unidos, Mike Moran, Blatnick dijo: “Me miró y me dijo: ‘¿Estabas en el equipo de hockey de 1980?’. Le dije: ‘No, señor, soy luchador, estoy en el equipo de verano’. Él dijo: ‘Oh, esa fue una mala decisión, lo siento’”.
En su biografía de 2021 sobre el 39.º presidente, Kai Bird escribe que el boicot fue un subproducto de la línea dura que Carter decidió adoptar contra los soviéticos a instancias de su asesor de seguridad nacional, Zbigniew Brzezinski, que había estado en una lucha de larga data con el secretario de Estado, Cyrus Vance, menos agresivo, para influir en el pensamiento de Carter.
“La historia demostraría que Vance tenía razón; la ‘Doctrina Carter’ de Brzezinski nunca fue mucho más que una tapadera para las exportaciones de armas derrochadoras”, escribió Bird.
Y el boicot de Carter no hizo nada para disuadir a los soviéticos. Permanecieron en Afganistán durante nueve años más, al tiempo que perturbaban aún más el movimiento olímpico y la propia candidatura de Estados Unidos como anfitrión olímpico cuatro años después. Los soviéticos y otros 13 países, en su mayoría del bloque del Este, boicotearon los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984 en represalia por lo que los estadounidenses habían hecho a Moscú cuatro años antes.
Cuarenta y cuatro años después de la fatídica decisión de Carter, los Juegos Olímpicos siguen tan politizados y polarizados como lo estaban entonces. Y durante los últimos años, el mundo ha lidiado con el lugar de Rusia en los deportes internacionales a raíz de otra invasión, esta vez, en la vecina Ucrania.
Puerto Rico no hizo caso al boicot
Si bien Vassallo era un nadador boricua que representaba a Estados Unidos, éste no fue el único boricua afectado por el boicot aunque el Comité Olímpico de Puerto Rico tomó la decisión de no apoyar el pedido de Carter en contra de la voluntad del entonces gobernador de Puerto Rico, Carlos Romero Barceló. No obstante, la falta de fondos previno que Puerto Rico pudiera acudir a los Juegos Olímpicos con su delegación completa.
Puerto Rico acudió a las Olimpiadas en Moscú con una delegación de tres boxeadores, lejos del plan original que vislumbraba la participación de algunas 80 personas de ocho deportes, según lo dicta el libro De Londres a Tokio, de Carlos Uriarte. Entre los atletas que no pudieron acudir a las Olimpiadas del 1980 estuvo el Equipo Nacional de Baloncesto que ganó la medalla de plata en los Juegos Panamericanos San Juan 1979 y que era encabezado por su dirigente Flor Meléndez y los jugadores Raymond Dalmau, Rubén Rodríguez, Angelo Cruz, Charlie Bermúdez y Georgie Torres, entre otros.
Otros clasificados que no pudieron acudir estuvieron Amado Morales, Jesús ‘Bilo’ Cabrera y Carlos Acosta, respectivamente lanzador de la jabalina, corredor de los 200 metros y un decatleta. Mientras, Fernando Canales encabezaba un grupo de nadadores que incluían un relevo 4x100 metros combinados que había ganado medalla de bronce en los Panamericanos.
La delegación que finalmente fue estuvo integrada por los boxeadores Alberto Mercado, Luis Pizarro y y José ‘Papo’ Molina. Deogracias Álvarez fue el delegado del boxeo, José Ramos ‘747′ Martínez el entrenador. El jefe de misión fue Libertario Pérez, y su ayudante Luis Bermúdez. Los demás en el viaje fueron el presidente del Copur y quien encabezó el reto al boicot al boicot, Don Germán Rieckehoff Sampayo, Fufi Santori quien fue como observador, y Elliot Castro y Luis Rigoberto Varela Solar, quienes fueron como periodistas.
(Esta historia incluye contenido escrito por Primera Hora)