RÍO DE JANEIRO. Javier Culson sabe lo que es ser medallista en unos Juegos Olímpicos. Apoyado en esa experiencia, el ponceño tiene claro lo que quiere de la final de esta mañana en los 400 metros con vallas. Más importante aún; sabe exactamente lo que tiene que hacer para lograrlo.

Tras agenciarse medalla de bronce en los XXX Juegos Olímpicos de Londres 2012, esta vez el vallista tiene su mira en llegar a los más alto del podio en los Juegos de Río. Motivaciones le sobran.

“Sí. Quiero ser el primero en tener doble presea”, expresó Culson con una amplia sonrisa al referirse a la oportunidad que se le presenta de convertirse en el primer atleta que compite bajo la bandera de Puerto Rico en ganar medalla en más de una Olimpiada. La tenista Beatriz “Gigi” Fernández es la única boricua en conseguirlo, pero por Estados Unidos.

“Desde que estoy aquí me he visualizado siempre con una medalla, sea cual sea. Ahora mismo, Mónica (Puig) nos trajo una medalla que tanto anhelábamos. Eso me motivó mucho”, agregó. “Ahí, seguidamente, siguieron los muchachos (demás atletas de la delegación) haciendo buen papel, entrando a semifinales. Eso nos tiene ‘pompeados’ y yo no me quito la esperanza de traer otra medalla para Puerto Rico, sea cual sea. Yo quiero la de oro, pero hay que trabajar duro, correr duro”.

Como si fuera poco, la carrera de hoy coincide con el séptimo aniversario de que Culson ganara la primera medalla boricua en el Campeonato Mundial de Atletismo, al colgarse presea de plata el 18 de agosto de 2009 en Berlín, Alemania, con registro de 48.09 segundos. Dos años después, en Daegu, Corea del Sur, aumentó su cosecha en mundiales al ganar plata nuevamente con tiempo de 48.44.

Luego, en las Olimpiadas de Londres 2012, Culson ganó la primera medalla de Puerto Rico en el atletismo olímpico, con la presea de bronce al registrar 48.10 segundos.

Ahora en Río de Janeiro regresa a la final de los 400 metros con vallas, que se llevará a cabo en el Estadio Olímpico, a las 11:00 de la mañana (hora de Puerto Rico).

“Esa final va a estar bien dura”, destacó Culson. “Hay que correr durísimo”.

Recordó que se espera una final rápida, pues se ha observado desde la ronda preliminar que todos los competidores no se han guardado nada para las siguientes rondas y han echado el resto.

Su tiempo de 48.46 fue el cuarto mejor de todos en la semifinal. Los primeros tres fueron del estadounidense Kerron Clement (48.26), el jamaiquino Annsert Whyte (48.32) y el irlandés Thomas Barr (48.39). En una cercana quinta posición, el keniano Haron Koech entró con 48.49 segundos.

De todos, Culson y Clement son los únicos que repiten la final olímpica.

“Estamos todos parejos. Los ocho competidores (clasificados a la final) están expuestos a coger la medalla. Es cuestión de consistencia y ser más inteligente”, sostuvo Culson.

Tanto en la primera ronda, como en la semifinal, Culson avanzó después de recuperar posiciones en la segunda mitad de la ruta al hacer ajustes cuando se percataba que los rivales salían como si fuera una final.

El espigado atleta señaló que esa dinámica no es su plan regular de carrera, por lo que sería uno de los ajustes que atendería para su cita de hoy.

“Ya notaron que en el heat y semifinales, viniendo de atrás no me está funcionando. Me veo bien lindo corriendo, cerrando fuerte. Pero, en realidad, estoy atrás. Analicen bien, mi gente, para que noten que de atrás para adelante no voy a hacer nada”, dijo Culson.

“Hay que salir a comerse la pista”, añadió.

De sus resultados más recientes, incluyendo sus salidas en la Liga Diamante, se desprende que Culson ha venido reduciendo sus tiempos consistentemente.

En junio pasado, en Oslo (Noruega), Culson detuvo el reloj en 48.99 segundos. Después marcó 49.43 en Estocolmo y 48.63 en Londres.

De ahí pasó a los Juegos en Río de Janeiro, donde continuó bajando su mejor tiempo de temporada a 48.53 y 48.46 segundos.

No obstante, si se toma el resultado de Oslo como una excepción, la racha de cuatro carreras seguidas bajando de tiempo se puede ver como una tendencia desde el Grand Prix de Shanghái, China, en mayo (49.58).

“La Liga Diamante la usamos para cotejar y foguear. No me interesaban los puntos”, explicó Culson.

“Era para caer en velocidad aquí. Gracias a Dios y lo estoy bajando poco a poco, a ver si Dios quiere y doy una sorpresa en la final”, abundó.

En cuanto a esta progresión, Culson señaló que siente mucho más relajado que el año pasado, periodo que considera se vio afectado por diversos factores.

“Eso es madurez. Son 32 años y que quiero mejorar mi marca, mejorar mi actuación”, comentó Culson, quien es el atleta de mayor edad de todos los finalistas de hoy.

“Me he concentrado mucho. Estoy trabajando para mí”, afirmó. “Yo me gano mi pan de cada día y aporto a los jóvenes que quieren ser mejores que yo”.