Ponce. Javier Culson regresará a la pista dos veces en lo que queda de 2016 para correr en la Liga Diamante, pero no será hasta después, cuando tome vacaciones, que decidirá su futuro deportivo.

El atleta ponceño confirmó hoy que se presentará al evento de los 400 metros con vallas en París el 27 de agosto y en Zurich el 1 de septiembre, pero no para sumar puntos que lo lleven a optar por el campeonato de esta liga por tercera ocasión en su carrera, sino “para cumplir”.

Ha pasado muy poco tiempo desde que una falsa salida lo dejó fuera de la final en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, y su proceso de sanación apenas comienza.

“Tengo estos dos compromisos y voy porque ya compré el pasaje, pero realmente mi objetivo eran las Olimpiadas”, reconoció el vallista en un aparte con este medio, previo al recibimiento que le hizo hoy su pueblo de Ponce, el cual comenzó con una caravana desde Juana Díaz y terminó con una fiesta en la Plaza Las Delicias de la Perla del Sur.

Culson marcha tercero en la Liga Diamante con 22 puntos, detrás de los estadounidenses Kerron Clement y Michael Tinsley, que acumulan 25 y 24 puntos, respectivamente. Clement, de paso, fue el ganador del oro en Río. 

 “La Liga Diamante la estaba tomando como entrenamiento, no estaba buscando puntos sino mejorar técnicamente en las Olimpiadas. En esas competencias tuve altas y bajas, y era porque estaba buscando mi patrón de carrera, y ya estaba perfecta para las Olimpiadas”, explicó.

¿Te sentías listo?

“Sí. En la primera eliminatoria (en Río) mejoré la marca de la temporada y en la semifinal también. En la final, obviamente, iba a mejorar mi marca e iba a salir a hacer la carrera que acostumbro a hacer, no la de cerrar duro, sino la de salir agresivo”, teorizó.

El periodo de descanso que sucederá a esas carreras de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, en inglés) le servirá para pensar si continúa activo en las pistas y si se da la oportunidad de un nuevo ciclo olímpico.

“Quiero analizar en mis vacaciones qué va a pasar conmigo”, señaló el corredor de 32 años de edad.

Vital la solidaridad del pueblo

Culson no ha enfrentado solo este duro proceso. Su esposa, su madre y su hija, inicialmente a la distancia y desde este domingo en persona, le dieron soporte. Su equipo de trabajo, el Comité Olímpico de Puerto Rico, la delegación puertorriqueña en Brasil y especialmente el País también han estado ahí para él, cargándolo con mensajes de aliento y exhortaciones de que no se quite.

“No me esperaba esa avalancha de mensajes positivos. Sabes que los puertorriqueños somos bien exigentes y si fallamos nos queman, pero de verdad fue un apoyo bien grande. No solamente en las cosas buenas nos unimos, sino que en las cosas no tan positivas también. Eso es algo que nos faltaba como pueblo para salir hacia adelante”, reflexionó.

Su esposa Keishla Merced fue a la primera que llamó aquella tarde del jueves, de camino a la Villa Olímpica. Luego pidió estar solo. Y al cabo de varias horas habló con su entrenador Héctor ‘Kno” Amill, antes de llamar a su hija Yari. Ese intercambio fue difícil porque la niña no entendía lo que había ocurrido, pero Culson se llenó de fuerza para, aun en medio de su dolor, calmarla.

“Yo le expliqué que esto pasa en la vida, que aprenda que la vida no es solo ganar y ganar. Le dije que llegué lejos a las Olimpiadas, que quería ganar y no pude lograrlo, y que quiero que cuando le pase algo en la escuela, un examen donde saque mal promedio, que vuelva a prepararse y lo supere. Que en la vida siempre va a haber caídas y uno se tiene que levantar”, rememoró.

Después fue que se conectó a las redes sociales, donde estuvo bien activo durante su estadía en Río, y se topó con una avalancha de cariño y buenos deseos.

“Leí un sinnúmero de mensajes de apoyo y aliento, vídeos de las escuelas, artistas, figuras que se han solidarizado conmigo y me empezaba a animar, pero aunque veía que tenía mucho apoyo me decía que no logré mi objetivo, que era estar en esa carrera, en ese podio”, expresó.

En ese vaivén de emociones, donde la empatía ha sido aliciente para su frustración, Culson tiene a su progenitora, Judith Pérez, quien le pide que siga adelante con su carrera.

“Mami me dijo que no me quitara, que lo que sucedió es un propósito de Dios para mi vida, que lo cogiera con calma y que siga hacia adelante, que no me rindiera”, compartió el atleta.