Nueva York. Jannik Sinner barrió 6-3, 6-4, 7-5 a Taylor Fritz con un tenaz juego desde el fondo de la cancha para coronarse el domingo campeón masculino del Abierto de Estados Unidos, apenas tres semanas después de haber sido exonerado en un caso de dopaje.

El número uno del mundo, un italiano de 23 años, conquistó su segundo trofeo de Grand Slam de su naciente carrera — el otro fue en el Abierto de Australia en enero — y frustró el intento de Fritz (12do cabeza de serie) de poner fin a la sequía sin títulos en los majores de los varones estadounidenses que lleva 21 años.

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La consagración de Andy Roddick en Flushing Meadows en 2003 fue el último título en un Slam por parte de un hombre de Estados Unidos.

Sinner estiró a 11 partidos su actual racha de victorias, quedó con foja de 55-5 y lidera la gira de la ATP con seis títulos en 2024. Su marca es de 35-2 en canchas duras, la superficie en la que se juegan tanto el Abierto de Australia como el US Open. También es el primer hombre desde el argentino Guillermo Vilas en 1977 que obtiene sus primeros dos trofeos de Grand Slam en la misma temporada, algo que los extraordinarios Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer nunca consiguieron.

A menos de una semana del arranque del torneo en Nueva York, el mundo se enteró que Sinner dio positivo dos veces por un esteroide anabólico en marzo, pero fue exonerado al determinarse que el consumo no fue intencional. La sustancia prohibida ingresó a su organismo mediante un masaje de su equipo que fue despedido posteriormente.

Como se esperaba, Fritz disfrutó de cierta ventaja de local en una tarde fresca y casi sin una nube en el cielo. Con numerosas celebridades en las gradas del Estadio Arthur Ashe, entre ellas Taylor Swift y su novio Travis Kelce, varios espectadores corearon el cántico “¡U-S-A!” durante las pausas entre los juegos y se ponía de pie para alentar tras lo que en un momento se percibió como crucial.

Fritz no es alguien de exhibir mucha emoción, si acaso agitando un poco su raqueta de neón. Cuando sufrió un quiebre de servicio de entrada en el primer juego de la final, un inicio agorero que incluyó un torpe smash, Fritz hizo una mueca sarcástica.

Sinner también mostró cierta ansiedad, cuando cedió un juego que incluyó una doble falta y otros fallos que permitieron a Fritz quebrar y ponerse arriba 3-2 al cabo de 20 minutos.

Fue quizás lo más destacado para Fritz o sus fans hasta el 3-3 del tercero set, cuando martilleó un pelota alta para ponerse 15-30, pegando un grito. El público rugió con él. Después que Fritz depositó una volea ganadora para un punto de quiebre y lo celebró de la misma manera. Sinner cometió una doble falta que puso a Fritz arriba 4-3.

Pero cuando sacó con ventaja 5-4 para cerrar el set, Fritz trastabilló y Sinner le quebró el saque para nivelar. Sinner dejó una pelota cerca para arrastrar a Fritz al frente y luego ejecutó una devolución que Fritz dejó en la red con una volea.

Unos 10 minutos después, Sinner selló la victoria con una seguidilla de cuatro juegos.

Una vez acabado todo, Sinner alzó los brazos, inclinó la cabeza atrás y cerró sus ojos.

El italiano suele imponer su autoridad de manera casual. Su estilo no es espectacular —más solidez que magia. De todas formas, aprovechando con maestría sus extremidades largas y deslizándose para devolver todo antes de calibrar golpes demoledores a alta velocidad cerca de las rayas.

Ambos jugadores optaron por replegarse atrás el domingo, salvo que fueran obligados, conformes con emplear sus derechas y reveses.

Y ese es el territorio de Sinner.

Culminada su obra, Sinner, el segundo italiano que gana un título de sencillos en el US Open, emulando a la campeona femenina Flavia Pennetta (2015), redondeó abrumadoras estadísticas a su favor: apenas 21 errores no forzados, 13 menos que Fritz, y 23 golpes ganadores.