Horror y agonía en Wimbledon
Gritos de tenista estadounidense consternaron a los presentes tras lastimarse su rodilla derecha.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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LONDRES — Los gritos fueron agónicos.
Bethanie Mattek-Sands, una estadounidense de 32 años que llegó a Wimbledon en busca de su cuarto título consecutivo de Grand Slam en dobles, cayó el jueves al césped cuando se le trabó la rodilla derecha mientras atacaba la red durante su partido de singles de segunda ronda.
De inmediato se tomó la rodilla, tendida sobre el césped, gritó con fuerza, implorando: “¡Ayúdenme! ¡Ayúdenme!”
Su rival, la rumana Sorana Cirstea, de inmediato pasó sobre la red para asistir a Mattek-Sands, quien después de unos 20 minutos salió en camilla de la cancha 17 rumbo al hospital.
“Su rodilla estaba en una posición muy extraña. Nunca había visto algo así, posiblemente solo en las películas. Y sí, también entré un poco en pánico”, reconoció Cirstea. “Fue entonces que pedí ayuda, pero nadie venía. Intenté consolarla lo más que pudo. Pero podía sentir su dolor”.
Se desconoce de inmediato la gravedad de la lesión de Mattek-Sands, que ocurrió en el primer game del tercer set. Pero la noticia se esparció rápidamente por las canchas, provocando preocupación entre los jugadores. Es popular en la gira, conocida por su extrovertida personalidad, su sentido del humor y su peculiar sentido de la moda, incluyendo sus calcetines a las rodillas con la bandera estadounidense que utilizó mientras hizo dupla con Jack Sock para ganar el oro olímpico en dobles mixtos para Estados Unidos en Río 2014.
“Está en la cúspide de su carrera”, dijo Bob Bryan, cuyo hermano gemelo Mike ganó el dobles mixto de Roland Garros en 2015 junto a Mattek-Sands. “Es una chica divertida. No tiene enemigos en el vestuario”.
Just a devastating scene at Wimbledon as Bethanie Mattek-Sands goes down with an injury. pic.twitter.com/kqY6wQAcbS
— Sports Illustrated (@SInow) July 6, 2017
También es una extraordinaria jugadora de dobles, número uno actualmente, después de hacer dupla con la checa Lucie Safarova para ganar los últimos tres torneos de Grand Slam y cinco en total. Safarova escuchó por televisión la noticia de la lesión de Mattek-Sands y corrió hasta su cancha, se mantuvo de cerca y se secó las lágrimas mientras veía el dolor de su amiga y compañera.
“Es terrible lo que sucedió. Obviamente estoy muy triste por ella. No importan las metas que hayamos tenido”, comentó Safarova con voz muy baja, después de perder su partido de singles ante la estadounidense Shelby Rogers. “Lo importante es que ella esté saludable”.
No hubo indicios de que el estado del césped haya tenido que ver con la caída de Mattek-Sands, pero la superficie en el All England Club fue motivo de quejas de otros jugadores. En particular, la zona cerca de la línea de fondo, que se encuentra desgastada, con poco o ya sin césped alguno —con el aspecto normal para la segunda semana de Wimbledon, no después de cuatro días— algo que se le explicó a los jugadores que era el resultado del calor inusual y la falta de lluvia en las últimas semanas.