Fufi Santori: Un gurú de la vida-VÍDEO
El ex baloncelista ha combinado el deporte con sus inquietudes intelectuales y su activismo político.
![El columnista, de 81 años, está en contra de todas las guerras y todo tipo de violencia. (carlos.giusti@gfrmedia.com)](https://www.primerahora.com/pf/api/v3/content/fetch/image-resizer-v1?query=%7B%22website%22%3A%22primera-hora%22%2C%22imageUrl%22%3A%22https%3A%2F%2Farc-anglerfish-arc2-prod-gfrmedia.s3.amazonaws.com%2Fpublic%2FOKQWDDAMXJAVBIVU5JATU6EB5U.jpg%22%2C%22width%22%3A2560%2C%22redirect%22%3A%221%22%2C%22external%22%3A%221%22%7D)
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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Muchos conocen a José “Fufi” Santori Coll en su faceta de ex baloncelista y ex dirigente, además de gurú del Baloncesto Superior y columnista.
Pero Fufi, además de destacarse en el mundo de los deportes, es un amante de la lectura, de la filosofía y la historia, es músico, escritor y activista político.
A sus 81 años recién cumplidos, todavía va a diario a la redacción de GFR Media, donde mantiene un blog en la página web de El Nuevo Día, en el que escribe principalmente de política.
Una conversación con Fufi puede incluir varios temas, desde historia y filosofía hasta deportes y música. Y entre tema y tema, es inevitable reír con su sentido del humor.
La mayoría de la gente lo conoce por el baloncesto, pero usted además es ingeniero, fue profesor, escribe.
No hay duda alguna de que el baloncesto fue clave en mi vida. Empecé a jugar a los ocho años en el Colegio Ponceño de Varones, y desde entonces jugué por muchos años. Y gracias al baloncesto, me destaqué en el deporte, y eso me dio mucha confianza.
Pero el deporte no era lo único por lo que fue reconocido en su niñez y adolescencia.
También me destaqué en los estudios, porque en mi casa –mi mamá era maestra, mi abuelo era Cayetano Coll y Cuchí, que era hijo de Coll y Toste– y en mi casa lo que se hacía era estudiar.
El baloncesto para Santori comenzó cuando inició estudios en colegios internos, luego del divorcio de sus padres.
¿Cómo combinó el deporte con su curiosidad intelectual?
En casa, también la ventaja es que yo fui de la generación que no tenía televisión y desde temprano mi madre me puso libros en la mano. Cuando digo libros, digo libros importantes. A los ocho o nueve años le cogí amor a la lectura, desarrollé el hábito de la lectura y lo tuve como diversión.
¿Leía de todo?
Bueno, en casa era la historia, la filosofía… La sabiduría era como la meta de todos los nietos de mi abuelo, que era un lector voraz. Mi madre fue maestra prácticamente toda su vida y leía muchísimo. Mis familiares eran todos lectores.
La educación, por supuesto, es un tema sumamente importante para Santori.
Llegué a la conclusión de que uno es más sabiendo más. Pero entonces la pregunta viene: ¿saber para qué? Hay una sola razón para saber: para servir al prójimo; porque nosotros vivimos en función del prójimo”, expresó Santori sobre su filosofía de vida.
Fufi pasó sus años de escuela superior en un colegio interno en Estados Unidos, donde había mucha exigencia académica.
“Era de esas escuelas donde se enseñaba mucho. Pero además de eso, en esa escuela había equipos de baloncesto, de pelota, de pista y campo”, expresó el columnista.
En su regreso a la Isla, comenzó estudios en la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras, con planes de convertirse en abogado. Pero terminó estudiando ingeniería en el entonces llamado Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas, hoy Recinto Universitario de Mayagüez.
“El cambio para el Colegio se debió al hecho de que la guerra de Corea estaba empezando, y yo era elegible para ser soldado. Yo no puedo imaginarme cosa más horrible que ser soldado. Eso es algo que me ha caracterizado toda mi vida, porque yo he sido contrario a la violencia en todo, incluyendo el boxeo”, expresó.
Para evitar ir a la guerra de Corea, Fufi hizo “dos cosas”.
“Me casé, que era una forma también de evitar ‘la penosa’, y también me cambié a ingeniería, porque para los ingenieros, para una carrera que fuera científica, había un diferimiento especial”, explicó Santori.
En su amada alma máter, se destacó tanto en baloncesto como en pista y campo, mientras se hacía ingeniero y continuaba sus lecturas.
“Ahí descubrí la filosofía y, entonces, mis últimos años me dediqué a leer mucho sobre filosofía: Platón, Aristóteles, los clásicos… Y siempre la historia me gustaba mucho”, narró sobre sus “años felices” en Mayagüez.
En la época en que Fufi era baloncelista, nadie podía vivir de jugar profesionalmente.
Durante sus años en el Baloncesto Superior y el Equipo Nacional –en el que estuvo entre 1951 y 1961–, tenía que trabajar para llevar el sustento a su casa.
Como ingeniero “flojo”, según él, estuvo dos años en la General Electric y luego se dedicó a trabajar en el sistema universitario público.
Tuvo varios puestos administrativos tanto en el Recinto de Mayagüez como en Río Piedras, hasta que, a pesar de haber comenzado como profesor de ingeniería industrial en el Colegio, terminó como profesor de educación física.
“La carrera de baloncesto corría pareja con mi vida y era muy importante, porque yo me destacaba en el Baloncesto Superior, yo fui parte del Equipo Nacional por 10 años. Tuve experiencias muy buenas, viajé por varios países representando a Puerto Rico”, narró Santori.
Aunque en su familia predominaba la ideología independentista, jugar con la Selección Nacional definió aún más su postura política.
“Lo de representar a Puerto Rico caló hondo en mi conciencia y me di cuenta que el puertorriqueño tiene que ser un hombre libre para manifestarse a plenitud”, dijo Fufi.
Los Juegos Centroamericanos de 1954, en México, fueron una experiencia fundamental para reafirmarse en su ideología, “lo que me decidió a ser nacionalista e independentista a carta cabal”.
Santori contó cómo, durante el desfile de las delegaciones en la inauguración de los Juegos, la ovación del público hacia los atletas puertorriqueños fue abrumadora.
“El aplauso fue sonoro en todo el estadio, una cosa increíble. Y nosotros mismos nos preguntábamos qué estaba pasando, por qué México recibe a Puerto Rico de esa manera”, expresó.
“Y era que hacía unos días, los nacionalistas Cancel Miranda, Lolita Lebrón y ese grupo había atacado el Congreso de Estados Unidos y los mexicanos estaban eufóricos con nosotros. ¡Nos aplaudieron más que al equipo de México!”, contó Fufi mientras la pasión de ese momento parecía posarse nuevamente en sus ojos.
En ese momento, Santori sintió “orgullo de que habíamos hecho algo por la libertad, por buscar nuestra libertad; y eso se quedó en mí”.
No es casualidad que la columna cibernética que Santori mantiene se titule Pasaporte boricua.
En 1993, Fufi fue parte del grupo –liderado por el fenecido líder independentista Juan Mari Bras– que decidió renunciar a la ciudadanía estadounidense.
Incluso, el ex baloncelista era uno de los encargados de expedir el nuevo pasaporte puertorriqueño, de los que se entregaron cerca de 1,500.
“Mi vida política culminó cuando, en 1993, decidí renunciar a la ciudadanía de los Estados Unidos de América, porque llegué a la conclusión de que mientras el puertorriqueño fuera ciudadano de Estados Unidos, no podía ser un hombre libre”, señaló el columnista.
Santori entiende que la Ley Jones de 1917, que les otorgó la ciudadanía estadounidense a los puertorriqueños, “lo que hizo fue desnacionalizar a los puertorriqueños”.
“Al hacer a los puertorriqueños, por decreto, ciudadanos de una nación que no es la de ellos, con una nacionalidad que no es la puertorriqueña, evitaba que el puertorriqueño pudiera ser ciudadano de su nacionalidad. Y, por lo tanto, lo que hacía era perpetuar el coloniaje”, explicó.
Para Santori, la situación colonial de Puerto Rico es tan denigrante para los boricuas como para los estadounidenses y que Estados Unidos tiene la obligación legal y moral de conceder la independencia.
¿Cuál es su reflexión 20 años después de renunciar a la ciudadanía de EE.UU.?
Veinte años después, estoy frustrado. Pensar que nos acercamos tanto, tanto...
¿Qué le falta por hacer ?
Hay un poema famoso de un americano que se llama The Road Not Taken, un poema muy interesante: la vida te pone por varios senderos, los que no cogiste, de esos no podemos hablar. Hay que bregar con lo que hiciste. Para mí, lo más importante en el ser humano es el pasado. Y lo que hay que hacer es que ese pasado valga algo, haber hecho algo que valga la pena.
Santori, sin embargo, también reconoce que, quizás, le hubiera gustado hacer más cosas, “pero tuve tantos entretenimientos en la vida (ríe), pienso que no tuve tiempo, porque el tiempo se va rápido.
¿Puede decir que está satisfecho con ese pasado?
Bueno, satisfecho no estoy, ¡porque mi país es una colonia! ¡Puerto Rico es una colonia de los Estados Unidos! No puedo estar satisfecho con eso.
¿Cómo imagina el futuro de Puerto Rico?
El futuro de Puerto Rico yo lo veo como una sociedad libre, soberana, una nación libre. Me imagino que algún día vamos a tener esa libertad.