París. Ahora sí es adiós.

El verano de bonanza deportiva y que inició bajo la lluvia, en una extraordinaria ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos sobre el río Sena el 26 de julio, llegó a su fin este domingo con una lluviosa ceremonia de clausura de los Juegos Paralímpicos en el Stade de France.

Así llegaron a su fin los eventos consecutivos que cautivaron a los aficionados y elevó los estándares para las subsecuentes justas. Suerte a Los Ángeles en 2028.

Mientras que el estadio fue iluminado de azul, blanco y rojo de la bandera de Francia, un trompetista tocó “La Marsellesa” antes de que los abanderados paralímpicos ingresaran al estadio con sus banderas nacionales mientras sonaba “Carros de Fuego” de Vangelis.

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Más tarde el afamado compositor de música electrónica Jea-Michel Jarre cerrará la ceremonia que nuevamente dirigió Thomas Jolly.

Su intención en esta ocasión fue convertir al estadio en una fiesta gigantesca al aire libre. Más de 20 DJs, incluyendo a Étienne de Crécy, Martin Solveig y Kavinsky, tocarán como parte de un tributo a la música electrónica francesa con el lema “El Viaje de la Ola”.

O la ola del adiós de los 64,000 aficionados y la ciudad a los más de 4,000 atletas paralímpicos.

La alcaldesa de Los Ángeles Karen Bass sostiene la bandera de los Juegos Paralímpicos durante la ceremonia de clausura de los Juegos Paralímpicos de París.
La alcaldesa de Los Ángeles Karen Bass sostiene la bandera de los Juegos Paralímpicos durante la ceremonia de clausura de los Juegos Paralímpicos de París. (Thibault Camus)

Sigue el verano

Tras los exitosos olímpicos que exhibió a la vibrante afición de todo el mundo y la belleza de las icónicas sedes de París, había dudas si esa energía continuaría durante los Paralímpicos que se celebraron entre el 28 de agosto y 8 de septiembre.

Pero las dudas quedaron atrás y los atletas disfrutaron del apoyo.

La oleada de entusiasmo llevó a que se vendieran 2.4 millones de los 2.8 millones de boletos que estuvieron a la venta —sólo por detrás de los 2.7 millones que se vendieron durante los Paralímpicos de Londres 2012— y este fue un gran logro considerando que para finales de junio sólo se habían vendido un millón.