Una vez Artemis I estaba seguro en su viaje al espacio, el ingeniero boricua de la NASA, Tristian Pérez Rivera, se transportó al 2014, cuando era gimnasta del equipo de la Universidad de Michigan que se coronó ese año como campeón de la liga universitaria NCAA.

El ingeniero eléctrico egresado del colegio Notre Dame de Caguas se sintió como si hubiese clavado un aterrizaje perfecto en una rutina del aparato de piso en gimnasia para ayudar a Michigan a conquistar el título universitario.

“Sentí algo así. Me acordó mucho cuando competí en la NCAA. Se sintió como cuando ganamos la NCAA ese año, en el sentido de que lo hicimos, que lo logramos con todo el trabajo de tantos año para una cosa. Verlo fluir, se sintió de la misma forma”, comparó.

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“Fue un alivio. Fue un alivio ver que todo funcionó porque ya habíamos pasado por dos lanzamientos detenidos por situaciones, o por los huracanes. Fue un peso que se me fue de los hombros”, agregó.

Artemis I se levantó el martes en la mañana desde su base en Florida del mismo modo en que Pérez Rivera levantó el trofeo de la NCAA en Michigan. Artemis I hizo una prueba satisfactoria en su eventual misión de regresar a la luna con humanos.

Pérez Rivera fue parte del equipo de ingenieros eléctricos que trabajó con las provisiones y equipo de batería para que darle power a Artemis I en su lanzamiento. Dijo que también estaban en el equipo sus colegas boricuas Aimee Torres y Chris García.

“Siempre se siente un orgullo que unos puertorriqueños aporten y ayuden a lograr un lanzamiento”, dijo el ingeniero con tres años de experiencia en la NASA.

Tristian Pérez compitió en barras paralelas.
Tristian Pérez en barras paralelas con el uniforme de Puerto Rico. (Xavier J. Araújo Berríos)

De 27 años, Pérez Rivera creció a pasos del complejo deportivo de Caguas, en donde ubica el club de gimnasia en la antigua cancha Roger Mendoza. Hijo único de Cynthia Rivera y Rafael Pérez.

Pérez Rivera dijo que comenzó desde niño a demostrar cualidades de gimnasta: flexible, inquieto y trepa palos, como el árbol al de gauyaba que recuerda al que se subía para recoger el fruto y, luego, no sabía como bajarse de las alturas.

“Era bien hiperactivo”, recordó.

Agregó que sus padres lo llevaron a la Roger Mendoza con el entrenador José Sucart y despuntó. A los 12 años se lo llevaron para el centro nacional de entrenamiento de gimnasia, en la Carrasquillo Herpén de Carolina que produjo a los laureados y recordados Golden Boys de Puerto Rico.

Tristian Pérez Rivera posa frente al cohete Artemis I.
Tristian Pérez Rivera posa frente al cohete Artemis I. (Suministrada)

“A los 12 años caí en el equipo juvenil y fui a Carolina con Cano (José Colón) y Juan Carlos Colón)”, recordó quien competía en la modadlidad ‘All Around’ por su capacidad para hacer bien los cinco aparatos de la gimnasia.

Recordó que representó a Puerto Rico desde el 2011 y que llegó al Equipo Nacional adulto para competir en el Mundial 2014 y 2015, al mismo tiempo en que participaba con Michigan en la NCAA. Igualmente, recordó que representó la Isla en los Juegos Panamericanos Toronto 2015.

Pero una lesión severa de rodilla lo comenzó a sacar de carrera al final del 2015 en Michigan. No volvió a ser el mismo atleta. Perdió toda la temporada 2016 y parte de la del 2017. El 2018 fue su última temporada en la NCAA.

“El 2014 y 2015 fueron mis años, pero me lastimé la rodilla y no pude seguir. Me tuve que operar”, recordó.

Hubiese sido parte del relevo de los Golden Boys que Colón preparaba y nunca llegó. Pero se graduó de ingeniero eléctrico de Michigan y pasó la reválida. Graduado con honores de Notre Dame de Caguas y parte del ‘Equipo Académico’ del departamento atlético de Michigan, hijo de ingenieros, Pérez Rodríguez tenía alternativa fuera del deporte y dentro del sector laboral.

Tristian Pérez es ingeniero eléctrico y trabajó en el proceso de montar el sistema de baterías que dan poder al cohete.
Tristian Pérez es ingeniero eléctrico y trabajó en el proceso de montar el sistema de baterías que dan poder al cohete. (Suministrada)

“Estuve como un año fuera por la operación de rodilla. En ese tiempo estuve buscando trabajo y estuve cogiendo la reválida. Y me llamaron hace tres de la NASA y les dije ‘OK’“, recordó.

Para el lanzamiento de Artemis I no podía faltar la presencia de sus padres.

Rafael es ingeniero eléctrico y Cynthia es ingeniero de computadoras. Las ciencias, incluida la ingeniería, siempre fueron parte de la conversación entre padres e hijo, recordó Pérez Rodríguez. La ingeniería se convirtió en el camino a seguir.

Por tanto, Cynthia y Rafael tenían que estar presentes por obligación en el lanzamientos no solamente para que se sintieran orgullosos con su hijo realizado, sino para que también se disfrutarán la ciencia nivel de la NASA.

“Mis padres son de mucha influencia para mí. Ellos siempre están involucrados y siempre me empujaban por las ciencias. Sin mis padres no estuviera en donde estoy”, dijo.