Con sus actuaciones estelares a lo largo y ancho del planeta, Adriana Díaz, con tan solo 18 años,  ha mostrado que tiene el temple, la fuerza de voluntad, la disciplina y la convicción para conseguir algo cuando así lo quiere.

Y su próxima meta bien podría estar fuera de este planeta. así que prepárese.

La tenismesista utuadeña, unida a un grupo del EcoExploratorio: Museo de Ciencias de PuertoRico, conversó ayer con un panel de nueve ingenieros puertorriqueños que trabajan para la NASA en el Kennedy Space Center en Florida, y salió  más convencida de lo que quiere en la vida.

“La hemos pasado súper brutal y con Ada (Monzón, del EcoExploratorio) he conocido a muchas personas de Puerto Rico que me han motivado a tener una carrera como ellos”, dijo ayer la tenismesista a Primera Hora.

“Siendo sincera, me encanta todo lo que tenga que ver con el espacio. Tengo una carrera como deportista que también me apasiona. Y aunque el deporte es parte importante, me gustaría empezar a estudiar algo que tenga que ver con el espacio, la ciencia y la matemática. Tener una carrera como ellos (los ingenieros)”, indicó  Díaz.

 Sorprendida porque por primera ocasión en mucho tiempo la entrevista no se trataba de deporte o de sus resultados de competiciones, Díaz relató que se sintió mucho más motivada cuando uno de los ingenieros que conoció le dijo que no le creía a la gente cuando le decían que no eran buenos en matemática, porque cuando uno quiere y tiene interés, aprende.

 “Eso me tocó. No  me he considero buena en un área específica, pero aprender me gusta mucho. Y cuando una persona como ese ingeniero, que trabaja en la NASA, te lo dice, uno se lo tiene que aplicar. Hay gente que no estudia porque dice que es mala para eso”, agregó.

Adriana Díaz comparte con la astronauta Wendy Lawrence. (Suministrada / EcoExploratorio)
Adriana Díaz comparte con la astronauta Wendy Lawrence. (Suministrada / EcoExploratorio)

La cuatro veces medallista de oro de Barranquilla 2018 explicó que siempre ha disfrutado de documentales que tienen que ver con el espacio, con cohetes y exploración. 

Dijo que en un diálogo con su madre, ella le preguntó qué profesiones le interesaban.

Esto le llevó a evaluar con profundidad sus intereses, pero cuando su progenitora le mencionó áreas como la ingeniería aeroespacial, trabajar con robots y máquinas, se dio un ‘click’ con sus intereses.

“Hay gente que piensa que quiere ser médico, abogado o dentista. A mí me fue fácil reconocer lo que quiero porque incluye la aventura”, agregó.

Aunque haya reafirmado su interés en la ciencia y en el espacio, no significa que su carrera como tenismesista, que  la tiene colocada entre las mejores 35 del planeta Tierra, la vaya a dejar a un lado.

“Me gustaría llevarlas las dos de la mano. Hay veces que siento que no tendría tiempo, pero si a uno le gusta, se busca el tiempo”, afirmó.

Por su parte, Ada Monzón, presidenta de la Junta de Directores de Ecoexploratorio,  entidad que incluyó a Diaz en el viaje a Cabo Cañaveral,  dijo que se siente sumamente contenta de que con la experiencia Adriana haya reafirmado su interés en la ciencia. 

“No hay casualidades. Que hayamos podido saber de antemano que aparte de su carrera deportiva Adriana tenía el sueño de estar en NASA me hizo sentir que tenía el compromiso de traerla para que viera de primera mano todo esto para que le sirviera como  oportunidad”, indicó Monzón.

“La vida se trata de momentos, oportunidades, perseverancia y dedicación, y ella tiene todo lo que se necesita para ser científica”, agregó Monzón. “A veces podemos ser las herramientas de cambio en la vida de la gente y para mí esta es una ventana bien grande”.