“Nuestra historia deportiva ha estado llena de cuartos y quintos lugares, muchos por poco. Y siempre he pensado que esos por pocos se deben un poco a la parte mental”.

Esa observación expuesta por la presidenta el Comité Olímpico de Puerto Rico (Copur), Sara Rosario, es un hecho, no solamente en Puerto Rico, sino a nivel mundial también. Y su análisis es compartido por un consenso.

Y para prevenir o combatir los “por poco”, la presidenta anunció recientemente una alianza con la Universidad Albizu del Viejo San Juan para que esta institución preste una herramienta salubrista extra a las que ya ofrece el Copur a sus atletas. La Universidad se especializa en grados de maestrías y doctorado en sicología.

“Queremos que los atletas puedan confiar en ellos mismos, que puedan tomar las decisiones certeras en el momento adecuado. Recuerdo atletas que han estado a punto de una medalla y los vez destruido y caído. Así no podemos entrar al tatami de competencia. Muchas veces lo notamos. Y muchas veces sabemos que el entorno del atleta es difícil en su día a día. Por eso esta alianza con la Albizu para que los atletas tengan muchas más herramientas de las que tienen hoy día”, agregó la presidenta.

Un total de 25 atletas del Copur, dentro de universo de las más de 30 federaciones nacionales, toman terapias en los servicios de sicólogos deportivos que ofrece actualmente el Copur, dijo el director del Departamento de Alto Rendimiento del Copur, Fernando Olivero. La toma del servicio es voluntaria.

Con la alianza, la Albizu pondrá a la disposición de los atletas, así como a sus entrenadores y familiares, a profesionales en sicología de la Universidad para ayudar a los atletas con cinco componentes: campaña promoción de salud mental y bienestar, la creación de un centro de apoyo a los atletas, entrenadores y familiares, el ofrecimiento de talleres de educación continua a los atletas y entrenadores, hacer investigación y dar un simposio de la salud mental y beneficio de la actividad física, detalló el doctor y rector de la Universidad, Julio Santana.

“Sabemos la importancia de la actividad física y el deporte y cómo están relacionadas con un mejor estado de ánimo para alcanzar metas y propósitos en áreas de sus vidas. Con el centro no vamos hacer sicología del deporte, es poder evaluar necesidades, poder intervenir con la población de atletas y sus familiares que necesiten orientación y apoyo para las circunstancias personales que atraviesa todo el mundo. Queremos con la educación continua adiestrarlos sobre asuntos de cómo identificar problemas de salud mental, de cómo identificar las fortalezas, cómo motivar y cómo desarrollar las potencialidades desde el punto de vista de la sicología deportiva. También tiene que haber una colaboración con la investigación. La idea es explorar necesidades, intereses, situaciones que los atletas tienen en su vida cotidiana. Habiéndolas analizadas y discutidas, desarrollar los programas de bienestar. Y hacer un simposio, que no es es solamente de académicos, sino de las comunidades, de los atletas, para exponer la importancia que ha tenido el deporte”, detalló el doctor Santana.

Jasmine Camacho-Quinn es de las atletas de alto rendimiento que ha reconocido que busca ayuda de profesionales.
Jasmine Camacho-Quinn es de las atletas de alto rendimiento que ha reconocido que busca ayuda de profesionales. (Geert Vanden Wijngaert)

Como parte del anuncio hubo una discusión sobre el tema entre la plana alta del Copur y los académicos de la Albizu, que incluyó al doctor y presidente de la Albizu, Nelson Soto, y las doctoras Karisol Chévere y Sonia Cepeda, así como el director del Departamento de Alto Rendimiento del Copur, Fernando Olivero.

Rosario dijo que la búsqueda de fortalecer las mentes de los atletas no se limita a los que se quedan cortos de las medallas porque hubo falta de concentración en el momento. Nombró los casos más conocidos, como el de las medallistas de oro olímpico Mónica Puig y Jasmine Camacho Quinn, quienes lidiaron con situaciones mentales luego de haber conseguido el más alto éxito. Ambas han buscado ayuda.

“La medalla les ha cambiado la vida para bien, pero también trae otros problemas. El éxito trae a veces unos problemas que la gente a veces no los considera”, dijo Rosario.

Por su parte, la doctora Chévere acentuó que el servicio de la Albizu, que va paralelo al del Copur, tiene un componente extra que ofrece la ayuda a familiares y entrenadores de los atletas para fortalecerlos y apoyarlos. Chévere también se expresó sobre la prevención.

“Esta alianza trae dos elementos importantes: que los atletas no están solos y los mitos de la salud mental. Vamos a apoyar a la familia de esos atletas. A veces, cuando hay situaciones de salud mental, los atletas se sienten solos. Lo que queremos es que las personas que están alrededor de ellos; entrenadores, la familia, pueda también tener herramientas para formar parte de ese equipo. Y la parte importante de desmitificar la salud mental. Cuando una persona tiene una situación mental, tiene que contarla. Pero no solamente en la parte de intervención, sino también en la prevención con los atletas que comienzan y los que están activos para que tenga unos factores protectores para no lamentar cualquier situación”, dijo.

Mientras, la doctora Cepeda habló sobre el tema de la investigación, de la recopilación de datos sobre cuáles son los estresores externos al deporte que afectan a los atletas, como asuntos académicos o de entorno familiar.

“Por una parte tenemos que hacer un análisis de necesidades, específicamente, de cuales son los estresores no relacionados al deporte que tienen implicaciones en lo que son los estresores relacionados al deporte y, por supuesto, a lo que es la recuperación. He colaborado en investigaciones en donde sobresalen esos estresores no relacionados al deporte. Tenemos que partir de datos específicos y es meritorio tener números, estadísticas, que nos permitan saber cómo está nuestra población y sus familiares”, dijo.

Cepeda aportó también que, por otro lado, es beneficioso el hecho de que los estresores deportivos amortiguan los estresores no relacionados al deporte. Pero al mismo tiempo, ese beneficio invisibiliza los estresores sociales que deben trabajar igualmente.

“Los atletas usan el deporte para trabajar con esos estresores sociales”, dijo. “Probablemente por eso es que no se visibilizan. Por eso es que se menciona que los 25 atletas que buscan ayuda son el que se visibiliza”.

Entre los estresores no relacionados al deporte se mencionó en la discusión las exigencias del público, de los medios de comunicación, que presionan al atleta. Santana repitió con nombre y apellido, el Frío Olímpico, el efecto sicológico del atleta ante el estrés de la competencia y el escenario, que incluye medios y público, naturalmente.

Olivero resumió que los estresores externos del atleta son “las expectativas de rendimiento” de quienes le rodean (familia, entrenador, amigos, redes sociales) y el escenario en que compite.