Dominic Lugo afirma en San Blas que no hay límites cuando hay voluntad
El corredor no vidente cruzó la meta apoyado de un equipo de trabajo y superando
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Coamo. Dominic Lugo es un ciego que, con la asistencia de su novia, su hermano y cuñada, completó el Medio Maratón San Blas de este domingo.
Su valía fue tan grande como la de Alexander Torres, quien se convirtió este domingo en el primer puertorriqueño en cruzar la meta del evento en 57 años de ediciones internacionales. Torres también estableció un tiempo récord para un boricua aquí con 1 hora con 3.58 minutos.
Pero la gesta de este ciego estuvo cerca de ser empañada en la ruta, según denunció el atleta por el trato hostil que recibió por parte del público que se ubicó a las orillas de las carreteras de Coamo.
Lugo comenzó a relatar con alegría sobre su experiencia de haber terminado la dura prueba, y terminó denunciando el mal trato.
“Estoy súper emocionado. Estoy contento por lograrlo porque hubo mucha cuesta, muchas personas diciendo: ¿Por qué ese muchacho tiene una bicicleta al lado? ‘No sean tramposos’. ‘Bájense y corran’. Esas cosas me acaban llegando”, dijo Lugo aguantando el llanto.
“Pero me recordé de mi lema: ‘no hay límites’. Fue difícil pero se pudo”, agregó.
Evidentemente, había desconocimiento entre los fanáticos sobre el modo de asistir a un atleta ciego en la ruta. Este tipo de atleta va acompañado por un guía en su equipo de trabajo que se le llama ‘lazarillo’. Tuvo el permiso del comité organizador de San Blas para hacer la ruta y que el corredor cumpliera su sueño.
El guía ayuda al atleta ciego de seguir la ruta, evitando que caiga en boquetes o que se salga de la carretera.
Lugo pidió al público educación y empatía.
“Que sean empáticos, mano”, dijo. “Si hay alguien al lado mío en una bicicleta diciéndome ‘derecha o izquierda, que entiendan. Me dijeron hasta malas palabras”, dijo.
“Pero no hay excusas. El lema de la Federación Puertorriqueña de Deportistas Ciegos es que ‘la vida te pone obstáculos; los límites te los pones tú’”, agregó.
El ambiente en la llegada fue distinto al que Lugo describió en la ruta. El público aplaudió su llegada a la meta con su equipo de trabajo.
Lugo quedó ciego hace seis años, contó. Perdió la vista por una condición que se llamada Neuropatía Óptica Lebers, la que es hereditaria. Comenzó a afectarle a los 17 años, relató.
Ha estado desde entonces involucrado en deportes para ciegos, incluyendo carreras pedestres a las distancias de 10 y 5 kilómetros.
Pero nunca había ido a la distancia de 21 kilómetros. Completó esa distancia en 2:04.00.
“Desde hace seis años esto ha sido un trabajo en equipo. Está en el que me recoge en la Universidad, el que me hace comida. Se puede con trabajo en equipo. No hay excusas”, dijo.