Diego a Yozuam: “un atleta nunca se rinde”
Los atletas de 7 años dieron una enseñanza el sábado en el campenato de campo traviesa.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Lo que hicieron Diego Ortega Alfonso y Yozuam Román Rivera en el campeonato de campo traviesa es para imitar, enseñar, llorar. Es para contar.
Los dos atletas de 7 años compitieron entre sí el sábado en la carrera final en las competencias celebradas en Cayey. Solo uno podía ganar, pero los dos salieron triunfadores junto al deporte y la población boricua que aprende de estos dos jóvenes.
Diego ganó la competencia y regresó a la ruta a buscar a Yozuam, quien había caído al suelo, a 60 metros de la meta, y no se pudo reincorporar luego de estar liderando la carrera hasta ese punto.
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Diego encontró a Yozuam en donde le vio caer y le extendió la mano para que se levantara. Una vez arriba, Diego no soltó a Yozuam y lo ayudó a que juntos terminaran la ruta, lo que hicieron agarrados de manos.
El emotivo momento lo captó el fotógrafo de Barranquitas, Carlos Zayas Zayas, quien siguió con el lente el momento en que Diego cruza la meta y regresa a la ruta hasta que ambos arriban a la meta juntos.
“Me robaron el corazón. Fue una escena tan emotiva que son momentos que marcan”, dijo Zayas Zayas.
El instante arrancó aplausos, llantos. Hasta provocó que los compañeros de equipo de Yozuam salieran en auxilio de su compañero de club, inspirados por el gesto de Diego.
El pequeño Diego contó a este diario que no podía dejar atrás a Yozuam porque su mamá, Naomy Alfonso Santos, le había resaltado que los atletas no se rinden.
“Corrí duro y terminé mi carrera. Pero me dio sentimiento y busqué al niño, porque un atleta nunca se rinde y termina su carrera”, dijo Diego, quien es el menor de tres hermanos. “Lo agarré de la mano porque quería terminar con él”.
A todas estas, Diego y Yozuam son rivales. Diego compite en el Cupey Track Club y Yuzuam en el club Criollos de Caguas. Diego había quedado rezagado en eventos previos. Yozuam, por su parte, había ganado las tres carreras clasificatorias para llegar a la final invicto. Solamente se conocían de verse en las carreras.
Pero Diego había probado la frustración de la derrota y su madre le había recalcado desde entonces que lo más importante de competir es terminar la carrera, independientemente del puesto de llegada.
Diego sorprendió a todos siguiendo la recomendación de su madre.
“Yo no me lo esperaba, porque tiene 7 años. Pero lo que me dijo fue que lo hizo porque se identificó con el nene, porque ‘un atleta nunca se ride, cómo tú me habías dicho’”, dijo su señora madre.
Florencio González es el entrenador de Diego en Cupey Track Club.
Por su parte, Yozuam dijo que está agradecido de Diego, a quien llamó “mi amiguito” y afirmó que haría igual con cualquier otro atleta que quede atrás.
Yozuam no se lastimó en la carrera, aunque le dolía un tobillo por la caída que sufrió. Dijo que accedió a concluir el tramo ante la invitación de Diego y que se sintió también ganador al cruzar la meta junto a él.
Yezibell Rivera, madre de Yozuam, estuvo presente en la carrera y admitió que se asustó cuando vio a su hijo caer al suelo y no poder reincorporarse. Dijo que presentía también que el orgullo de su hijo estaba herido luego de perder su primera carrera.
Pero reconoció que la historia de los niños terminó siendo positiva.
“Fue un momento bien bonito. Yo estaba asustada, pero la empatía y solidaridad que se tiene en el deporte y que nosotros le enseñamos, fue algo bonito. Responder a la extensión de mano de Diego es lo que se cultiva en el deporte”, dijo Rivera, quien contó que la vida de sus dos hijos tiene un antes y un después luego de ingresar al atletismo bajo las entrenadoras Kendra Pagán y Luisa Anziani.
“Encontrar este tipo de acto, una persona que le extiende la mano, es una enseñanza para todos, es esa chispa que le da el deporte a todo esto”, dijo.