Dijon, Francia. Por poco unas latas de gandules causan el caos en el campamento de Puerto Rico en esta ciudad francesa, contó en tono de broma la nutricionista de la delegación en los Juegos Olímpicos París 2024, la doctora Carmen Nevárez.

Resulta que la delegación importó unas latas de gandules que estuvieron desaparecidas durante 48 horas y que por poco dejan de acompañar al rico arroz con este grano con motivo de una cena navideña que se serviría para despedirse del campamento y de camino a París.

Esos son los hechos.

La broma es que, ahora que los gandules reaparecieron y de que el manjar sigue en planes, las 48 horas sin gandules provocaron casi un caos y una serie de acciones que ocurren en donde hay boricuas presentes.

Relacionadas

Estuvimos dos días buscando los gandules y esta mañana (sábado) aparecieron en donde tenían que estar y vamos a tener nuestra cena navideña”, dijo aliviada la nutricionista Nevárez.

La primera acción que provocó la desaparición de los gandules fue un aviso en el chat de la delegación, sin amenazas para el posible hurtador de la latas, pero con una orden subrayada para que devolviera los dichosos granos.

“Fue hasta cierto grado de preocupación que lo pusimos en el chat”, contó Nevárez.

“Escribimos: ‘por favor, si alguien escondió los gandules, nos los puede hacer llegar que no vamos a delatar al que fue. ¡Háganlos llegar!

Otra acción que creó la desaparición de los gandules fue la inteligente movida de pensar en un plan B para no quedarse en la desaparición.

La estrategia –según confirmó con una sonrisa bromista la doctora- fue activar a cualquier miembro de la delegación que estaba aún en Puerto Rico para comprar los gandules y transportarlos a Dijon para una esperada recepción de héroe a esas manos que trajeran los gandules.

Lo cierto es que los gandules nunca estuvieron desaparecidos. De hecho, siempre estuvieron disponibles, enlatados, en su espacio del almacenaje, esperando a que el chef Carlos Colón de la delegación le echara mano en su momento y los pusiera a cumplir con su destino.

El problema fue que, quien los almacenó, olvidó dónde estaban. La doctora Nevárez tampoco delató al olvidadizo, porque lo importante, lo medular en el tema, es que los gandules aparecieron sanos y salvos.

“Los gandules aparecieron. Estamos contentos con esa nueva noticia”, dijo Nevárez.