San Salvador. Transcurridos los primeros 10 días de competencias en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2023, Puerto Rico ocupa la quinta posición del medallero global con 41 preseas.

La aspiración del Comité Olímpico de Puerto Rico (Copur) es alcanzar el total de 100, 13 más que las conseguidas en la edición de Barranquilla 2018 cuando la delegación acumuló 87 (20-29-38).

“Entiendo que es posible alcanzar las 100″, expresó Fernando Olivero, director del Departamento de Alto Rendimiento (DAR) del Copur. “Claro, el margen de error se reduce. Pero tenemos atletas y vamos a eventos que tenemos muy buena calidad. Quedan deportes como bolos y atletismo, que tenemos una delegación bien sólida”, añadió.

La disciplina deportiva que más preseas ha aportado es natación con 10. De esas, la nadadora Kristen Romano se colocó como la gran ganadora con tres oros y un bronce. De igual manera, implantó récords para la justa regional en los 400 metros combinados con tiempo de cuatro minutos, 45 segundos y 47 centésimas (4:45.47) y en los 200 metros combinados con 2:13.74.

En segunda posición está el tenis de mesa, que aunque no consiguió las cuatro medallas de oro de Barranquilla 2018, cerró su participación con la misma cantidad de ocho (2-3-3).

Todavía quedan eventos importantes para Puerto Rico, como atletismo que cuenta con competidores como la campeona olímpica Jasmine Camacho-Quinn, el decatleta Ayden Owens-Delerme, así como la fondista y abanderada de la delegación, Beverly Ramos.

Igualmente, está el baloncesto masculino –cuyo equipo viene de ser el campeón en Barranquilla 2018- y vela, que cerraba su jornada del sábado con posibilidad de ganar, por lo menos, cuatro medallas.

Sin entrar en detalles, Olivero sostuvo que hay deportes y atletas que pudieron tener unos mejores resultados. Dicho eso, reconoció que al momento de competir pueden suceder cosas que alteren un resultado y alabó la demostración de la delegación.

Cuestionado sobre resultados que pudieran haberles sorprendido ya sea porque sobrepasaron las expectativas que se tenían o hicieron un papel por debajo de lo que se esperaba, Olivero insistió en que la mayoría de la delegación fue escogida porque tenía opciones reales de estar en el podio.

Varias actuaciones quedaron por debajo de lo que se esperaba, como el equipo de béisbol –campeón en Barranquilla- que fue eliminado del torneo y no pudo conseguir el pase a los Juegos Panamericanos, que se celebrarán del 20 de octubre al 5 de noviembre en Santiago, Chile.

Sobre el desempeño de la novena que terminó con balance de una victoria y cuatro derrotas, sostuvo que la zona Centroamericana y del Caribe es la más fuerte. Asimismo, recordó que al ser los juegos a siete entradas, limita el uso del cuerpo de lanzadores relevistas y la capacidad estratégica.

“No podemos ser ilusos. Aquí está Nicaragua, Cuba, Venezuela, Dominicana, que se pueden ganar unos a los otros. Además, los juegos fueron bien cerrados”, puntualizó.

En el caso de los juveniles, que son evaluados aparte, se les dio la oportunidad para que absorban experiencia en este escenario para su “internacionalización”. Recalcó que son atletas con potencial y proyección para el futuro.

“Esta experiencia es muy buena para los atletas jóvenes. Para que la tomen porque es una dinámica totalmente diferente al estar en una villa, tomar transportación, ir a los venues, muchas distracciones. Así que es importante que pasen esta experiencia”, estipuló.

Por último, Olivero compartió que ya se ha comenzado el proceso de análisis de las actuaciones de los deportistas y que el mismo se compartirá con el público.

“El resultado no es sinónimo de rendimiento. Hay que ponderarlo bien, sentarse y ver quién fue el contrario, el porqué, cuáles fueron las circunstancias para hacer un análisis real e incisivo del rendimiento. Hay victorias que no necesariamente son sinónimo de rendimiento y hay derrotas que sí lo son”, concluyó.