Convierten club de corredores en su familia
Guaynabo City Joggers Club, fundado hace cuatro años, se reúne a diario en busca de que los corredores.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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Ángel “Chago” Santiago no titubea al decir que la muerte de su amigo, el conocido fondista y presidente de Borinquen Runner’s, Mike Forte, lo afectó grandemente. Su fulminante partida hace ya cinco años a causa de un ataque cardíaco, provocó en Chago una tristeza tan profunda que continuar asistiendo a la sede del club en el Parque Central, se convirtió en una pesadilla.
Al cabo de unos meses, cuando su afán de ayudar a otros pudo más que el dolor, Santiago le entregó una propuesta a la oficina de Recreación y Deportes del Municipio de Guaynabo para establecer un nuevo club de fondismo en el pueblo.
Guaynabo City Joggers Club se fundó hace ya más de cuatro años. Desde entonces, cientos de corredores, trotadores y caminantes, bajo la supervisión de Santiago, han alcanzado sus metas deportivas. El grupo, que actualmente cuenta con una matrícula de 40 miembros, en un momento llegó a tener 100 socios.
En sus inicios, el Municipio les pidió que cobraran una cuota anual por sus servicios, pero Santiago conversó con los participantes y juntos decidieron que cada miembro pagaría $20, por persona, o $30, por matrimonio, anualmente.
“Nosotros le damos cariño, tanto a los corredores que van al frente como a los ‘joggers’ y a los caminantes. Siempre dijimos que cuando tuviéramos un club no íbamos a cobrar por los entrenamientos.”, explicó Santiago.
“En cualquier otro sitio por entrenar a una persona se cobra entre 40 a 50 dólares mensuales. Aquí se lo economizan y tienen más beneficios como lo es el oasis diario, que corre con donaciones de ellos mismos”, afirmó.
El grupo acostumbra a trabajar de manera colectiva. Tanto Santiago como su asistente, Ricardo Rodríguez confeccionan una tabla de entrenamiento grupal que se actualiza mensualmente para cada integrante del equipo. El equipo se reúne diariamente en el parque recreativo de la urbanización Colinas Metropolitanas y antes de salir a correr por la ruta que hayan seleccionado previamente, realizan una oración que sirve como medio de protección.
Santiago afirma que en los momentos, que por descuido, olvida hacer la oración son los mismos corredores los que se lo acuerdan ya que es una costumbre para que como grupo salgan “santificados”.
“Eso lo tenemos por uso y costumbre. Aquí oramos por personas que han tenido accidentes, por los socios que están enfermos y por sus familiares. Diariamente oramos por Mayra Elías, para que se recupere porque es una compañera del fondismo”, señaló.
Ricardo Rodríguez, asistente de Santiago y corredor aficionado, opina que el mayor beneficio de pertenecer a un club de corredores es la estructura y disciplina que ofrece. “Una persona que no tiene la experiencia de correr o caminar se le hace muy difícil llegar solo a esa meta. Las rutas que seleccionamos tratamos de que sean llevaderas y que las vías por donde vayamos estén en buenas condiciones, iluminadas, y en áreas que no sean solitarias tampoco”, indicó.
El equipo no solo fomenta la consistencia, sino también la seguridad. Sus miembros siempre utilizan ropa de colores claros con pinturas reflectoras, y portan linternas para iluminar áreas oscuras, desniveles en la acera y para cruzar intersecciones.
A pesar de que Guaynabo City Joggers Club agradece la concesión del permiso de uso del parque y sus facilidades recreativas, sus miembros hicieron un llamado para que el municipio se involucre más con las actividades en las que participan. Además, les gustaría contar con la protección de la policía municipal en las madrugadas de los fines de semanas, ya que entrenan en las vías públicas.
“Necesitamos que se involucren mucho más con nosotros porque le estamos ofreciendo nuestros servicios a los residentes de Guaynabo para tener una representación digna de nuestro pueblo. Eso nos elevaría un poco más el autoestima” comentó Santiago.