Ponce. Mientras más se acercan los Juegos Olímpicos de Londres, el entrenamiento y la ansiedad comienzan a aumentar para el vallista mundial Javier Culson en su meta de regalarle a Puerto Rico su primera medalla olímpica desde 1996.

Pero el pasado sábado en el estadio Francisco “Paquito” Montaner, Culson demostró su cría ante una fuerte competencia –y con sobre 10,000 aficionados vitoreando su nombre– para superar con éxito su primera gran prueba del año al dominar sin mucho apuro el evento de los 400 metros con vallas en el Ponce Grand Prix.

Culson registró tiempo de 48.00 para dejar atrás a vallistas de la talla de Bershawn Jackson (Estados Unidos, y bronce en Pekín 2008) y el jamaiquino Danny McFarlane (cuarto en Pekín 2008).

El tiempo fue el segundo mejor en su carrera, y el mejor en lo que va de temporada en apenas su segundo evento en el año. El ponceño corrió en los Drake Relays el pasado 28 de abril en donde registró 49.02.

“Me siento muy contento, mi segundo mejor tiempo y el mejor tiempo del año, superando a Bershawn Jackson”, expresó Culson minutos después de concluida la carrera.


El ponceño comentó que se sintió bien en gran parte de la carrera, además de que aprovechó un descuido de Jackson, campeón mundial en el 2005, quien tumbó la primera valla.

“En los primeros 300 metros me sentí cómodo, pero en los últimos 100 tuve que rematar. Si Bershawn no llega a tumbar la valla, hubiese sido una carrera más cerrada”, dijo Culson, quien posee la marca nacional del evento con tiempo de 47.72, establecida en el Grand Prix de 2010.

Su entrenador Héctor “Cano” Amill se mostró complacido con la demostración de su pupilo ante la competencia que enfrentó en Ponce, cerca a la que podría tener del 3 al 6 de agosto en Londres, fechas en que se realizará la prueba en las Olimpiadas.

“Lució muy bien e hizo todo lo planificado. Poco a poco vamos cuadrando y mejorando las marcas al final, pero la carrera estuvo bien hecha”, destacó Amill, quien antes de la carrera comentó que se suponía que el boricua y Jackson se vieran las caras por primera vez este año en Roma y no el pasado fin de semana.

Tranquilos a pesar de la presión

Amill reconoce la fuerte presión que existe sobre los hombros de Culson de conseguir esa esquiva presea olímpica, y de coquetear con el más preciado de los metales.

“Siempre hay presión, aquí en el país nos meten presión, pero Javier está tranquilo y vinimos a correr, pase lo que pase”, dijo Amill.

“No venimos con miras de supermarcas, vinimos a correr para ganar, pero si no se gana, pues estamos preparándonos”.

Amill señaló que el dos veces subcampeón mundial del evento se encuentra libre de lesiones y lo único que tiene es la continua inflamación de la ingle, algo que está acostumbrado.

“Los doctores certificaron que todo está bien, que tiene que seguir entrenando y trabajando”, apuntó.