Brian Toth: Viviendo de la cresta de la ola
Alcanzó un sueño que pocos atletas del patio han logrado en la historia: vivir del surfing.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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ISABELA. Hace varias semanas, el surfer autraliano Matt Wilkinson aumentó su cuenta bancaria al dominar el primero de once eventos de la Liga Mundial de Surfing (WSL), que es el circuito cumbre de este deporte.
El premio por ganar fue de $100,000.
En el mismo evento, los últimos 12 de 36 competidores se llevaron $10,000 por cabeza.
Hay dinero en el surfing, como se puede notar por los premios en metálico, sin incluir lo que cada surfer puede generar por auspicios.
El problema es que no hay ‘tabla para tanta gente’ en esa Liga Mundial: solamente 36 surfers del mundo clasifican para esa gira que reparte millones de dólares.
En el listado, por ejemplo, no aparece ningún puertorriqueño.
Los demás surfers que quieran vivir de las olas y de las tablas tienen que tomar otra ruta –que luce tan alta como las olas– al tener que ahorrar dinero para competir en eventos cualificatorios para la liga o andando derechito por el ambiente de surfing ya que la imagen también puede ser fundamental para atraer más auspicios.
Ya sea en la Liga Mundial o en circuitos regionales, de ambas ramas, se puede vivir de este deporte, afirmaron varios surfers boricuas entrevistados por Primera Hora.
“Tengo mi casa. Compré el terreno como a los 17 años. A los 24 años construí. A los 25 años me mudé. Ahora tengo 31 años y tengo dos apartamentos. Tengo mi guagua. Todo ha sido surfeando y trabajando aquí y allá porque de chamaquito no me pagaban mucho. Pero lo cierto es que muchas cosas que tengo se las debo al surfing”, dijo el surfer nacido en Mayagüez, criado en Isabela y local de la playa Jobos, Brian Toth.
(juan.martinez@gfrmedia.com)
Hace algunas semanas, Toth ganó en este pueblo el evento del circuito Corona, que no es parte de la Liga Mundial. El premio por ganar fue de $10,000.
En febrero pasado también estuvo sobre las olas, esta vez, en Hawaii para un clasificatorio de la Liga Mundial. Allí llegó hasta los cuartos de final del evento que tuvo premios ascendentes a $75,000. Próximamente saldrá a Martinica, a competir en un evento de esa isla caribeña. Toth dijo que puede competir hasta en 15 eventos en un año.
Comenzó jovencito
El camino para vivir únicamente del surfing no es tan sencillo. Es cuesta arriba. Toth lo puede afirmar, cuando la carrera ‘profesional’ de un surfer comienza a edad temprana y en el exterior porque aquí no hay tanta competencia ni exposición.
Entre los 14 y 15 años, Toth contó que comenzó a viajar al exterior a competir, mayormente a la costa de Florida. Allá competía en circuitos de menores, siempre costeándose los gastos, mientras trataba de encontrar la casa de un amigo para no tener que invertir en un hotel.
“Diría que, para uno estar de gira, necesita entre $15 mil y $20 mil anuales. Muchos (jóvenes) aquí no tienen esa ayuda”, dijo Toth.
(juan.martinez@gfrmedia.com)
Según el director ejecutivo de la de la Federación de Surfing de Puerto Rico, Ernie Álvarez, hay muy pocos jóvenes boricuas que están saliendo de Puerto Rico a competir en el exterior porque es costoso moverse y sobrevivir en otros lugares.
“Un puñado está saliendo”, señaló Álvarez.
Toth calcula que hay “cuatro o cinco” jóvenes saliendo a competir cuando el número podría llegar a una centena en base al talento que hay en una isla, donde abundan las playas para practicar este deporte.
En el 2015, el portal SurfingPR estimó la población local de surfers en todas sus modalidades en 3,000 con alrededor de 70 spots de surfing.
Las estadísticas, a su vez, no mienten y reflejan lo duro que es vivir de este deporte. Al hablar de los nombres de surfers profesionales en la historia de este deporte en la Isla, el listado no llega a 10, comenzando con Edwin Santos en la década de 1980 y 1990, y concluyendo con Toth en la actualidad. Otros fueron Juan Ashton, Carlos Cabrero, William Sue A Quan, Otto Flores, Alejandro Moreda y Brian Graves. Y hay que tomar en consideración que todo lo invertido no garantiza que el atleta vaya a recuperar el dinero en premios.
Los auspicios
Para esos surfers que dan el paso al ‘profesionalismo’ hay otras formas de generar dinero para vivir del surfing. Llegan los auspiciadores de marcas de ropa y de equipo de surfing. Toth, por ejemplo, ha vivido muchos años con distintos auspiciadores, al tiempo que compite.
(juan.martinez@gfrmedia.com)
Otro surfer isabelino, Dylan Graves, es la imagen de una de las marcas más reconocidas en el deporte y viaja el mundo con el auspiciador sin tan siquiera competir. Graves es lo que se conoce en al ambiente como free surfer, un buen competidor cuyo trabajo principal es vender su imagen de surfer.
Otro surfer, Carlos Cabrero, dijo que los auspicios son vitales para poder competir porque, de lo contrario, los premios en metálico se consumirían con los gastos de las competencias
Cabrero, quien estuvo como surfer a tiempo completo en el pasado, dijo que tuvo auspiciadores locales desde teenager y más adelante en su carrera se le acercaron varias marcas internacionales.
“Los mejores atletas en el mundo pueden ganar hasta $3 millones en auspiciadores porque son marcas millonarias. Aquí, en Puerto Rico, los mejores atletas han podido hacer de $30,000 y $150,000 entre auspiciadores y premios al año”, dijo Cabrero. “Brian Toth y Dylan Graves fueron mercadeados desde pequeños y pudieron hacer sus carreras. Así se puede vivir del surfing”, agregó Cabrero.
(juan.martinez@gfrmedia.com)
Alrededor del mundo hay circuitos de competencias: en Centroamérica, Europa y Asia, que son alternativas a la Liga Mundial, dijo Álvarez.
En Panamá se efectuó a principios de este mes una competencia con premios de $25,000. En febrero, en Perú, se hicieron dos paradas de la gira sudamericana Alas, valorada cada una en $12,000. Chile también organizó en enero un evento de la gira Alas valorado en $10,500.
México también tiene circuitos, y Estados Unidos monta el US Open que tiene premios de $100,000, y la gira National Scholastics Surfing Association, en la que el isabelino Toth creció como surfer.
Otras alternativas
Hay otras maneras de ganarse la vida fuera de las ‘grandes ligas’ del surfing.
El que lo desee puede ser hasta fotógrafo y videógrafo del deporte usando su experiencia como surfer para encontrar un dinero extra. Se puede convertir también en un shaper, como le llaman a los que construyen tablas a la medida o en cantidades.
También puede hacer una carrera fuera de la modalidad de tabla porque hay múltiples disciplinas acuáticas que tienen circuitos, como el creciente paddle board.
(juan.martinez@gfrmedia.com)
Inclusive, los surfistas entran en etapas más avanzadas en sus carreras y sacan los pies del agua para entrar en otras ramificaciones del surfing.
Toth, en su caso, ya es un veterano del deporte y dijo que ha iniciado otra etapa en el deporte para seguir generando dinero.
Además de surfer, Toth recientemente incursionó como representante de marcas de ropa y artículos de este deporte.
“Voy a trabajar ahora como una persona normal, como dicen por ahí. Sigo con ganas de competir luego de tantos años, pero voy a trabajar también. Ya tengo el conocimiento. Ya he ido y regresado. Estoy en la próxima etapa de vida. Ya la compañía (marca) sabe que soy responsable y entro en ese campo”, dijo Toth.
Factor la disciplina
Nada de lo anterior sería posible si el surfer se descarrila por el dulce ambiente del surfing y sus fiestas después de las competencias.
Como todo deporte, el surfing también trae tentaciones que requieren de sacrificios para evitarlas. Toth reconoció lo fácil que es perder la concentración en el deporte.
“La razón por la que estoy parado en donde estoy ahora mismo, es porque me quedé en una línea recta. No me quedé pariseando. Yo pariseo y eso, como cualquier persona. Pero es fácil irse por ahí para abajo”, admitió.