Es un momento por el que todo atleta tiene que pasar, y hay quien está preparado para cuando llega, así como hay quien no. Pero tarde temprano llega, y al medallista olímpico puertorriqueño Javier Culson, al parecer se le está acercando el momento, aunque no mencionó la palabra: retiro.

El vallista ponceño ganador de una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 dijo hoy que los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018 serán decisivos en su carrera, pues será allí en que medirá el rendimiento de su cuerpo para determinar si se toma un descanso de un año para luego determinar si buscaría una clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Relacionadas

“Yo tuve mis momentos. Desde 2012 estuve dando gloria a mi país. Fui becado como atleta de Alto Rendimiento y de verdad, lo que rinda en los Centroamericanos determinará si sigo corriendo. O si me tomo un año de descanso y vuelvo a competir. Todo dependerá de los Centroamericanos”, manifestó Culson, quien cumplirá 34 años durante los juegos, el 24 de julio.

“Obviamente ya tengo 33 años. Se me ha hecho bien difícil mantener mi patrón de carrera como en años anteriores. Yo me exijo mucho. Y es la primera vez que me encuentro con este momento. No me preparé para esto. Ahora estamos haciendo unos ajustes para poder hacer unas buenas marcas e ir a Barranquilla. Si no rindo como yo me lo espero, tomo una pausa, descanso un año, para luego ver si Dios quiere y puedo reintegrarme para tratar de hacer la marca para Tokyo 2020”, agregó.

Culson viene de un resultado algo inusual el pasado sábado, cuando finalizó octavo en el Kingston Jamaica Invitational Meeting, en donde finalizó en la última posición y con tiempo de 1:17.49 los 400 metros con vallas, evento en el que ha sido considerado como uno de los mejores del mundo durante la pasada década.

“Gracias a Dios no me lastimé. Soy una persona que me he cuidado mucho. Fue el patrón de carrera y por eso es que estamos haciendo ajustes. Ya yo no aguantaba el patrón de carrera, por ejemplo, hasta la valla ocho a 13 pasos. No estoy aguantando ese ritmo. Hicimos los ajustes, pero a la última valla no le llegué al ritmo que acostumbro. Me salí del paso y le di a la valla. Y era una de las dos: la iba a brincar y me iba a escocotar o la tumbaba. Yo prefiero tumbarla”, contó.

Dijo que independientemente de lo que suceda, se ve apoyando al deporte puertorriqueño y a las nuevas generaciones de atletas en un futuro, más en la parte técnica. Dijo que estaría disponible siempre para ayudar a los jóvenes y aclaró que la ausencia de una invitación para participar en la Liga Diamante este año, como lo había hecho durante años, es un asunto que no solamente tiene que ver con sus tiempos sobre la pista.

“Lo de la Liga Diamante es más cosa del manejador. Mi manejador ha fallado en término de invitaciones y participación. Por ejemplo, con los tiempos en Doha (parada que se celebró en Catar el 4 de mayo), hicieron 49 (segundos) y ahí yo pude haber llegado cuarto”, comentó. “También hay que rendir, y si yo no rindo bien las marcas, él no puede negociar para yo poder participar. Es una combinación, pero es más el manejador”.

Por el momento, el objetivo inminente es Barranquilla, por lo que se mantendrá realizando ajustes en su ejecución y buscando competencias que le permitan afinarse de vuelta a lo que usualmente rinde.

“No se puede disminuir (las competencias). De aquí a Barranquilla las competencias que me aparezcan y en las que me pueda inscribir las voy a tomar porque necesito caer en mi patrón de carrera. Después de Barranquilla, entonces evaluar donde estamos”, finalizó.