Melbourne, Australia. Ash Barty terminó el jueves con su racha de ausencias en la final del Abierto de Australia con una victoria 6-1, 6-3 sobre Madison Keys.

Aún le queda un partido más.

Barty es la primera australiana que llega a la final individual del Grand Slam de su país desde Wendy Turnbull en 1980. Ninguna australiana se ha llevado el título desde Chris O’Neil en 1978.

Barty, primera cabeza de serie, admitió apenas 17 juegos en su camino hasta las semifinales y mantuvo su buena forma para derrotar a Keys, finalista del Abierto de Estados Unidos en 2017.

Barty pegó 20 golpes ganadores frente a sólo ocho de Keys. Convirtió cuatro de seis oportunidades de punto de break y salvó los únicos dos puntos de break que enfrentó en su servicio.

Barty ha ganado títulos de major sobre hierba, en Wimbledon, y en polvo de ladrillo, en Roland Garros, y está a una victoria de sumar otro en una pista de concreto.

“Es irreal. Sinceramente, es sencillamente increíble”, dijo Barty en su entrevista televisada en la cancha. “Me encanta venir aquí y jugar en Australia”.

“Como australiana, somos unos privilegiados al poder jugar en nuestro patio de atrás. Ahora tenemos una oportunidad de jugar por un título. Es irreal”, añadió.

Barty se enfrentará el sábado o bien a la campeona de Roland Garros de 2020, Iga Switek, o a la semifinalista del Abierto de Australia en 2019, Danielle Collins. Ese juego se celebraba más tarde el jueves en la cancha Rod Laver.

Aunque Barty podría estar a una victoria de dar un título al país anfitrión, había un triunfo garantizado en otra competición.

Nick Kyrgios y Thanasi Kokkinakis, apodados “Especial K”, aseguraron una final australiana en los dobles masculinos tras imponerse 7-6 (4), 6-4 a los terceros preclasificados, los españoles Marcel Granollers y Horacio Zeballos, en un estadio Rod Laver casi a plena capacidad.

En la cancha Margaret Court contigua, casi sin público, Matthew Ebden y Max Purcell derrotaron al equipo formado por Rajeev Ram y Joe Salisbury 6-3, 7-6 (9).