La práctica del beach tennis no es algo nuevo en Puerto Rico. Ha sido parte de las escenas en algunas playas de la isla durante los pasados de 10 años.

Sin embargo, la cifra de personas que han tomado una raqueta en sus manos para unirse a los ‘corillos’ ha crecido de manera vertiginosa desde el 2020 a raíz de la pandemia por el virus COVID-19. Eso fue el pie forzado para las celebraciones de torneos en las playas en Arecibo, Río Grande, Fajardo y San Juan.

Llevo 13 o 14 años jugando beach tennis. Comencé desde que eramos muy pocas personas jugando y verlo crecer desde ese momento hasta el presente, es el deporte más ‘trending’ en Puerto Rico”, dijo Javier Méndez Colón, quien participó en la cuarta edición del Puerto Rico Beach Tennis Extravaganza en los predios de La Concha en el Condado.

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“Mucha gente jugando ahora mismo”, agregó.

Méndez sostuvo que los principales atractivos que tiene la isla es que la cantidad de playas para establecer canchas para la práctica del deporte.

“Se puede montar una cancha en cualquier rincón de Puerto Rico. Lo que ayudó mucho para el crecimiento fue el COVID. Cuando cerraron todo, las playas se quedaron abiertas y solamente se podían utilizar para deportes. La excusa perfecta fue jugar beach tennis y pore so creció mucho”, explicó Méndez Colón.

Juliano Rodríguez, quien hizo pareja con Méndez Colón durante el Puerto Rico Beach Tennis Extravaganza, está optimista sobre la ruta en ascenso que lleva la disciplina.

“Estamos más que contentos con el crecimiento. Ha sido un ‘boom’ increíble. Hace dos años, si se hacían dos torneos al año era mucho, ahora llevamos más de 20 torneos. Para nosotros los profesionales están trayendo torneos ITF (Federación Internacional de Tenis) que nos representa puntos a nivel internacional para las clasificaciones. El beach tennis ha crecido, han entrado auspiciadores y esperamos que siga subiendo poco a poco”, resaltó.

Asimismo, señaló que Puerto Rico tiene el potencial para desarrollar jugadores de calibre mundial, no obstante, aún no existe el apoyo económico para ello.

“La mayoría de los jugadores viven del beach tennis. Se levantan para entrenar en la mañana, en la tarde y juegan por las noches. En mi caso, tengo mi trabajo ocho horas, a veces tengo que dar una clase de beach tennis y el tiempo que tengo para entrenar es una o dos horas como mucho. Ese apoyo para poder entrenar, ir al gimnasio, concentrarse en la nutrición es lo que nos diferencia de esos jugadores ‘top’ en el mundo”, concluyó Rodríguez.

Los juveniles Luis Santiago y Paolo Emilio López Burgos compartieron que hicieron la transición desde otras disciplinas deportivas y enseguida quedaron flechados con el beach tennis.

Vengo de jugar voleibol y tenis. Desde pequeño me ha gustado la playa, así que para mi es un ‘upgrade’. Me encanta el deporte”, dijo López Burgos.

“Empecé jugando tenis y me trajeron al deporte. Desde que comencé no he parado de jugar porque me apasiona el ambiente, las personas, la música, el juego. Es otra cosa”, mencionó Santiago.