Hace dos semanas, Jorge ‘Peco’ González estaba en la carrera El Jíbaro de Morovis buscando al elusivo fondista que le quebrará la marca nacional en el maratón.

Regresó de Morovis a Utuado con las manos vacías de candidatos para el evento grande de las carreteras, el maratón.

“No se ve nada”, admite González, el actual presidente del Comité de Fondismo bajo la sombrilla de la Federación de Atletismo de Puerto Rico.

Dos semanas han pasado y llegó el día de hoy, el 28 de agosto, día en el que se cumple el 40 aniversario del inalcanzable record nacional del maratón, el de las 2 horas con 12.43 minutos que estableció González en los Juegos Panamericanos Caracas 1983. Ese récord también produjo un oro para González, quien fue seguido en la carrera por el ganador de la medalla de plata, el boricua César Mercado.

“Fue un día inolvidable”, recuerda González, quien era entrenado por Freddie Vargas.

En su loma en Utuado, González ríe y se entristece cada vez que llega un 28 de agosto.

Hoy ríe porque aquel fue un momento glorioso para el deporte puertorriqueño. Pero hoy también le pasa un aire de sentimiento porque no aparece quién le rompa el récord y porque recuerda a tres fenecidos miembros de su equipo de trabajo.

Ríe porque dice que se imagina a sus casi 71 años con ganas de ponerse la tenis, pararse en la salida y arrancar a quemar carretera al disparo.

“Uno piensa que puede estar en el escenario a la edad que tengo. Cuando uno es deportista, eso corre por la sangre, uno piensa que pudiera estar en ese momento otra vez. Cada vez que llega ese día uno piensa que puede estar en esas condiciones”.

También ríe de satisfacción por haber cumplido con Puerto Rico y a un líder olímpico de entonces, como el fenecido Germán Rieckehoff Sampayo, que metía presión.

“En la tarde anterior, el fenecido Osvaldo Rivera Cianchini me dijo que teníamos que ganar porque si no el ‘El Viejo’ (Rieckehoff Sampayo) nos iba a matar”, recordó González. “A nosotros nos sacaron de la Villa y nos acomodaron en un hotel. Gracias a Dios lo pudimos lograr”.

González también estuvo luego de Caracas entre los mejores fondistas del mundo en la década del 1980. Fue décimo lugar en el Maratón de Nueva York del 1985 y decimotercero en los Juegos Olímpicos Los Ángeles 1984. Ganó en esa década los maratones de Montreal, Hawái, Pittsburgh. Su 2:12.43 en Caracas 1983 fue una marca panamericana que duró hasta nueve ediciones después, cuando la quebraron en Lima 2019.

Pero llora porque no han surgido en esos 40 años corredores boricuas que bajen a 2:12.43, aunque han habido buenos corredores.

“Cada año, cuando llega ese día, me da nostalgia. Uno quisiera que los atletas echaran hacia adelante e hicieran mejores cosas que las que hizo uno”, dijo.

Esa década del 1980 y parte del 1970 fue la Época del Oro del fondismo de carretera puertorriqueño, con cantidades de corredores con nivel del centro de la Isla. Posterior a esa época surgieron corredores como el utuadeño Luis Collazo, quien corrió 2:15 en los 2000, y actualmente el orocoveño Alexander Torres, quien este año ganó el Medio Maratón San Blas con una marca nacional para la carrera, aunque está bajo un proceso de investigación por un dopaje.

La ausencia de su sucesor se debe, al entender suyo, a que los corredores están corriendo todos los fines de semana para ganarse el pan, a que han perdido el deseo de representar a Puerto Rico, lo que requiere entrenar mucho y correr poco, y a una pérdida de autoridad del Comité de Fondismo.

También se siente nostálgico por las muertes de personas que estuvieron en su equipo de trabajo en Caracas, como los miembros del Comité de Fondismo, Osvaldo Rivera Cianchini y Hernán Horta, así como el masajista César Pérez y el mismo Rieckehoff Sampayo.

“La gente se olvida que ellos estuvieron y fueron parte también”, dijo.