Joe Bruno: la voz del hipismo en Puerto Rico ahora es inmortal
El narrador de las carreras del Hipódromo Camarero y ahora integrante del Salón de la Fama del Hipismo Puertorriqueño recuerda sus inicios.
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Una conversación con Joe Bruno sobre su exaltación al Salón de la Fama del Hipismo Puertorriqueño revela cómo se formó este comunicador que fue recientemente exaltado a ese sitial junto a colegas inmortales y voces reconocibles como la de los comentaristas y narradores Luis Enrique ‘Bibí’ Marrero, Agapito ‘Pito’ Rivera Monge y Norman H. Dávila.
Bruno es la voz de las narraciones de las carreras del Hipódromo Camarero, el sucesor de Marrero, de Rivera Monge y de Dávila, y fue exaltado al Salón de la Fama del Hipismo boricua a principios de este mes junto a otros destacados de la industria hípica, como el propietario del exitoso Establo Sonata, Marc Tacher, el entrenador, ganador de decenas de clásicos, José Dan Vélez, y el difunto criador y dueño de caballos Luis Arenas.
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La conversación con Bruno fue en una jornada en Camarero previo a narrar la segunda pata de la Triple Corona Boricua, el que fue ganado por una potranca de Tacher y en la que Vélez presentó a varios candidatos. La conversación trascendió a Camarero, sin embargo, estando en escuela superior, Bruno narraba carreras frente al televisor en su hogar en Bayamón y aún vestido con su uniforme de escuela superior. Le bajaba el volumen a la repetición de las carreras y narraba lo que veía, imitando a sus predecesores e imponiendo su estilo.
Leía los titulares en el salón de clases al estilo de Herminio Quintana, locutor de WKAQ.
“A los muchachos en la escuela le encantaba cuando leía los titulares del periódico como si estuviera en la radio. Ese era el vacilón”, recuerda.
Iba al hipódromo con su tío José Eduardo y a escondidas de su padre, que era jugador, pero que no quería ver a su hijo adolescente en el mundo de las apuestas. Su padre, abuelo y tíos eran todos jugadores de la hípica.
Y desde los 15 años, trabajaba en una agencia hípica, a la que asistía luego de salir de clases o, en ocasiones, antes de que sonara la campana.
“Era loco con que faltara la última maestra para irme a la agencia”, recordó
Precisamente, con el dueño de la agencia hípica, que lo llevó un día a Camarero con el consentimiento de su padre, surgió la primera oportunidad detrás de un micrófono hípico.
Recuerda exactamente que fue un día de noviembre del 1988 y que seguro de sí mismo, con 18 años de edad, y luego de narrar tanta carrera en su casa, de practicar la locución en un curso con Manuel Esteban Alegría, de estar al día con los protagonistas equinos o humanos de la hípica gracias estudiar a la saciedad los programas de carreras, Bruno logró acceso a la cabina de transmisiones y se le presentó a la leyenda de Bibi Marrero.
“Lo que quería era ver la dinámica y me senté en una esquina. En un momento, Bibí Marrero, que era el mantenedor, me llama, me presenta al aire y le dije que era estudiante, estudiante de locución. Y él me pone a decir la banca en el aire. Y eso fue todo. Ese fue mi inicio”, recordó.
Bruno es la voz oficial de las narraciones de las carreras desde el 2021, cuando Dávila le pasó los binoculares en un acto simbólico. Pero desde ese momento con Bibí Marrero ha estado ligado a la hípica y a los medios de comunicación que le han servido, además de profesión, para darle a conocer a los jugadores y al público en general sobre el deporte que ahora lo exalta como una forma de reconocer su profesionalismo y agradecer su amor por la hípica.
“Cuando comencé a estudiar comunicación en Sagrado Corazón en agosto del 1989, ya yo estaba aquí, en el hipódromo practicando. De hecho, en febrero del 1989 comencé como maestro de ceremonia en la entrega de trofeos en televisión porque Bibí Marrero me recomendó. Fue el 20 de febrero del 1989, en el clásico Jorge Washington. De ahí en adelante me quedé“, recordó.
Mientras trabajaba en radio y televisión en Camarero, Bruno fue redactor hípico de Primera Hora. Fue del personal original del diario cuando éste fue publicado por primera vez en el 1997. Además de redactor hípico, también fue fotógrafo de sus propios artículos hípicos en el diario. A Primera Hora llegó luego de redactar la hípica en el desaparecido diario El Mundo desde el 1990.
“Me encantó tanto escribir que cambié mi especialidad en Sagrado Corazón a redacción para los medios”, recordó.
Digitalmente, Bruno es el mantenedor de ‘Estudio Hípico con Joe Bruno’, que publica en Facebook y que tiene 87 mil seguidores. Ahí Bruno habla y redacta todo sobre la hípica, desde la local a la estadounidense, en la que se destacan múltiples boricuas, a la internacional.
También fue reportero de deportes en Telemundo, al mismo tiempo en que hacía la hípica. En el 2002, de hecho, Bruno tomó una plaza en Telemundo y estuvo en esa plaza por unos cuatro años hasta que unos cierre en la televisora le llevaron de regreso a la hípica.
“Gracias a Dios pude volver aquí“, reconoció.
Representó en el 2015 a la hípica boricua en el famoso circuito de Nueva York, en donde hizo las narraciones de carreras para el público hispano. Tuvo además la oportunidad de quedarse pero decidió regresar a la hípica boricua.
Cubriendo todas las bases en la hípica
También le ha representado en la base principal de la hípica estadounidense, la de Kentucky, en donde se corre la principal carrera de esa hípica, el Kentucky Derby. Eso fue en el 2000, cuando hizo contacto con el hipódromo Churchill Downs para narrar la carrera en español, lo que gestionó satisfactoriamente.
Todo hípico, incluyendo a Bruno, coincide en que llegar al Kentucky Derby es un sueño.
“Hice la transmisión con Junior Cordero de comentarista. Cuando regresé al hotel me arrodillé ante la cama y llorando le di las gracias a Dios que me dio la oportunidad. ¿Y saben qué? También la hicimos en el 2001 y 2002. Es de los momentos más grandes míos en la hípica”, dijo.
En fin, Bruno ha cubierto desde el 1990 al 2024 las bases de la comunicaciones en la hípica, desde leer la banca, hacer entrevista en el círculo de ganadores, redactar para diarios, comentar para radio, recomendar jugadas y narrar carreras para la televisión, entre otras funciones.
Y, contrario a otros salones de la fama que exaltan a sus miembros una vez están retirados, el Salón de la Hípica reconoce a Bruno mientras está activo, lo que es una exigencia para el comunicador.
“Es una responsabilidad más grande. Siento que, si he hecho las cosas bien, lo que me ha llevado a esta exaltación, implica que lo tengo que seguir haciendo bien o mejor porque puede ser que me vean de otra manera y porque representó un ejemplo. No puedo cometer un error que lleve a que todo eso que se hizo se derrumbe. Me lleva a tener que llevar una responsabilidad mucho más grande”, dijo.