Una de las figuras más reconocidas de la hípica local durante las pasadas décadas, Miguel Bultrón, fue recipiente de un merecido homenaje por parte de varias entidades que rigen este deporte durante la jornada hípica de ayer en el hipódromo Camarero.

Bultrón trabajó durante 54 años como ujier de las tardes de carreras tanto en el antiguo hipódromo El Comandante, de Carolina, como en el actual óvalo de Canóvanas hasta que dejó sus funciones luego de una intervención quirúrgica.

Varios miembros de la Junta Hípica, el administrador hípico Wilfredo Padilla Soto, representantes de la empresa operadora del hipódromo, de las asociaciones de entrenadores y jinetes, así como amistades y familiares de Bultrón estuvieron presente en el área de premiaciones para la ocasión.

Bultrón, de 69 años, es natural de Hato Rey. Habiéndose desarrollado sus primeros años de vida en las cercanías de los hipódromos Las Casas, Quintana y Las Monjas, su primera pasión fueron los caballos.

En 1957, con 13 años de edad, comenzó a trabajar en el antiguo hipódromo El Comandante como jaulero, paseador y cuidador de ejemplares para los entrenadores Pedro Patrón e Ismael Quiñones Chevestre. Dos años más tarde se inició como ujier del hipódromo.

"Miguelito, por su humildad, es amado y admirado por todos los amantes del hipismo y es un vivo ejemplo a seguir", indica una resolución emitida por Padilla Soto.

"Nunca tomó curso alguno para realizar a cabalidad sus labores diarias, pero su dedicación, buena voluntad y amante del trabajo que realiza todos los días, han hecho que se destaque como uno de los ujieres más experimentados, diestro y experto", añade el documento.

Bultrón, quien estuvo acompañado por su esposa Gloria Díaz y sus hijas Lydia Ivelisse y Wanda Ivelisse, agradeció el homenaje con dificultad al expresarse invadido por la emoción.