Kansas City. Todo ha salido a pedir de boca para Uruguay en la Copa América, muy entonada tras un par de victorias en las que derrochó buen juego y superioridad.

Pero ganarle 3-1 a Panamá y luego 5-0 a Bolivia no tienen a su técnico Marcelo Bielsa extasiado en el triunfalismo.

Bielsa es de la opinión que colgarle el cartel de favorito a la Celeste en el torneo es prematuro, al menos hasta que enfrente a las mejores selecciones.

Por lo pronto, Uruguay tiene una tarea por cumplir: certificar definitivamente su clasificación a los cuartos de final y haciéndolo como primero del Grupo C.

Buscará confirmarlo el lunes al medirse contra Estados Unidos en Kansas City, Missouri. La selección anfitriona saldrá con la imperiosa necesidad de ganar para sobrevivir en el torneo.

Bielsa no podrá estar en el banquillo uruguayo tras convertirse en el cuarto técnico sancionado en esta Copa América por el retraso de los equipos para jugar el segundo tiempo en los primeros dos partidos.

Advertencia: no suponga que, por tener la clasificación casi amarrada, los uruguayos sacarán el pie del acelerador ante Estados Unidos. Se puede anticipar la misma propuesta de ritmo intenso que ha caracterizado a la versión “bielsista” de Uruguay, que ha logrado imprimir en algo más de uno.

También quiere que su equipo sea exigido.

“Para sacar esas conclusiones hay muchos pasos que no se han dado”, argumentó al referirse al favoritismo que se incrementó tras arrasar a Bolivia. “Sin minusvalorar la fortaleza de los dos equipos que enfrentamos, esos equipos no figuran entre los asignados previamente como los mejores equipos de esta competencia”.

La victoria ante Bolivia fue la más abultada de Uruguay en un partido de la Copa América desde el 5-0 contra Argentina en 1959.

Adicionalmente, Uruguay no anotaba siete o más goles en sus dos primeros partidos del certamen desde la cita de 1967, cuando arrancó endosándole cuatro goles a Bolivia y Venezuela.

Bielsa prefiere ser cauteloso al advertir lapsos en el segundo tiempo en los que Uruguay bajó de revoluciones.

Contra Estados Unidos, se prevé un equipo casi idéntico al que enfrentó a Bolivia. Como variantes, se anticipa el regreso de Giorgian de Arrascaeta al mediocampo y la presencia de José María Giménez por Mathías Olivera como defensor central junto a Ronald Araújo.

“Tienen jugadores desequilibrantes, son un rival fuerte pese al momento en el que estén”, advirtió el domingo el asistente de Bielsa, Diego Reyes.

Estados Unidos despegó con contundente triunfo 2-0 ante Bolivia en el debut, pero se desinfló al caer 2-1 contra Panamá en Atlanta. Pagaron caro el precio de jugar con un hombre casi todo el partido luego que su extremo Tim Weah se hizo expulsar con una agresión al panameño Roderick Miller.

Previo a la copa, Estados Unidos — que será coanfitrión junto a México y Canadá en el Mundial de 2026 — se veía como fijo en los cuartos de final.

Una prematura eliminación acentuaría los cuestionamientos a su técnico Gregg Berhalter sobre si es el idóneo para comandarles en el Mundial.

Tendrán que jugársela contra un rival que ambiciona conquistar su 16to título de la Copa América.

Uruguay lidera la llave con el ideal de seis puntos y una amplia diferencia de goles, de más siete. Estados Unidos suma tres puntos y más un gol de diferencia, con Panamá tercera con tres puntos y menos uno de diferencia.

Los estadounidenses quieren apelar a la experiencia que tuvieron en el Mundial de Qatar hace año y medio. Llegaron a la última fecha de la fase de grupos con las espaldas contra la pared y vencieron a Irán gracias a un gol de Christian Pulisic.

“Es una situación similar, obviamente con la victoria en las mejores circunstancias para avanzar”, comentó el volante estadounidense Tyler Adams. “Pero estamos confiados otra vez, cuando tenemos once contra once en la cancha podemos jugar de tú a tú con cualquiera”.

Antecedentes

Uruguay y Estados Unidos se han medido ocho veces y el saldo está igualado: dos victorias por cada bano y cuatro empates.

Hay que remontarse a 1993 para identificar la última victoria uruguaya ante Estados Unidos, un 1-0 en la Copa América de ese año.