Narcos amenazan a Ángel Di María con un mensaje y cuatro disparos en Rosario, Argentina
El delantero de la selección albiceleste recibió una advertencia anónima de muerte.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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Buenos Aires. La justicia argentina investigaba una amenaza anónima de muerte contra el delantero del seleccionado albiceleste Ángel Di María en su ciudad natal de Rosario, que es azotada desde hace tiempo por una ola de violencia desatada por la disputa entre bandas de narcotráfico.
Desconocidos a bordo de un automóvil Renault gris arrojaron en la madrugada del lunes un paquete en el acceso al barrio privado Funes Hills Miraflores, en las afueras de Rosario --en la provincia de Santa Fe, a 300 kilómetros al norte de Buenos Aires-- donde el también jugador del Benfica de Portugal se hospeda cuando regresa a su país.
Dentro del envoltorio –una bolsa negra sellada con cinta adhesiva-- había un mensaje intimidatorio dirigido al padre de Di María, en el cual se le advertía que si su hijo volvía a jugar en un club de su ciudad natal iban a matar a un familiar.
Di María, de 36 años, reconoció que podría regresar a Rosario Central, donde se formó y debutó como profesional, cuando concluya su vínculo con Benfica.
Según un comunicado difundido este lunes por la administración del barrio Funes Hills Miraflores, el personal de seguridad ubicado en el acceso escuchó cuatro detonaciones, tras lo cual el automóvil se fugó en excesiva velocidad.
Un fiscal y la policía de Rosario investigan el hecho.
Di María, que se encuentra de gira con Argentina en Estados Unidos, no se pronunció sobre la amenaza.
“A partir de este tipo de amenazas generan mucha conmoción social y ese es el principal objetivo que están buscando, infundir temor en la población. Buscan afectar figuras públicas”, dijo al canal Todo Noticias Esteban Santantino, secretario de análisis de la información del ministerio de Seguridad provincial, sobre la hipótesis detrás del mensaje a Di María.
Rosario padece desde hace varios años una sangrienta ola de violencia por la disputa entre bandas de narcotraficantes. La ciudad costera tiene una tasa de 22 homicidios por cada 100,000 habitantes, muy por arriba de 4.2 del resto del país.
El fenómeno criminal se agravó a principios de este año cuando las nuevas autoridades provinciales lanzaron un plan de seguridad que incluyó requisas en las cárceles donde se encuentran detenidos los líderes y miembros de las organizaciones que controlan la venta de estupefacientes. Les quitaron los teléfonos celulares y se les restringió todo contacto con el exterior.
El gobierno provincial difundió semanas atrás imágenes del operativo, muy similar a los que se ejecutan en El Salvador por orden del presidente Nayib Bukele.
En represalia, los criminales asesinaron a cuatro ciudadanos –dos choferes de autobús, otro de taxi y un empleado de una gasolinera—y exigieron que los detenidos recuperen sus “beneficios” en prisión.
Ante el drama que atraviesa su ciudad, hace algunos días Di María pidió “paz” en una publicación en redes sociales. También comentó en una reciente entrevista que “tengo a mis viejos y a mis hermanas ahí, lo que estuvo pasando me afecta, me choca un montón. Pero las ganas (de jugar en Rosario Central), las ilusiones y el deseo siempre están”.
Di María no fue el único campeón del mundo afectado por la violencia en Rosario. Hace un año, desconocidos balearon el frente de un supermercado que es propiedad del suegro del astro Lionel Messi. También le dejaron un mensaje intimidante: “Messi, te estamos esperando”.